Mateo sonrió mientras arrastraba a Manuel hacia la sala, el corredor no estaba lleno, pero algunas personas los vieron entrar en aquella vacía sala. Mientras Manuel recostaba a Mateo e el escritorio del profesor, el menor tuvo tiempo para formular bien su plan.
Manuel iba apresurado, entonces Mateo tuvo que tomar el control. Vainstein lo miró minutos antes de agarrar su cuello sin pena alguna, él mordía, arañaba con los dientes y succionaba mucho. Mateo se apresuró sentar sobre el regazo del mayor, y provocador como era, Mateo se dedicó a hacer movimientos circulares con las caderas arrancando gemidos del mayor.
Vainstein sujetó su cintura y la apretó, susurró al oído de Mateo:
- Para quien no quería aceptar mi propuesta estás bien entusiasmado, Palacios.
El menor sonrió saliendo de encima de Manuel, desabotonando sus pantalones ajustados y descendiéndolos hasta que pudiese verse el volumen al medio de sus piernas. Manuel sonrió y agarró el cabello de Mateo.
Palacios, por su parte, sonrió, mordió el elástico del boxer de Manuel y lo tiró hacia abajo, la glande de Vainstein estab visible y Mateo deslizó la lengua hacia fuera de su boca haciendola tocar la punta sencible, Manuel pudo sentir corrientes eléctricas atravesando su cuerpo, ¿cómo Palacios podía dejarlo excitado con algunos toques? Él parecía un adolescente con el auge de la pubertad. Cuando llevó su boxer hacia abajo, haciéndolo revelar todo el complemento que el mismo escondía, y guió el rostro de Mateo hasta su pene ridículamente erecto, el menor sonrió y movió la cabeza en negación.
Por un instante Manuel se sintió confundido, y luego la conciencia volvió hacia él. Mateo se levantó presuidamente, erguido con el trasero empinado, miró a Manuel y sonrió.
- Que mierda.
- ¿Pealmente creíste que yo colocaría mi boca en eso? - ateopreguntó incrédulo.
Vainstein frunció el ceño, sintiendo su cuerpo enrojecer de pura raba.
- ¡No estás hablando en serio! - dijo entre dientes.
- Si - Mateo rodó los ojos - Ahora vístete, por favor, esos es un poco vergonzoso, mantén el resto de dignidad que te queda.
Manuel bufó irritado golpeando la mesa cuando Mateo pasó por la puerta con aquel maldito movimiento de caderas y aquella maldita sonrisa de vencedor.
- ¡Esta vez venciste Palacios, pero eso va a cambiar! -bramó sin importarle si Mateo oiría o no.
Cuando Mateo salió de aquella sala, él no podía sentirse mejor, su sonrisa era de oreja a oreja y bien... Incluso , aunque él estuviese insoportablemente duro, aun así estaba feliz.
[...]
Mateo no sabía cómo en una semana todo podría ser tan diferente. Desde el incidente en la sala 23, que a Mateo le gustaba nombrar "La gran frustración sexual de Vainstein en la 23" - tal vez él o fuese muy bueno con los nombres.
Desde hace algún tiempo, Ignacio y Valentín estaban juntos. Mateo oía sus gemidos a la noche, de mañana ellos desayunaban como si nada hubiese sucedido y durante las tardes ellos se quedaban abrazados en el sofá, besándose y llamándose por apodos cariñosos. Mateo sentía ganas de vomitar a cada "bambi" y "conejito" que escuchaba, seguido de gemidos ridículos. Mateo nunca sintió tanta vergüenza ajena.
Valentín era realmente un chico muy pegajoso, y cuando Matías le dijo que creía que necesitaba quedar con otras personas porque tal vez no estuviese preparado para una relación ahora, Oliva lloró, él no hizo nada además de llorar y pedirle a Matías que se fuera.
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𝐃𝐫𝐚𝐦𝐚 (𝚝𝚛𝚞𝚎𝚙𝚕𝚒𝚔)
Fanfiction𝑀𝑎𝑡𝑒𝑜 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑢𝑛 𝑜𝑟𝑔𝑢𝑙𝑙𝑜 𝑚𝑢𝑦 𝑔𝑟𝑎𝑛𝑑𝑒 𝑦 𝑀𝑎𝑛𝑢𝑒𝑙 𝑢𝑛 𝑒𝑔𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑎𝑠𝑎 𝑠𝑜𝑏𝑟𝑒 𝑒́𝑙. Iniciada: 23/11/2020 Concluida: 13/03/2021