La noche había hecho su entrada junto con la mañana del día siguiente, al escuchar el cantico de los pajarillos me acurruque más en la cama hasta que... se escuchaba mucho ruido que provenía del pueblo, a pesar de la distancia se escucha mucho alboroto ¿y ahora qué rayos le sucede a esas personas?
Levantándome aun con mis pijamas me dirigí al balcón de mi habitación, haciendo a un lado las cortinas de color rosa palo y abriendo esa hermosa puerta de vidrio finalmente salí a ver. Al parecer solo se notaba que esas personas habían despertado de un buen humor y nada raro en particular.
— Y dicen que yo soy la rara —
Volviendo nuevamente a mi cama para seguir durmiendo alguien había estaba tocando la puerta... las mucamas no creo, prefieren limpiar mi habitación cuando no estoy ¿acaso quieren sacarme para limpiar? O... ¿será la anciana?
— Cariño ¿puedo entrar? —
Oh... era esa dulce voz como la miel, medio abriendo mis ojos por el sueño hable algo adormitada... mi cálido sueño.
— Por supuesto —
Al entrar traía una canasta algo grande entre sus manos, al ver lo que cargaba corrí rápidamente para ayudar.
— ¡Las mucamas la tuvieron que haberla ayudado con esto! —
En el momento de escuchar cómo me quejaba por esto ella solo rio, sentándose en la cama dio unas palmadas al colchón para que me sentare a la par.
— Ven cariño, quiero mostrarte algo —
— Si —
Así como lo había pedido, me senté a la par de ella con curiosidad que había en esa canasta grande, la Anciana por su parte, pudo darse cuenta de mi curiosidad por ella.
— Se me había olvidado darte esto, Misha lo ha enviado desde Portual ábrelo, sé que te mueres de la curiosidad —
Di un pequeño sobresalto al escuchar lo que había dicho, así que a eso solo pude responder sonriendo algo avergonzada.
— Je,je... no es para tanto Anciana —
Me acercaba gateando hacia la canasta que había colocado en el colchón mientras que la Anciana miraba ansiosa, cuando estuve enfrente de ella la abrí, vi que se trataba de vestidos bonitos, al parecer de mi gusto y lo único que le pido a ella. Vestidos bonitos pero no lujosos pero estos... parecían de otro nivel, con bordados, encajes, listones y moños estaban adornados.
— ¡N-no puedo aceptar esto! ¡Se ve demasiado costoso! —
— Entonces, harás que Misha y Lucia se sientan mal, ellas lo han escogido especialmente para ti —
Nunca pensé que ambas se iban a poner de acuerdo para buscarme vestidos como estos, ya que solo utilizo vestidos monocromos.
— Cariño no es malo, ni me sentiré mal que me pidas algo cuando quieras, no salgo de la Mansión a repartir la medicina por tú me lo pides, haces todo lo posible para que este quieta por mi avanzada edad así que, por lo menos déjame compensarte como algo como esto, los vestidos que usas siempre los vives remediando para que yo no te compre nada —
Acercándose a mí, la Anciana empezó a acariciar mi rostro con dulzura y amor, mientras que sus ojos demostraban calidez.
— Todos en la familia te apreciamos, así que no te sientas mal con esto. Hasta podría decir que Lucia tiene más confianza cuando se trata de esto —
De eso no hay duda, a Lucia dale confianza y ya quiere dominar el mundo. Agache mi cabeza mientras que mis ojos se ponían un poco sollozos
— Te lo agradezco tanto —
ESTÁS LEYENDO
The secret of a Kingdom: Saga Corazón de Cristal
Fantasy- ¡Monstruo! ¡Demonio! - Esas son las palabras con las que siempre se dirigen hacia mí. El odio de todo el pueblo cayó sobre mis hombros por mis ojos bicolores. Tanto desprecio provocaba que me hundiera en la profunda oscuridad hasta que finalmente...