Sinopsis

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*Esta historia tendrá unos saltos de tiempos, porque en su trata de un poco la vida de Jiang Cheng luego de la "traición" de Wei Wuxian.

Zidian se golpea contra la espalda, haciendo que la persona caiga sobre una de las mesas de té, rompiéndola y espetándose cantos de maderas en algunos puntos sensibles, sobre el proceso.

El dolor empieza en la espalda pero recorre todo su cuerpo de una forma excepcional. Efectiva y que daría orgullo al maestro. La espalda se entumece, dejando una perfecta línea horizontal sangrante, manchando las ropas prístinas azules en ropas rojas de sangre. Al intentar levantarse los pies tambalean, cayendo al dar un solo paso. Las manos no pueden con su peso y lo arrastra al suelo.

El hombre no se queja, no pide piedad ni que pare, se lo merece. Y sinceramente le sorprende al no sentir más golpes, en cambio escucha el rechistar de Zidian y los temblores de ira y desilusión de Jiang Cheng.

-A-Cheng - susurra Lan Xichen sacando una bocanada de sangre de su boca. Aún así se intenta levantar con su cuerpo tembloroso, limpia sus labios con sus túnicas ya no tan blancas y azules, y entonces se gira para ver a su prometido - A-Cheng.

-¡No te atrevas a llamarme de esa manera imbécil, hijo de puta, pedazo de mierda! - grita con todas sus fuerzas, pegando a Zidian en su pecho, aguantando las ganas de desfigurar la cara del hombre frente a él.

Lan Xichen da un paso y Jiang Cheng no duda en dar dos atrás.

-¡No te atrevas a acercarte, infeliz!

-¡A-Cheng escúchame! - grita acercándose al líder, tomando sus brazos con desesperación, sus ojos llorosos y sus labios rojos, se veía tan desesperado pero Jiang Cheng no iba a caer - ¡fue un accidente! ¡Yo realmente no sabía lo que hacía!

-¡Si crees que te voy a creer estas loco! ¡No vuelvas a tocarme, maldito! - ladra, empujando al líder, cuál está demasiado débil para detenerse, aunque no duda en volver a tomar los brazos - ¡me das asco! - y ya no puede esconder las lágrimas que juegan entre sus mejillas.

Si todo estaba tan bien, si ya se estaba acostumbrando a la idea de casarse con este hombre, ¿por qué...pasó esto?

-Yo...no estaba consiente y creí que eras tú, lo lamento tanto A-Cheng...tanto - Jiang Cheng golpea el pecho del hombre antes de salir de la habitación.

Apenas da unos pasos fuera cuando no puede más y cae encima de la nieve del famoso Gusu Lan. Siente repulsión y malestar, se siente tan traicionado de nuevo.

Siempre tuvo la certeza que, ya que su matrimonio con Zewu-Jun era planeado, él realmente pensó que a pesar de ese gran problema, ellos podían ser...al menos diferente a sus padres. Sabía que Lan Xichen lo intentaría, era un Lan con calma y bondad en su corazón, sabía que ese hombre estaría para él, que no sería un mal esposo.

Sabía que él mismo sería la razón de que su relación no funcionara.

Nunca pensó que fuera al revés.

Nunca pensó que Lan Xichen le fuera infiel.

Bien, entiende que su matrimonio no era perfecto, se iban a casar incluso antes de que nacieran o mucho antes, pero esto...y después el imbécil trae sus consecuencias.

Jiang Cheng realmente creían que iban bien. Aunque anteriormente no se hablaban, apenas se veían, aún recuerda perfectamente como luego de siete días, bajó a la montaña, más esperó dos días por su hermano Wei Ying pero nunca apareció.

Su cuerpo se sentía débil y doloroso, aún acostumbrándose a su nuevo núcleo, todo su ser dolía y llamaba por descansar. En un momento simplemente no pudo más, puso un pie en el escalo y su cuerpo estaba tan débil que se caía solo.

Hasta que unas fuertes manos agarraron sus hombros, y su vista manchada vio un ángel.

"Wanyin" había llamado "¿estas bien?"

Ninguno despegó la mirada del otro, no por suficiente momento, pero no se quejaron, simplemente se dieron un poco de cuenta de la belleza del otro y de muchísimo más. Jiang Cheng se dejó llevar por la voz cálida y llena de tranquilidad.

Lan Xichen tanto como Lan WangJi habían viajado por distinta ciudades, buscando a los hermanos Yunmeng Jiang. Yiling fue la última opción pero luego de una exhaustiva búsqueda ya no quedaba más, por suerte, a pesar de no haber encontrado a los dos, al menos Jiang Cheng estaba a salvo.

Pero ahora. La nieve pica en sus palmas y su trasero se estaba congelando, se levanta rápidamente, casi cayendo. Limpia las lágrimas que mojan sus mejillas, por un momento agradece que el Hanshi de su prometido esté alejado de las demás residencias de Gusu.

Se llevaba tan bien. No había amor, eso lo sabían, al menos Jiang Cheng creía eso al principio, pero eran amigos, compañeros, se llevaban perfecto, se tenían la confianza suficiente para que pudieran sobrellevar un matrimonio. Luego de su rescate, Lan Xichen no se separó de su lado hasta estuviera totalmente estable, y sin duda se acercaron mucho más en la Campaña para Derrotar al Sol, conectaron bien, eran un buen equipo.

Sabían que podían confiar en el otro, que se iban a apoyar mutuamente.

¡¿Por qué fue un jodido imbécil?!

Nunca debió de pensar que algún día tuviera algo bueno. Nunca.

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