𝟎𝟖

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- Buen día, Sweetcheeks - gruñó.

Mateo bufó juntando su blusa del suelo de la sala.

- ¡Ya te dije que no me llamarás así! - respondió malhumorado.

- Hey, ¿a dónde vas? - se sentó en el sofá rápidamente.

- Para Narnia - decía caminando hasta el cuarto del Mayor - Creo que puedo ir por tu guardarropas, ¿te importa - preguntó irónico.

Mateo paró cuando Manuel le lanzó una cara de desprecio.

- Voy para mi apartamento - irguió las cejas.

- ¿No quieres quedarte aquí? Podemos...

- No. - interrumpió caminando hasta la puerta.

- Ok - susurró entregando el manojo de llaves para que Mateo abriese la puerta.

Mateo parecía impaciente, como si quisiese salir de allí corriendo, sus manos trabajaban con rapidez, pero ninguna llave encajaba en la cerradura.

Malditas cerraduras.

Malditas llaves.

Maldito Manuel Vainstein y sus cerraduras y llaves.

- Ahm, Mateo - llamó.

- ¿Si?

- ¿Todo bien ahí?

Mateo bufó tirando las llaves al suelo.

- Está bien, déjame ayudarte - Manuel se levantó tomando el manojo del suelo, encajando una de las llaves en la cerradura y con un ruidito la puerta se abrió.

Manuel balanceó el manojo de llaves al lado de su rostro y sonrió.

Mateo bufó.

- ¿Qué sucede?

- Tú, nosotros, anoche... Quiero decir, sexo, nosotros dos, esto...

Manuel sonrió.

- No debería de haber sucedido - sollozó.

- Pero sucedió y si no mal recuerdo, eras tú quien estaba implorando para que te follara.

- ¡Es eso! - gritó. - ¡Ese es el error! Tú vas a pasar el resto de la mañana refregándome en la cara que conseguiste llevarme para... - frunció la nariz - para una mierda de sofá.

- No reclamaste por eso anoche - protestó.

- ¡Eres un hijo de puta!

- ¡Y tú eres una princesa!

Mateo rodó los ojos.

- ¿Necesitas de un desayuno en la cama o un masaje matutino? ¿Quieres que te despierte con un beso o te cargue hasta la cama?

- No estamos hablando de eso - susurró Mateo.

- ¡Sí! - Manuel lo miró con los ojos muy abiertos - estamos hablando de que, independientemente de lo que hago, tú siempre vas a gruñir y decir que esto está mal y que no deberías estar conmigo. ¿Porque siempre es así!

Mateo suspiró.

- ¡No perdonas una puta broma, Mateo!

- Realmente quieres que te tome en serio - rió sin humor - ¡Cuando pasas casi un mes llamándome para follar en cualquier lugar como si fuese una maldita prostituta!

Manuel respiró hondo pasándose la mano por el cabello.

- Discúlpame - miró con precisión los ojos marrones de Mateo - Discúlpame por esto y por todo después y antes... Discúlpame por entrar en tu vida Mateo, no estaba realmente en mis planes.

𝐃𝐫𝐚𝐦𝐚 (𝚝𝚛𝚞𝚎𝚙𝚕𝚒𝚔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora