Capítulo 10: El alcohol hace cosas curiosas

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Si por algo decía caracterizarse la etapa universitaria era por ser donde se daban las primeras fiestas, de manera legal, para sus asistentes. Eso les permitía a los estudiantes un mayor descontrol sin tener que estar pendiente de que no se les permitía beber alcohol y no tenían que depender de otros para conseguir la bebida. Pero, además, el estar alejados de los padres y todos con la misma edad y del mismo círculo social, hacía esas fiestas incluso más interesantes.

A pesar de que Miyeon no estaba del todo segura de cómo podía salir aquella fiesta, porque seguía desconfiando de Minnie por mucho que no le hubiera hecho nada malo, ante las ganas de Yuqi, que se vio apoyada por Yeji, Ryujin y Lia, no le quedó otra que aceptar aquella idea. Shuhua, a quien le daba más bien igual aquella situación y no trabajaba al día siguiente, había decidido que se descontrolaría algo más de lo que lo hizo la vez anterior, lo que había animado demasiado a Yuqi.

- Esta noche le vamos a demostrar a las divinas de qué pasta estamos hechas. Porque nosotras también nos podemos divertir como ellas. Y podemos ser incluso más divinas que ellas. Porque, sinceramente, os tiraría los trastos a cada una de vosotras esta noche. Estáis increíbles todas. – dijo Yuqi, mientras salían del piso de Miyeon, donde habían quedado todas antes de ir a la residencia, dado que era la casa más cercana al edificio.

- Controla las hormonas, Yuqi, que seguro que tienes chicos y chicas para poder tirarles la caña esta noche. Porque te vi que lo hacías con algunos de nuestra carrera en la cena de hace un par de semanas. – todas rieron ante el comentario de Yeji, recordando como Yuqi había bailado con muchos chicos, pero no había pasado nada con nadie.

- En realidad, si no pasó nada con ninguno fue porque no quise que pasara. Porque, en realidad, tuve oportunidades con algunos de ellos. – como siempre, la morena tirara de fanfarronería para exagerar la situación, por lo que el grupo no pudo parar de reír. – Voy en serio. Ya veréis como esta noche vuestra amiga liga.

Entre comentarios y bromas como aquellas, y lanzamientos de indirectas demasiado directas entre Ryujin y Lia, quienes ya no pretendían ocultar nada de la tensión sexual que había entre ellas, llegaron a la residencia de estudiantes. Si Shuhua se había sorprendido del lujo que transmitía el edificio desde el exterior, una vez estuvieron dentro experimentó lo que significaba realmente dicha palabra. El edificio desprendía dinero por todos lados, cosa que no le sorprendió mucho a Shuhua viendo los estudiantes que pasaban por sus pasillos, gente muy parecida a las divinas. Se quedaron paradas en medio del hall, admirando el sitio, hasta que Yuqi se puso delante de todas.

- A ver, amigas mías. Hoy tenemos una misión muy importante que llevar a cabo y es la de causar sensación. – la morena bajó el tono, acercándose a sus amigas. – Sobre todo a estos pijos que se creen de lo mejor del mundo por vivir en un sitio como este. – volvió a su posición inicial y terminó lo que pretendía decir. – Así que, ¡qué empiece la fiesta!

Las seis chicas se dirigieron directamente a la terraza de la residencia por el ascensor, siguiendo a algunos chicos con bolsas de alcohol que suponían que irían al mismo sitio. Y, efectivamente, al salir del ascensor en el último piso, vieron más cantidad de gente de la que Shuhua había pensado en un momento. Al principio, la morena se cuestionó cómo era posible que Minnie conociera a tanta gente. Pero luego cayó en que, si el rumor de una fiesta se había extendido por toda la residencia, lo más probable es que la mayoría de la gente no conociera a la pelirroja, pero, solo por acudir a una fiesta y beber hasta embriagarse, irían hasta allí.

No habían dado ni dos pasos cuando la pelirroja, con un cubata hasta arriba en la mano, llegó hasta ellas con una sonrisa.

- ¡Hola! Veo que al final habéis decidido venir. Me alegra mucho. – miró hacia abajo para observar las bolsas que traían. – Y me habéis hecho caso y habéis traído alcohol. Chicas listas. – Shuhua fue la única que le sonrió de manera genuina y se dispuso a hablar.

𝙍𝙚𝙘𝙪𝙚𝙧𝙙𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙪𝙣𝙖 𝙣𝙤𝙘𝙝𝙚 𝙙𝙚 𝙫𝙚𝙧𝙖𝙣𝙤 - SOOSHUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora