𝐖𝐈𝐂𝐊𝐄𝐃
❝En un punto, todos tenemos que elegir: cómo el mundo quiere que seas o cómo eres tú.❞
𝐌arkus Belova había sobrevivido a los cientos de círculos del infierno, ahora debía enfrentarse al verdadero limbo.
...
CICATRICES DE BATALLA, capitulo cero: el amor que persevera!
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MARKUS SABÍA QUE ALGUNOS GESTOS DE CLINT BARTON PODÍAN SER GRACIOSOS AL ESTAR SORPRENDIDO POR ALGO, pero en ese momento, al ver a Natasha Romanoff cargando un bebé recién nacido en manos — una asesina entrenada por la Habitación Roja, quien se enfrentó a millones de terroristas, mercenarios y había asesinado a más de mil personas, donde su expediente literalmente chorreaba de rojo — el arquero retirado se estaba planteando seriamente hacerse una operación ocular por la gran escena que se desenvolvía frente a él. Su rostro no tenía precio alguno y Mikhail Orlov se encargó de grabarlo para Markus Belova, quien tenía una sonrisa muy socarrona pintada en su rostro en ese momento. Romanoff intentó sofocar una carcajada, conteniéndola con una gracia y paciencia infinita para no reírse de su mejor amigo, así como así. El arquero se acercó lentamente a la pareja, quien lo había llamado en la mitad de la noche y él les dijo que podría estar en la nueva base de los Nuevos Vengadores por la mañana a primera hora.
Ellos ni siquiera habían dormido en toda la noche.
Hasta incluso Steve y Dominica, quienes estaban muy confundidos con la situación.
La mujer de cabellos pelirrojos sostuvo al pequeño entre sus brazos con fuerza, sin dejar alguna opción a que alguien más lo agarrase para que sus músculos descansasen un poco. Markus mantenía un fuerte agarre de su cadera, mientras que Mikhail había sido el primer miembro del trío en salir de allí. El aire frío de la noche los azotó a los tres en ese momento y el castaño se mantuvo pegado a su pareja sin saber qué hacer realmente. Acababan de escapar de un escuadrón de Viudas y Gorriones Negros, quienes tenían la misión de tomar al bebé que había concebido la Viuda Negra llamada Dasha. Si intentaba proteger al bebé de algún Gorrión y Viuda, estaba haciendo un pésimo trabajo, pero una vez dentro de la base Natasha le indicó en silencio que ya estaban bien. ¿A caso las ventanas eran a prueba de balas manufacturadas por la Habitación Roja y la KGB? Él no podía pensar en claro con toda la situación que pasaba a su alrededor.
—Oye, colega, tienes que calmarte—espetó el mayor de los Orlov, alzando su mano.
Eso, efectivamente, quitó a Markus de su trance.
Y se dio cuenta de que sus poderes estaban surgiendo justo en la última capa de su piel.
Está bien, estamos a salvo, se dijo a sí mismo.
—Lo siento, chicos—se disculpó el hombre ruso haciendo un gesto distraído con su mano—. Huh, esto...me dejó bastante descolocado. Me calmaré.
—Te comprendo, cielo—añadió la pelirroja mirándole desde su lugar—. No creía que la misión se fuese tan al diablo como lo hizo y más con la presencia de un escuadrón de la KGB—soltó un suspiro, alternando su vista entre los dos ex asesinos—. Llegamos con el tiempo justo.
