♥︎̶  𝐄𝐈𝐆𝐇𝐓

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Mina y Nayeon no se habían dignado a decir ni una palabra en todo el camino a casa de Mina. Nayeon resopló buscando palabras para decir e intentar formular. Debía encontrar un tema de conversación porque personalmente aquél silencio no le gustaba para nada.

Su vista bajó y notó que la mano derecha de Myoui temblaba levemente, como si de una extraña especie de tic se tratase. Realizó un leve puchero sobre sus labios y su mano izquierda viajó lentamente por el espacio hasta encontrarse con la mano de la mayor. La tomó con suavidad y Mina le miró, haciendo que sus corazones latiesen con fuerza y sincronía cuando sus miradas se unieron en un punto.

-Te quiero mucho -susurró Myoui y le regaló una suave sonrisa, atreviéndose a entrelazar sus dedos con los de Im. -¿Lo sabías?

Im negó levemente con su cabeza y le devolvió la sonrisa, acercándose un poco al cuerpo contrario.

-No lo sabía, pero... -sus ojos viajaron hasta los ojos contrarios nuevamente y cuando halló el valor continuó hablando. -Yo a usted la quiero más, mucho mucho más. No sabe cuanto.

Ambas sonrieron con ternura y continuaron su camino hasta llegar a la casa de Mina. Ambas pasaron y saludaron a la madre de la dueña de la casa. Pasaron una tarde bastante agradable, sin interrupciones de los amigos imaginarios de Mina, quienes la mayoría de las tardes no la dejaban en paz.

La noche cayó como un velo de bodas sobre la novia, solo que la novia en esta ocasión era la ciudad. Nayeon y Mina tenían ambas puestas sus pijamas dispuestas a irse a dormir, Myoui fue más rápida y tomó suavemente de la muñeca de Im para guiarla a su habitación.

Ambas dejaron sus cuerpos sobre el colchón y se cubrieron mutuamente con las cálidas mantas de la cama. Im suspiró y se acercó al rostro de la mayor para dejar un casto beso en la punta de la nariz de la otra.

-¿Puedo preguntar algo? -Im habló de manera baja, aprovechando aquella situación para salir de sus dudas.

-Ya lo has hecho -bromeó Myoui, quien recibió un leve golpe de la más baja. -Yah, solo era una broma -se quejó y sobó su hombro-, la parte golpeada por la menor-.

-¿Qué hablaron con Momo? -Nayeon alzó su vista hasta la de cabellos rubios y aprovechó el momento en el que Myoui pensó que responder, cruzando delicadamente sus brazos por el cuerpo de la otra, uniendo a ambas en un cálido y afectuoso abrazo.

-Ella pidió que te fueras porque pensó que.. Bueno, no sabías de ellos. Entonces me preguntó cómo seguía con mi "enfermedad" y demás, cosas así. -Myoui le sonrió nuevamente.

-Uhm..., vale -la de rasgos faciales similares al de un lindo y tierno conejo -a los ojos de Mina,- le sonrió nuevamente y sintió como sus celos salían de su ser. Al fin no sentía aquella presión en su estómago y podía respirar el aire nocturno con mayor facilidad. -¿Sólo eso?

Mina asintió con su cabeza en respuesta a la menor y ésta se sintió claramente más tranquila. La mano de Myoui se dirigió a la mejilla de la otra y comenzó a acariciarla con suavidad y cariño, la que recibía los mimos en su mejilla se dejó hacer y cerró sus ojos para aprovechar aquella cercanía.

-NaeNae -susurró Myoui. -Sinceramente, uhm... Pensaba en decirte esto en una carta, como las que me escribiste, pero...

-E-Espere -Im sintió sus mejillas claramente más tibias y se alejó un poco de la otra. -¿Leyó las cartas..?

Myoui asintió con su cabeza y soltó una suave risa al notar el nerviosismo de la menor. Se atrevió a dejar un casto beso en la frente de Nayeon y ésta solo se limitó a suspirar avergonzada, dispuesta a seguir escuchando lo que la mayor decía con vergüenza.

-La cosa es que... Siento exactamente lo mismo, no lo comprendo. Pero cada vez que te veo, yo... Siento que algo en mi corazón está mal, late muy rápido y no lo entiendo. No me gusta que mis amigos te vean como si ellos fueran un perro hambriento y tú fueras un filete, realmente no me gusta...

El corazón de Im no podía estar más inquieto que en ese momento, ¿en serio lo que estaba escuchando era real? Era increíble, sus mejillas habían tomado color y sus labios temblaron un poco sin saber que hacer o decir.

-Entonces -continuó Myoui. -Te amo, te amo mucho. Odio que cuando estás tú todo cambia, pero a la vez no lo odio. Odio no saber que haces con mi cabeza o mi corazón, porque cuando tú estás conmigo todo se vuelve más claro...

Nayeon sonrió y sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas. Mina notó esto y amó lo hermoso que se veía el brillo en los hermosos ojos que tenía Im en su rostro. Ambas suspiraron al unísono y se acercaron a sus rostros como si de telepatía se tratase. Sus labios se unieron en el mismo punto y ambas disfrutaron de todas aquellas sensaciones y sentimientos que los labios contrarios les brindaban.

Myoui fue más rápida y comenzó a mover sus rosados labios sobre los labios de Nayeon, haciendo suaves sonidos que resonaban a lo largo de las cuatro paredes que las mantenía dentro. Sus bocas comenzaron a jugar de manera lenta y afectiva, quizá ambas estuvieron esperando aquel momento desde hace mucho tiempo.

Ambas juraban que podían oír los latidos del corazón de la otra mientras sus labios danzaban al ritmo de una canción que solo ellas podían escuchar, porque solo ellas sabían qué era amar a su propia manera.














🌿 : 𝗲𝘀𝗾𝘂𝗶𝘇𝗼-cardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora