Capitulo 2

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Capítulo 2

—Pasa.

Cuando entré, descubrí que la casa era mucho más grande de lo que parecía por fuera. En la entrada había un pequeño mueble con dos fotos de Leo, Nash y un chico que supuse sería el otro compañero. Nash me guió hacia un espacioso salón con paredes blancas. En el medio había un gran sofá de color grisáceo y en frente de este un mueble con el televisor. En las paredes había cuadros que daban a la sala un toque moderno. Cambien había una vitrina y una estantería llena de libros. Una gran ventana aportaba mucha claridad a la estancia. Seguida del salón se encontraba la cocina. En esta había una mesa roja con cuatro sillas, en frente estaba la encimera de mármol que se prolongaba creando una barra de desayuno. Me sorprendió ver todo muy bien ordenado y limpio.



—Arriba están las habitaciones —indicó Nash —¿Quieres subir?

—Vamos.



Atravesamos el salón y subimos por unas escaleras en forma de caracol. Al final de esta había un pasillo largo y estrecho con varias puertas a los lados.



—Esta es la habitación de Cam —me informó el chico de ojos azules señalando la primera puerta —Seguro que sigue dormido, si quieres, podemos despertarle —esbozó una sonrisa traviesa.

—¿No se enfadará? —pregunté preocupada.

—No importa.



Nash abrió la puerta y los dos entramos. Estaba todo oscuro, salvo por los hilos de luz que entraban por la ventana. Había un chico moreno tumbado en la cama. Nash se acercó a el y le tiró un vaso de agua que encontró en la mesita.



—¡Aaah!—gritó el chico saltando de la cama.

—¡Corre Selena! —me dijo Nash jalándome del brazo.

—¡Esta me la pagarás Grier! —espetó el chico saliendo por la puerta.



Para cuando llegó al salón, Nash se había escondido en el baño. Se acercó a mi y me miró somnoliento. Era un chico bastante alto. Tenía el pelo en un tupé desordenado y de color castaño oscuro. Sus ojos marrones estaban llenos de vida. Llevaba puesto un pantalón de chándal gris y su torso estaba al descubierto. No pude evitar fijarme en sus abdominales marcados.



—Tu debes ser Selena —afirmó bostezando.

—Así es —contesté —Y tu eres...

—Cameron, pero llamame Cam.

—Encantada—dije sonriéndole.



En ese instante la puerta principal se abrió y mi hermano entró con una bolsa en la mano, la cual soltó en cuanto me vio.



—¡Sel!—gritó corriendo hacia mi.



Yo me abalancé sobre el, lo que provocó que perdiera el equilibrio y los dos cayéramos. Leo se dio un fuerte golpe en la espalda.



—Veo que tienes más fuerza —exclamó adolorido.

—Lo siento —repliqué y comencé a reír —Dios mio,no has cambiado nada —mi hermano siempre había sido un chico muy risueño y alegre. Tenía su precioso pelo rubio cayendo sobre su frente y sus ojos celestes brillaban mas que nunca.Estaba más musculado de como lo recordaba.

—Solamente hace un año que no nos vemos, no treinta —dijo y rió conmigo —Te he echado tanto de menos, enana.

—Yo también, Leo. Aún no me creo que esté aquí.

360° | Nash GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora