XV

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Mansión Hargrevees.
1963

- ¿Ya están listas?-

Ethan tocó la puerta de nuestra habitación.

- 10 minutos -

Respondí mientras terminaba de ayudar a Maxime en su peinado.

Un día importante para Hargrevees, hoy era la gala en el consulado de México.

Ethan, Máxime y yo íbamos de guardias cómo siempre.

- Más vale que se apresuren,
dolly-

Había cambiado mi apodo pues a Hargrevees no le gustaba mucho que me llamara >>Muñeca<<

Y ya que Dolly era un nombre y también significaba muñeca entonces optó por decirme así.

(Cosa que no me agradaba pero era tolerable)

Reginald nos dió un tiempo para arreglarnos pues esta vez teníamos que estar más presentables que nunca.

- Cero ¿has visto mi perfume? - Máxime miraba el tocador que compartíamos algo inquieta.

- Te refieres a ese que está justo enfrente de tu nariz - dije señalando un frasco de perfume con el cepillo.

Ella al darse cuenta lo tomó y se llenó en una nube de perfume.

- ¿Por qué estás tan alterada? - cerré los ojos para que no me llegara el perfume y empecé a mover la mano cómo un abanico.

- Es la primera vez que voy a un evento tan importante cómo este. Normalmente yo me quedaba aquí y Hargrevees llevaba a Ethan cómo guardia pues aún no estaba lista o algo así -

- no te preocupes, no es gran cosa, solo mucha gente con trajes extravagantes y champagne - dije intentando quitarle el nerviosismo a Máxime, mientras terminaba de peinarla.

Lo cual funcionó pues deje de sentir su preocupación.

- ¿ Tu ya habías asistido a
algo así? -

Me preguntó mientras se amarraba un moño en el cabello, era color rojo a juego con su vestido.

- No, pero mi padre siempre me hablaba de ese tipo de eventos y cómo debía comportarme sí llegaba a asistir a alguno. Incluso me hizo asistir a clases de baile de salón y demás estilos - dije riendo de lo ridículo que sonaba decirlo en voz alta.

- Suena algo exagerado - Máxime intentó aguantar la risa.

- No tienes idea - dije dando un suspiro dejando de reír.

Máxime se quitó del espejo y me dejó terminar de arreglarme a mí. Solamente me puse un poco de perfume y terminé con un labial rosado muy tenue, casi del mismo color de mis labios.

- Listo -

Salimos de nuestra habitación y bajamos las escaleras, justo Ethan iba bajando también, llevaba unas gafas de sol en el bolsillo de su saco y también un pañuelo color café claro, haciendo juego con mi falda.

El diario de Cero.H Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora