Contigo

34.Sevilla (V)

Tercera parte:

Me desperté y vi que Melen aun dormía y como estaba boca arriba me senté en su abdomen y lo desperté con un recorrido de besos y mordiscos que empezaban desde su oreja pasando por  la comisura de sus labios luego bajando por su cuello y acabando por su torso. Finalmente se despertó.

Melendi: Buenísimos días, princesa.

Yo: Buenos días, mi amor.

Melendi: Te quiero.

Yo: Yo no.

Melendi: Ah, ¿no?

Yo: No.

Melendi: Pues te vas a enterar.

Me cogió y me tiro a un lado de la cama se puso encima de mí y empezó hacerme cosquillas yo gritaba mientras yo me reía y él también.

Yo: Para, por favor, para.

Melendi: No voy a parar hasta que de tus labios salga un te quiero

Y en eso que abren la puerta.

José: Siento interrumpir la fiesta pero el desayuno está en la mesa.

Melendi: Perfecto ahora bajamos que hay hambre.

Yo: Venga levántate de encima Melen que tengo hambre.

José: No me extraña con el ejercicio que hicisteis anoche.

Yo: ¿Ejercicio?

José: Si tata, si, no te hagas la tonta.

Melendi se rio y siguió haciéndome cosquillas y José salió.

Yo: Venga Melen para ya que nos están esperando.

Melendi: Parare cuando oiga lo que quiero oír.

Yo: No te quiero, te amo bobo.

Melendi: Yo también te amo tonta.

Nos fundimos en un precioso beso. Luego nos levantemos, nos vestimos y bajamos. Una vez a bajo saludamos a todos y nos sentamos a la mesa a desayunar. Íbamos desayunando mientras íbamos hablando y riendo. Melen y yo nos dábamos algún que otro beso.

José: ¿Que os parece si esta mañana vamos todos juntos a la playa?

Jorge: Vale tete me encanta ir la playa.

Pepe: Y después podríamos ir a comer a un restaurante.

Pepi: Perfecto.

Melendi: Me parece genial.

Yo: A mi también.

Maite, la mujer de mi padre: Un plan perfecto.

Después de desayunar Melen y yo recogimos mientras que los demás se fueron a poner el bañador y la crema solar. Luego subimos a nuestra habitación hacer lo mismo. Después…