Capítulo 27: Oficial

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El nuevo semestre comenzaba para los estudiantes de la facultad de Administración y Dirección de Empresas. El inicio del semestre les trajo conocer a dos nuevas profesoras, que se unían a tres de las profesoras que ya tenían y les seguían dando clase, y cinco materias nuevas, además de las notas de las asignaturas del anterior semestre. Para su suerte, Shuhua aprobó todas las asignaturas, algunas con mejores notas que otras, pero no debía preocuparse por perder la beca que tenía, por lo que estuvo demasiado agradecida con la vida por ello. Sus amigas también pasaron el semestre limpio, lo que era bastante difícil debido a que todas temían por sus notas en derecho y al final la profesora Kim se había portado.

Por otro lado, su relación con Soojin seguía funcionando bastante bien. Hablaban todo el rato que podían por mensajes y quedaban todo lo que el trabajo de Shuhua y las vueltas a casa de Soojin les permitían. Se acercaban a los dos meses y medio desde que tuvieron su primera cita y Shuhua sentía que sus sentimientos por la morena se estaban tornando demasiado profundos y grandes como para poder seguir ocultándoselos a la gente. Así que había planeado una cita especial con la chica aquel fin de semana. Había visto en el vlog de una youtuber que le gustaba cómo esta visitaba el Muro de la Fortaleza de Seúl y le había parecido un sito tranquilo para tener unas preciosas vistas de la ciudad y poder hablar de lo que le estaba preocupando a Shuhua desde hacía un tiempo.

Pronto aquella mañana de domingo, Shuhua se plantó en la puerta de la residencia de estudiantes donde vivía Soojin. La morena había temido que pudiera encontrarse con Minnie y Soyeon, porque era bastante mala para mentir y seguro que le habrían descubierto sus intenciones. Sin embargo, eso no fue así y nadie conocido la vio cuando Soojin salió del edificio. Vio a la chica parada en la acera apoyada con una motocicleta, lo cual le sorprencio demasiado.

- Perdona, no sabía que estaba saliendo con una motera. – de rio Soojin, para luego darle un corto beso en los labios después de ver que no había nadie conocido a su alrededor.

- Un aspecto que no sabes de mí, Seo Soojin. En realidad, es de poca cilindrada y se puede conducir con el mismo permiso que el de conducir, así que podemos tomarla sin problemas. Es de alquiler y se paga por el trayecto que se emplee, así que no nos saldrá muy cara. ¿Vamos? – le preguntó después de su explicación, dándole el casco de repuesto que había en la motocicleta.

Soojin sonrió y asintió. Se subió al vehículo y abrazó por la cintura a Shuhua, lo que la hizo sonreír antes de arrancar el ciclomotor y empezar a circular por las calles de Seúl. No hablaron durante el trayecto, pero se sentía bien de aquella manera, sintiendo a la otra gracias al agarre de Soojin. Shuhua era feliz de aquella manera y podría estar así siempre. Se sentía en casa estando con la morena y esperaba que esta sintiera lo mismo, porque no pensaba dejarla escapar. No ahora que la había encontrado.

El viajetranscurrió sin problemas y, cuando llegaron al Muro, empezaron a caminar entrebromas. Hablaban de las nuevas profesoras que tenían ese semestre, Jung Yerin yChoi Yuna, que les habían parecido buenas maestras, teniendo materias algo másinteresantes para ellas que derecho, que les había sido un dolor de muelas perohabía sido la asignatura que las había juntado y siempre le iban a tener algode cariño. Soojin se dejó llevar por Shuhua, quien la condujo a la zona másalta de la colina hasta un lugar donde se podía ver toda la ciudad a sus pies.  

- Siempre me sorprende cada vez que vengo a este sitio. Las vistas son espectaculares. – comentó Soojin, admirando la ciudad que tenía delante.

- ¿Por qué te recuerda a cómo se ve la gente desde los palcos V.I.P. de las discotecas? – bromeó Shuhua, colocándose a su lado. Soojin la golpeó suavemente en el brazo, haciéndola reír.

- Ya te he dicho alguna vez que también bajo a la pista de baile con el resto de los mortales. Deberías saber lo que hago entre la multitud. – le dijo, mientras le guiñaba un ojo.

𝙍𝙚𝙘𝙪𝙚𝙧𝙙𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙪𝙣𝙖 𝙣𝙤𝙘𝙝𝙚 𝙙𝙚 𝙫𝙚𝙧𝙖𝙣𝙤 - SOOSHUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora