Capítulo 1: La introducción de mi vida- Parte uno:

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Noveno mandato del nuevo Imperio de Lux.

Un Imperio con una gran influencia a otros Imperios, con gran variedad de climas y de personas, majestuosas ciudades y oportunidades, mientras que es gobernada por su Emperatriz y con la ayuda de los jóvenes Príncipes los cuales, la gente en particular ha llegado a admirar por su gran generosidad.

El sol golpeaba muy intensamente por mi ventana provocando que, abriese mis ojos de mala gana y así levantare de mi agradable cama.

Haciendo una coleta mal hecha en mi cabeza y cambiando mis ropas de dormir por las que uso siempre y a la vez colocando una pequeña capa blanca sobre mi cabeza, me alistaba para salir a recolectar nuevas plantas e ir a entregar medicina a las clínicas.

Saliendo de mi habitación me encontraba con un elegante pasillo el cual, lo atravesaba una elegante alfombra de tonos grises que era decorado con unos hermosos jarrones que tenían hortensias de colores pastel, llegando a la mitad del pasillo a la izquierda, se encontraba otro pasillo que conectaba con unas grandes escaleras para ir al piso de abajo.

­— Buenos días cariño —

Casi terminando de bajar las escaleras, llego a mis oídos una voz familiar y dulce, girando mi cabeza para seguir a esa voz se encontraba la dueña y ama de esta hermosa mansión Roselia Astor, a quien yo personalmente llamo Anciana.

— Buenos días Anciana —

Una leve sonrisa se asomaba por mi rostro, el cual no se podía ver por la capucha blanca la cual cubría también mi rostro.

— Ya está listo el desayuno, no tardes o se enfriara —

Ella al acabar de hablar sonreía y se dirigía al comedor y así, termine de bajar aquellas grandes escaleras para dirigirme también al comedor. Cuando llegue mi desayuno ya se encontraba servido, me senté y empecé a comer junto con ella.

—Misha... no regresara luego ¿verdad? —

Dejando el tenedor en el plato le pregunte a la Anciana por ella, Misha es la hija mayor de la Anciana y futura dueña de esta mansión aunque, no está interesada en eso, ya que no se trata de esgrima. Una chica con unos cabellos cortos, rojos como la lava y el cual hacen juego con sus ojos de color primavera, verdes.

— Ella regresara hasta otoño Liz —

— Ya veo —

Agarre la delicada taza de té de limón para darle un pequeño sorbo, cuando la voz de la Anciana volvió a interrumpir el silencio que se había creado.

— Cariño ya te lo he dicho, no es necesario que uses tu capa dentro de la casa—

— Aahh... lo lamento —

Y así fue como descubrí mi cabeza de aquella capucha blanca, dejando en descubierto mis ojos, en el momento que lo hice la anciana se levantó de su silla y caminaba hacia a mí.

— Cariño, no te has atado bien tu coleta —

Cuando sentí, sus delicadas y arrugadas manos acomodaban mis cabellos rubios en una coleta alta, poniendo todo en su lugar.

— No sería mala idea salir a comprar unos aceites para tu cabello, así se vería hermoso —

— No, sabe que me siento mal cuando compra lujos para mí —

— No es ningún lujo que cuides tu cabello cielo —

Terminando de arreglar mi cabello me miraba con ternura, lo cual respondí con una sonrisa de ternura también.

— Con que arregles mi cabello, ese es mi gran lujo —

Me levante de la mesa rápidamente mientras que aquella dulce mirada permanecía en mi rostro.

The secret of a Kingdom: Saga Corazón de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora