capitulo 4°

2 1 0
                                    

Me terminaron aceptando como nueva “Alfa”.
 
La casa es enorme, con diez habitaciones, de dos pisos, una sala de juegos, un mini gimnasio, la cocina es muy grande con un comedor de doce sillas y una piscina en el patio trasero con un muy lindo jardín.

Nos instalamos en nuestras respectivas habitaciones, me quedo desempacando hasta que escucho un bullicio proveniente de la planta baja. La curiosidad me invade y decido salir.

-Pero miren a quien tenemos aquí… -esto debe ser un chiste.

-¿Qué hacen ustedes aquí?... digo con evidente sorpresa

-¡Una buena pregunta que deberíamos formularla nosotros… ya que pertenecemos aquí… -serán cabrones estos tontos!!

-Bueno creo que ya se conocen, así que aprovecho que están todos juntos para informarles las reglas de este hogar -habla Dylan -lee esto – me entrega un papel, le echo un vistazo

-En voz alta! ¿O acaso eres analfabeta?  -le lanzo una de mis miradas, y obedezco.

No porque él lo diga si no porque quiero.

               ******

Dejó la hoja y bajo del sillón al que me avía subido (pues sip soy un pitufo delante de estos ocho gorilas con los que tendré que compartir “hogar”). Me siento en frente de todos que se encuentran en el mueble de enfrente mío. -y bien a que te refieres con “discreción”-hago comillas invisibles con los dedos.

-Simple… -se para y se acomoda el saco (sinceramente no comprendo ¿cuál es la necesidad de estos chicos en usar sacos y corbatas?) yo ni loca usare eso para ir a clase nunca tuve la necesidad. En mi antiguo instituto usábamos ropas normales sólo los del equipo de deportes y las porristas sin serebro.

-No aceptamos chicas en esta fraternidad, no porque sean reglas del recinto en realidad -se toca la barbilla y por desgracia de la naturaleza eso lo ase ver muy guapo, mentiría si les dijera que no es un dios griego con ojos aguamarina, rostro sin ninguna imperfección de acnés o pecas , nariz respingada, un cuerpo y estatura exageradamente perfectos, los labios de un tono rosado y gruesos que te inspiran a besar y morder… -¿me entiendes? -interrumpe las perversiones de mi cabeza y se lo agradezco.

-Ah… -sacudo la cabeza para concentrarme -creo que si -contesto de lo más normal como si no me lo hubiera comido con el pensamiento.

Hola mis amores
¡¡Que emoción!!
Esté es el segundo libro que escribo.
Les invito a que no se pierdan ésta historia y me apoyen con sus estrellitas que no les cuesta nada.

Besos mis cielas.

LA ADOPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora