Capítulo 18: Mer pinta un helicóptero

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— ¿Por qué te detienes? — Preguntó SinB cuando íbamos camino a la mesa de las chicas.

— La vista se me nubla entonces no quiero derramarle mi pizza a alguien. — Contesté cerrando un poco mis ojos.

— ¿Por qué estás tan preocupada por no derramarle tu pizza a alguien? —

— Porque la última vez que lo hice una niña rica perdió su pulsera de diamantes y cuando la devolví mi vida cambió para siempre — Expliqué volviendo a caminar.

— No me niegues que esto ha sido lo mejor que nos ha pasado, Dahyun — Dijo SinB haciéndose a mi lado.

Todavía nos quedaban unas cuantas mesas para llegar hasta las chicas.

— Claro que lo es, SinB. En unos meses volveremos nuestro sueño realidad — Dije guiñándole un ojo.

Llegamos a la mesa de las chicas y ambas nos sentamos con una enorme sonrisa. Yerin se nos unió después sonriéndole de forma muy enamorada a SinB.

— ¿Qué harán si Mer se entera de su relación? — Preguntó Tzuyu tomando un poco de su malteada.

— Solamente consigo una identificación falsa y me voy del país. — Explicó encogiéndose de hombros.

— ¿Y cómo pagarás todo eso? — Ahora fue Momo la que preguntó.

— Solamente vendo un riñón de Dahyun y con eso sobrevivo. —

— ¿Por qué mi riñón? — Levanté una ceja cruzándome de brazos.

— Es lo menos que puedes hacer, tú me arrastraste de nuevo al infierno llamado colegio. Además me debes un favor — Mi mejor amiga también se cruzó de brazos.

— Alto ahí loca, ¿de que favor hablas? —

— La vez que tuve que quedarme 3 horas con la hermana mayor de una de tus conquistas mientras tu te divertías en el cuarto — Contestó con indignación.

— No fue tan malo, SinB. —

— ¡Escupía mientras hablaba! — Exclamó mientras el resto de las chicas veían nuestra pequeña discusión como si fuera un partido de tenis.

— ¿Y qué me dices de la vez que tuve que pasar dos horas ayudando a ancianos a encontrar su caja de dientes nada mas porque tu querías conquistar a una chica? — Alegué disfrutando como SinB abría y cerraba su boca intentando encontrar algo para discutir.

— A Gissele le gustaba la caridad. —

— ¡¿Y tenías que llevarme a mi?! —

— No me vengas con quejas, disfrutaste hablando con la señora Smith todo ese rato. —

SinB y yo nos quedamos varios segundos sin parpadear hasta que las dos nos echamos a reír por esa estúpida situación.

—¿Entonces la conclusión es que las dos se han aburrido por horas nada mas para que la otra conquiste a una chica? — Eunha fue quien rompió el silencio y SinB y yo chocamos manos.

— Para eso son las mejores amigas — Chocamos manos y nos guiñamos el ojo.

— ¿Están hablando de puteria sin mi? — Mer llegó hasta nuestra mesa e hizo una expresión de ofensa.

— Para nada, no podemos dejar a la reina de la puteria fuera de esto — Halago Momo levantando su malteada y guiñándole un ojo a Mer quien hizo una breve inclinación con una mano en su pecho.

— Mer... — Llamé a la mujer mayor quien estaba muy concentrada quitándole la comida a SinB.

— ¿Para qué soy buena, Newton? —

— Para ser conserje no... ¿Tu si trabajas? — Levanté una ceja y miré a Sana que se estaba aguantando la risa.

— ¿Me viste cara de que? ¡¿Limpia pisos?! — Exclamó mirando a su alrededor — Nada mas vine porque escuché que la secretaria vendría por su almuerzo. —

— Estás tan enamorada de ella... — Dijo Sana haciéndonos reír a todas.

— Shhh, Minatozaki. Pierdo la concentración. —

— Pobre secretaria, mamá. De tanto que la piensas te va a denunciar de acoso mental — Comentó Yerin aguantando la risa.

— ¿No quieres que la secretaria sea tu madre, Yerin? — Preguntó aún escaneando todo el lugar.

— Ni siquiera sé su nombre, mamá. —

— El nombre no importa, importa la persona... ¡Ya la ví! ¡Aahhhh noo, no, no, no! ¡Ese hijo de Voldemort no me quitará a mi mujer! — Mer se levantó bien decidida a ir por el Señor Pelón y brillarle la calva.

El almuerzo acabó y yo debía ir por unos libros que pedí en la biblioteca para devolverlos, mientras intentaba abrir mi casillero por quinta vez gracias a que mi ojo derecho no veía muy bien, una animadora del nuevo equipo de fútbol apareció a mi lado.

— Hola Dahyun — Saludó muy alegre y coqueta la chica, pero gracias a que estaba muy concentrada, pegué un brinco y me di un buen golpe en la cabeza.

— ¡Oohh! — Exclamé tocando mi cabeza y sentándome en el pasillo.

— ¡Dios mío! — La morena se acercó a mi y colocó su mano en mi cabeza, su rostro estaba muy cerca del mío y su cuerpo casi estaba sobre mi — ¿Estas bien? — Preguntó acercando un poco más su rostro.

— Estaría mejor si no la estuvieras asfixiando — La figura de Sana hizo su aparición frente a mi campo de visión y la chica dio un brinco alejándose de mi.

— Amm... Solo vine a decirte que el entrenador te busca, está en su oficina — Dijo algo nerviosa por la mirada de Sana y se levantó — Está en su oficina, lamento lo del golpe. —

La chica se fue casi corriendo para estar lejos de nuestro alcance y probablemente de las uñas de mi "novia". Me quede mirándola algo extrañada hasta que desapareció, pero al parecer alguien lo interpretó mal porque recibí otro golpe en mi cabeza.

— ¡Auch! ¡Sana! — Me queje pero no dije ni una palabra cuando ella se hizo en la misma posición que la otra chica y masajeo suavemente el lugar donde me había golpeado. La diferencia era que con Sana no me sentía incómoda.

— Ahora cualquiera busca la oportunidad para acercarse a ti — La castaña rodó los ojos haciéndome reír.

— Descuida, estos ojos solo te ven a ti. — Comenté ganándome una sonrisa de su parte.

Nuestro momentos fue interrumpido por el sonido de un helicóptero que aparecía en su lateral decía "Industrias Tuan" y cuando Camila lo vio se levantó sorprendida y fue corriendo hasta el estacionamiento junto a todos los que salían de los salones.

Me levanté tomando mi bolso y me reuní con SinB, Mer y Yerin.

— ¿Quién demonios acaba de llegar? — Pregunté algo sorprendida de ver como todos se dirigían al helicóptero.

— Es Mark Tuan... El ahijado de Bill Gates, el hombre más rico del mundo — Explicó Mer sacando un globo, por sus manos cubiertas de pintura, supuse que eso era lo que contenía el globo.

— ¿Qué vas a hacer con eso? — Preguntó SinB señalando el globo.

— Ese mocoso presumido me cae peor que el Señor Pelón, así que sacrificaré este lindo globo. —

Cuando Mer terminó de decir eso, lanzó el globo de pintura y por lo poco que pude ver, le dio al helicóptero y esto manchó el traje del chico que iba bajando de el.

— ¡La última en llegar se la lleva la policía! —

Mer echó a correr y las tres nos miramos antes de seguirla como un rayo.

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