Enara Morgan sólo tenía un objetivo: descubrir la verdad entorno a la sospechosa muerte de su madre. Por ello, decidirá dejar su apacible vida en las montañas cercanas a la Muralla María y alistarse al Ejercito de las Murallas, con la esperanza de e...
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Cuartel General del Cuerpo de Exploración. Territorio de la Muralla Rose.
En algún momento, Enara tuvo que cerrar los ojos, agotada tras derramar su interior, porque, al instante siguiente, al volverlos a abrir, se encontró tendida sobre su cama en la enfermería. Con el amanecer de un nuevo día, se sintió... ligera. De alguna forma, su pecho estaba menos pensado y se sentía menos... enfadada. Con... Con todo. Sumergida en aquella diminuta liberación de sus sentimientos, se vio envuelta en caos cuando el personal sanitario se dio cuenta de su nuevo corte de pelo. No les hizo falta sumar dos más dos para comprender que la paciente a la que se suponía que habían estado cuidando había hecho de todo menos descansar. Entre regaños y preocupaciones, fue sometida a una nueva revisión.
Entrada la noche, tras una exhaustiva cantidad de pruebas, no tuvieron más remedio que darle el alta. Su salud había mejorado de manera notable.
Envuelta en la oscuridad, Enara caminó tranquilamente por los pasillos, sin rumbo fijo. Los pensamientos y los recuerdos de lo sucedido en la noche le acechaban como depredadores. No podía ignorar que se sentía distinta. Algo en su interior, y no solo relacionado con su pasado, había cambiado. Del mismo modo en el que sus ojos ya no veían con el mismo halo de luz a su superior. Quién iba a decir que todo aquello que le había sido advertido era cierto: el capitán Levi era más de lo que su fachada de amargado sin sentimientos dejaba ver. Y no... no sabía como sentirse al respecto.
Por suerte, no tuvo que enfrascarse en una batalla interminable contra sí misma, pues, enseguida, apareció un agitado Eren en su campo de visión. A través de las luces de las velas, Enara presenció el momento en el que el chico se percató de su nuevo cambio de imagen. Sin embargo, entre parpadeos, el chico sacudió la cabeza y no mencionó nada al respecto.
-Enara, me acabo de enterar de que te han dado el alta-La soldado asintió y el chico resopló-Perfecto, ven conmigo. Justo el capitán Levi nos ha convocado.
-¿Ha pasado algo?-Le preguntó mientras lo seguía por los pasillos. Tenía un mal presentimiento.
-Y tanto. La Policía Militar llegará en cualquier momento para llevarse al comandante Erwin y al resto. Pero, al parecer, el mismo comandante nos ha citado para celebrar una reunión de urgencia antes de que eso suceda-Explicó caminando tan aceleradamente que casi corría-¡Vamos, más deprisa!
