𝟎𝟗

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Mateo miró a Manuel con los brazos cruzados, así como una madre hace con un hijo malcriado, esperando respuestas, disculpas o lo que quiera que fuese. Mateo quería entender lo que Manuel había hecho y por qué.

- Entonces - comenzó.

- ¿Qué?

- ¿Qué fue todo eso, Vainstein? - irguió las cejas.

- Te ves tierno con las cejas levantadas - rió bobamente. - Cuando frunces la nariz - ladeó la cabeza pasando el dedo por la nariz de Mateo que la arrugó de inmediato.

- ¿Qu8é pasa contigo? - suspiró sentándose en el césped.

Manuel carraspeó.

- No quería ser menos - murmuró.

- ¿Qué?

- No quería quedarme en casa mientras tú estabas de fiesta besando y follando con cualquier chico - rezongó irritado.

- Eso es ridículo.

- Intenté ser tierno, o lo que sea - dijo confundido - ¡Y todo lo que hiciste fue echarme!

- Disculpe Sr. Sentimental, yo sólo quería salir - se burló.

- No se justifica ¿ok? Podríamos haber venido juntos.

- ¡No Manuel, no!

- Eres demasiado complicado - frunció el ceño - ¿Por qué aún así me gustas?

- ¿Tú gustas de mí? - tragó en seco.

- No. - se encogió de hombros.

- ¡Lo dijiste!

- También dije que tienes muslos sexys.

- ¿Estás diciendo que no tengo muslos sexys? - irguió las cejas.

- ¿Si te hago una mamada, cierras la boca? - preguntó casual.

- No se resuelve todo así - bufó.

- ¿Prefieres hacerme uno túa mí?

- ¿Cuándo vas a parar?

- Cuando pares de aborrecer - rodó los ojos - Sexo ¿quién sabe? Necesitas relajarte.

- No contigo a mi lado.

- No, yo estaría atrás realmente, o en frente, depende de...

- ¡Listo! - anunció Mateo.

Y un Vainstein risueño se sentó a su lado.

- ¿Bandera blanca? - lloriqueó Mateo.

- Tramposo - Mateo entrecerró los ojos - ¡Tú, Mateo, solo tú, comienzas con las provocaciones y yo necesito defenderme!

Mateo sonrió cuando Manuel deslizó su mano por encima de la suya.

- Es ridículo, nosotros ya follamos ¿y tenemos vergüenza de tocarnos el uno al otro?

- No - Manuel ladeó la cabeza - Es normal... Hm, para alguien como tú - jugó, dándole un golpecito en el brazo.

Mateo ladeó la cabeza lentamente recostándose en el hombro del mayor.

- Mi ex me llamó - Mateo comenzó - Él estaba dándome miedo - gruñó - El chico me persiguió durante un mes.

- ¿Quién no seguiría esos maravillosos muslos? - jugó.

- ¡Es en serio! - sonrió jugando con los dedos del mayor - Las personas de mi familia no tienen suerte en sus relaciones.

Manuel sonrió.

𝐃𝐫𝐚𝐦𝐚 (𝚝𝚛𝚞𝚎𝚙𝚕𝚒𝚔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora