Finalmente había llegado la noche.
Los grillos se dedicaban a cantar sus serenatas.
Las luciérnagas a mostrar el camino correcto con su luz.
Los niños a descansar felizmente.
Y con ello, en un abrir y cerrar de ojos la mañana se había asomado por la ventana.
Sin darme cuenta, me encontraba profundamente dormida, acomodándome en las cálidas sabanas mientras que se sentía cada vez más templado el ambiente.
De repente, se escuchaba que tocaban... pero por estar dormida, no identificaba correctamente en donde era originario aquel sonido.
*toc* *toc*
Abriendo lentamente mis ojos, decidí levantarme y al escuchar ahora mejor el sonido, supe que era en mi puerta que tocaban ¿ahora qué quieren?
Abriendo la puerta, pude ver unos cabellos chocolatosos y unos ojos celestes brillantes acompañados de un manjar muy dulce, la cual era su radiante sonrisa.
— Princesa, saludos a la luna menor —
Inclinándome hacia ella, la Princesa hizo que dejara de hacer la reverencia y que me pusiera lo más recta posible ¿Qué pasa? Cuando ladee mi rostro, pude notar que atrás de ella había unas sirvientas y otras personas ¿Qué es todo esto?
— No tenemos mucho tiempo, así que debemos de apurarnos —
Retrocediendo, la Princesa y aquellas personas entraron de la nada... ¿¡Que rayos sucede!? Dejando varias telas de distinto colores sobre el tocador se acercaron las sirvientas a mí y con ello, una chica de cabellos negros.
— Toma las medidas lo más rápido que puedas —
— Por supuesto, Alteza —
La chica pelinegra llevaba consigo un bolso del cual, en ella saco una cinta métrica y una pequeña libreta con un pedazo de tiza. Miraba como las otras sirvientas colocaban encima de mí las telas mientras que la chica pelinegra observaba seriamente.
— ¿Qué opina este color Alteza? —
Dándose la vuelta la chica pelinegra miraba a la Princesa, la tela que tenía encima era de color vino, la cual tenía unos bordados simples de margaritas blancas, las cuales hacían resaltar el color vino.
— Las margaritas en esta temporada será difícil de encontrar —
— Yo me encargare de buscas las flores Alteza, ciudad Portual y Aqua no inverna, así que apuesto que será fácil encontrar —
— Está bien, te lo encargo todo —
— Gracias Alteza —
Al decir eso, la chica pelinegra con las sirvientas se fueron de la habitación, quedando sola con la Princesa.
— ¿Para qué fue todo eso? —
— ¿Acaso lo olvidaste Liz? Es para el banquete, el festival —
— Ah... parece que si —
Acercándose a mi armario miraba mis vestidos y saco uno de los pocos que no me había puesto, este era de tonos celestes con listones y vuelos, demasiado infantil podría decir.
— Hable con madre, ya que quería que fueras a desayunar con ella, pero quiero que te vistas y llegues a mi despacho —
Colocando el vestido sobre la cama sonreía pero... sus emociones parecían estar tristes y así con la misma, decidí preguntar.
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The secret of a Kingdom: Saga Corazón de Cristal
Fantasía- ¡Monstruo! ¡Demonio! - Esas son las palabras con las que siempre se dirigen hacia mí. El odio de todo el pueblo cayó sobre mis hombros por mis ojos bicolores. Tanto desprecio provocaba que me hundiera en la profunda oscuridad hasta que finalmente...