XIV

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1963.
Cero Hargrevees.

— Entonces ¿Ya vas a contarme? —

Máxime llevaba buen tiempo preguntándome sí ya le contaría sobre mi chico.

Desde que había mencionado que yo tenía pareja, había estado muy insistente al respecto, entonces ¿Esto es tener una hermana a quien contarle las cosas y con quién pasar el rato?

— Ya te dije que te contaría
después — dije carcajeando pues me daba gracia su insistencia.

Máxime y yo nos habíamos vuelto inseparables, a veces incluso llegábamos a decirnos hermanas.

Cuando Hargrevees tenía eventos importantes yo le ayudaba a escoger un conjunto y ella a mi, me hablaba de los chicos que veíamos pasar mientras íbamos en el auto o cómo sería una cita perfecta para cada una.

Algo que siempre había soñado hacer con Allison y Vanya.

— Dijiste eso la última vez y ya pasó más de un año Cero y lo único que me has dicho es que ese anillo que llevas siempre te lo dió él y también que él tiene uno que hace juego con el tuyo — dijo lanzandome una almohada de su cama.

Antes de siquiera tocarme la detuve en el aire y se la devolví con fuerza.

— Tu ganas, solo porque Ethan no está para molestarnos —

Esa noche teníamos la mansión para nosotras solas, podríamos hacer noche de chicas pues mi padre se había llevado a Ethan y también a Pogo a la fábrica.

Desde que le dije que estaba en peligro ahora tomábamos turnos para ir con el a la fábrica, casi siempre era yo quien lo acompañaba pero por fin me dejó tomar un respiro.

— Por fin — Máxime se recostó en su cama boca abajo, recargando su cabeza en sus manos, mirándome atenta y podía sentir su emoción emanar de ella.

—Bueno ¿Cómo empiezo? — me senté en mi cama recargandome en la cabecera, encojiendo mis piernas a mi pecho.

— Su personalidad es....no creo que haya forma de describirla en una sola palabra. El es amable, dulce, es inteligente, ambicioso en una buena manera, responsable, es tierno, caballeroso, risueño, con solo verlos te llena de felicidad, y verlo a los ojos juro que casi puedes ver lo pura que es su alma, él está lleno de esperanza. Sus ojos son juro que son un universo brillante y cristalino color esmeralda, sientes cómo todo lo que te preocupa y todo el mal que tienes y lo asqueroso que es el mundo se te olvida y solamente te pierdes en un lugar de donde no quieres salir jamás, el me hace sentir bien cuando siento que todo se me viene abajo, él es mi apoyo cuando lo necesito, me ayuda a ser más de lo que soy, los dos nos hacemos mejores personas y nos recordamos por lo que estamos luchando cuando ya nos queremos dar por vencidos o perdemos el camino...—

Sin darme cuenta empezaba a sonreír cada vez más y más.

— Si quieres saber cómo es físicamente pues: Su cabello es negro azabache, tiene dos lunares en una de sus mejillas y siempre que sonríe se dibujan dos hoyuelos, uno en cada mejilla, su sonrisa juro por dios que es única y tan rara pues rara vez sonríe de forma pura, pero cada que lo hace ni puedes evitar sonreír con él, no es perfecto eso puedo asegurarte pero ¿Acaso importa? Quiero decir para mí el es más que su físico y lo que hizo o llegó a hacer, Hay personas que se enamoran de lo superficial pero....una vez que te enamoras del alma y escencia de una persona entonces todo cambia —

El diario de Cero.H Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora