Capítulo 15: En rumbo hacia Pueblo Oque

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Desde aquel extraño sueño no había sentido el pasar de la semana y en un abrir y cerrar de ojos, ya era momento de emprender el viaje hasta Pueblo Oque. Durante estos días había notado un leve nerviosismo en la Emperatriz, a pesar que su rostro estaba lo más relajado posible... ¿todo está bien?

Levantándome muy temprano ya me dedicaba a arreglarme, mientras arreglaba mi cabello miraba mi reflejo en el espejo, mi rostro no era el mismo desde que vine a vivir aquí. Las grandes ojeras en mi rostro habían disminuido en gran manera, mi rostro ya no se miraba tan pálido, mi cabello se miraba más brillante y mis manos poco a poco desaparecían las cicatrices.

— Ahora ¿ya parezco más a una persona viva? —

Sonriendo levemente, me levante del tocador para ir por unos guantes que hicieran juego con el vestido amarillo, al momento de buscar unos guantes alguien tocaba a mi puerta. Desconcertada de quien era tan temprano decidí abrir la puerta.

— Liz soy yo, Alejandro —

Una voz levemente moderada se escuchaba atrás de la puerta ¿Qué hace el aquí? Así que me acerque a la puerta con timidez y al momento de abrir, Alejandro estaba sonriendo como de costumbre.

— Alejandro ¿Qué haces aquí? —

Al decir eso, el solo sonrió a mi pregunta y decidió responder.

— Quería darte algo, cierra los ojos —

¿Darme algo? ¿Qué quieres darme? Algo curiosa por su petición asentí.

— S-si —

Saliendo de la habitación me puse enfrente de él cerrando los ojos, mientras que sentía como enrollaban algo alrededor de mi cuello, era cálido y muy suave.

— Puedes abrirlos —

Al momento de abrir mis ojos, pude notar que había una hermosa bufanda de color vino oscuro alrededor de mi cuello, era esponjosa como una nube y cálida como el fuego en el invierno.

— Esta bufanda es mía, pero tú la necesitaras más que yo —

Al escuchar eso, simplemente con la punta de mis dedos la tocaba con delicadeza... es la primera vez que recibo algo de Alejandro, así que solo intente bajar la mirada desviándola a un lado, intentando que mi cara dejara de arder y mis sentimientos se controlaran, pero todo parecía inútil detente, esto no es correcto.

— C-cuando regrese te la devolveré —

Era obvio que la cuidaría demasiado, así que mientras tanto, estaría feliz con ella.

— No te preocupes —

A su respuesta, Alejandro sonrió con satisfacción mientras después apareció Peter para escoltarme al carruaje en donde viajaría.

Como se esperaba, empezó un largo camino para ir hacia Pueblo Oque mientras que mi corazón latía a gran fuerza ¿sería por la emoción de que veré a la Anciana y a los demás? O simplemente... que volvería a ver todas esas personas que hicieron mi vida monocroma, tal vez era emoción mezclada con miedo al pensar que iba a suceder, para tranquilizarme simplemente di un suspiro profundo. Pase lo que pase, seré fuerte.

Finalmente el viaje había terminado, gracias a que me encontraba perdida en mis pensamientos este no se había sentido tan largo y además, Peter iba conmigo en el mismo carruaje. El carruaje se había detenido y Peter salió para ayudarme a salir al momento de hacerlo, nos encontrábamos en una esquina del pueblo espera... esto es el fuerte del pueblo, aquí es donde unos caballeros cuidan del pueblo ¿así que es una simple supervisión?

Mirando a mí alrededor, solo encontraba guardias así que ¿puedo escaparme para ir a ver a la Anciana? Intentando escapar de la vista de la Emperatriz y de Peter, este lo impidió.

The secret of a Kingdom: Saga Corazón de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora