Ocho

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*Esto es un recordatorio, la verdad dicha en el templo en Yunping. Y tranquilos, ahora viene lo bueno ajajjajajaj.

*

Jin Guanyao suelta una sonrisa que cala en los huesos de todos.

-Bravo líder Cheng.

-No eres tan diferente a tú madre al parecer - el hilo se aprieta ligeramente en su garganta, trata de demostrar que no le afectó pero es nulo - Ni lo intentes.

-Jin Guanyao, mentiste de nuevo - habla Lan Xichen con su espada extendida, Jiang Cheng rueda los ojos ante la obvia mentira, todo el mundo sabía que estaba mintiendo excepto el inocente de su esposo.

-Solo por esta vez.

-Suéltalo - exclama el líder Lan no tan glorifico como siempre, con Jin Ling escondido en su espalda.

-Lo siento hermano, pero lo necesito.

-No finjas, maldito imbécil y mátame de una vez.

-Es admirable como mantiene su actitud a pesar de su estado, Líder Jiang - Jiang Cheng se detiene, sintiendo su corazón latir con fuerza y la tensión levantar sus hombros - pero permítame asegurarle que nada le pasará - su mirada se fija en la estatua del templo Yunping, antes de empezar a reír - No debería de sentirse mal, Líder Jiang. Aún así Lan Xichen tenía su heredero.

-¡Suéltalo! - grita Lan Xichen dando un paso adelante. Pero Jin Guanyao no hace nada, solo mira al líder Lan antes de aumentar su risa.

-Oh, no fue difícil de engañar hermano, me arrepiento mucho por eso, mi intención nunca fue lastimarlo.

-¿Que demonios hiciste, animal? - grita a pesar de sentir como el hilo se encaja aún más en su garganta.

-Nada, pero hermano mayor, ¿realmente pensó que había confundido el té con el alcohol?

-Yo...- empieza Lan Xichen pero el estúpido imbécil vuelve a hablar.

-Estuvo increíblemente dispuesto esa noche, a pesar de que no era a mi quien estaba imaginando - No, no, no, Jiang Cheng se remueve queriendo escapar y si pudiera evitar escuchar eso mejor - y no era usted el que se estaba moviendo.

¿Qué?

-¿Que le hiciste a mi hermano? - pregunta Lan Wangji hablando por primera vez y dando un paso al frente, con su cola detrás.

-Me malinterpretas Hangung-Jun, su hermano estaba muy dispuestos a pesar de estar inconsciente.

Jiang Cheng realmente evita las ganas de vomitar. Este imbécil no solo se había acostado con su hermana, ni matado a su padre y disfrutándolo viéndolo, él también había abusado a Lan Xichen.

-No...- Lan Xichen da un paso atrás -...yo tengo recuerdo, estaban borrosos pero los tengo.

-No son recuerdos hermano mayor, solo soñaste que estabas con el Líder Jiang mientras estabas conmigo. Me certifiqué que estuvieras dormido. Solo te sorprendí al amanecer.

Lan Xichen da un paso en falso, a punto de caerse, y si no fuera por su hermano, lo hubiera hecho.

-¿Jingyi es...Jingyi es...?

-Ten por seguro hermano mayor, que Jingyi es completamente tuyo.

Lan Xichen no puede evitar soltar la espada, sintiéndose desfallecer. Y Jiang Cheng quisiera haber estado ahí para defenderlo, y ahora para abrazarlo.

Por eso, cuando un maldito techo se le cae encima, sin un brazo y casi muerto y enterrado hasta el final con Nie Mingjue, en parte está danzando de felicidad por eso. Y en parte, le preocupa demasiado su sobrino.

"¿El realmente iba a atacarme?"

Antes de que Nie Huaisang pudiera responder la pregunta de su esposo, no duda en tomarlo por un brazo y levantarlo. Llevándolo a rastras hasta una parte desolada detrás del templo.

-A-Cheng...- llama en un quejido, sintiéndose una mierda.

Jiang Cheng finalmente deja caer el brazo de Lan Xichen a pesar de que su mirada estaba en el suelo.

-A-Cheng...yo no me siento bien, yo...necesito pensar en esto. Creo que lo mejor es estar encerrado y...

-¿Pensaste esto en los pocos minutos que estuviste sentado con Huaisang?

-No...es que yo...- sus palabras empiezan a tambalear al igual que su figura, parecía a punto de llorar pero a la vez intentaba no hacerlo.

-¡Cállate! ¡Fuiste abusado y tú mejor amigo es la escoria de este mundo ¡¿y qué?! ¡No puedes ir a reclusión igual que tu padre!

-A-Cheng...

-¡¿Acaso te olvidas que tienes un esposo y un hijo?!

-No A-Cheng pero yo...- Jiang Cheng no tarda en levantar su mano y golpear en una cachetada al hombre, con Zidian para que duela más, y casi lanzándolo al suelo.

No le sorprende del todo, el mismo día que se enteró de la supuesta infidelidad, Zidian golpeó su espalda. En una de sus peleas más acomodadas lo había cacheteado y en sus entrenamientos no era indulgente, y le importaba poco el hecho de que con quien estuviera peleando es su esposo.

-¡Cállate, solo cállate imbécil! ¡Estas conmigo, y tienes un hijo a pesar de como fue concebido ¡¿acaso lo odiaras por ser producto de una violación?! - Zewu-Jun niega, ¡Jingyi ni siquiera tiene culpa de esta atrocidad! - ¡bien, si quieres ser débil y llorar, hazlo, si quieres golpear, hazlo, si quieres rendirte hazlo pero hazlo conmigo, para algo estoy aquí! - grita de nuevo, agarrando las túnicas de su marido y empujándolo en un fulgor beso que si no fuera por la situación podría ser excitante, antes de empujarlo con la misma fuerza - ¡no puedes ir a reclusión, te prohíbo!

-¿Por qué? - Lan Xichen está desesperado y un poco atontado por el beso.

-¡Por que estoy preñado, idiota! - grita con todas sus fuerzas.

El lugar se inunda en un silencio tenso, molesto. Y Jiang Cheng esperaba muchas reacciones pero nunca esto.

Lan Xichen se lanza al suelo, arrodillándose, antes de ponerse a llorar como un maldito bebé.

¡Quería gritar y decirle que deje de llorar y rogar como si fuera Jingyi, pero Jingyi era igual de llorón que su padre!

-¿Qué haces? - inquiere entre los sollozos que en este punto son desgarradores.

Lan Xichen en cambio en rueda sus brazos alrededor de la cintura, antes de abrazarla con fuerza y recostar su cabeza.

-Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias - No, Lan Xichen no puede agradecer.

Se supone que lo esté odiando en este momento.

-Cállate, no digas nada.

Hoy fue un día de mierda pero al menos tiene este rayo de esperanza con el amor de su vida. Y son muchas emociones para su contorno sereno.

Lan Xichen seguía murmurando "gracias, gracias, gracias" al punto que Jiang Cheng creía que estaba congelado.

Con sus dedos picantes, baja su mano y acaricia el cabello de su pareja, con suavidad, tratando de consolarlo y expresar sus sentimientos.

-Está bien, A-Huan, estoy aquí.

-No me dejes...- murmura entre las telas, apretando más su agarre.

-Ni siquiera lo pienses, no te vas a deshacer de mí tan fácil.

El hormigueo vuelve a su ser cuando siente un pequeño pico en su vientre. Mira hacia abajo, encontrándose con la imagen de Lan Xichen con sus labios posados en el vientre ni siquiera abultado de Jiang Cheng. Entonces posa su rostro de nuevo, enterrándola entre las telas. Está con su soporte, con su amor.

Aprieta en puños las túnicas, mojan las telas con sus lágrimas pero en este punto no sabe porque está llorando, por la vida perdida de quien creyó un amigo o por qué una vida viene el mundo junto a la persona que más ama.

No importa, se quedan horas en esta posición y realmente no importa. Solo importa la mano en su cabello y la vida detrás de esas túnicas que sabe que va a amar hasta el día que no respire.

lago de lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora