♥︎̶  𝐅𝐈𝐕𝐄

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Y ahí estaban ambas recién despertándose. Nayeon no había parado de moverse en toda la noche por lo cual Mina no durmió tan bien a excepción de cuando Myoui abrazó a la menor. Solo en ese momento Nayeon guardó calma y se quedó quieta hasta que dejó de abrazarla, ahí volvió a moverse.

-A la próxima duermes con SoonIe -demandó la mayor mientras estiraba sus brazos hacia arriba, cerrando sus ojos con algo de sueño aún. -Te mueves muuucho.

Im sonrió divertida mientras se posicionaba rápidamente detrás de la mayor para poder cruzar sus brazos y manos en la cintura de la mayor en forma de abrazo.

-Quedémonos un ratito más -pidió Im mientras apoyaba su mentón en el hombro de la mayor, ambas estando sentadas en la cama.

Mina soltó un pequeño suspiro mientras pensaba en si era buena idea o no arriesgarse a que Nayeon se siguiera moviendo como ardilla con epilepsia.

-Está bien, NaeNae.

Y solo ahí con esa respuesta, Im volvió a su posición en la cama, cubriéndose hasta su nariz con las sábanas mientras veía con ojos curiosos a la mayor. Myoui no pudo evitar sonreír con cierta ternura al ver la tierna imágen de una Nayeon tapada hasta la nariz y viéndole con aquellos redondos pero rasgados ojos. Era definitivemente lo más tierno que había visto en su corta vida.

-Venga -palmeó la menor a su lado mientras dejaba caer sus párpados por sus ojos, cerrandolos delicadamente.

Mina sin rechistar se acostó al lado de la menor y se cubrió con las sábanas, observando con mucho detenimiento a la menor. Posó sus pequeños dedos en los cabellos de Im para poder quitar los que estorbaban en su frente.

Nayeon abrió sus ojos nuevamente encontrándose con el rostro de la mayor, mirándola con adoración y suavidad.

-Unnie

-¿Qué pasa, NaeNae?

La nombrada se levantó un poco para poder estampar sus labios con cuidado sobre la mejilla de Myoui, quien no pudo evitar sentir mil y un hormigueos en su estómago. Estaba sin dudas muy contenta, aparte de que sus amigos no aparecen hasta las doce del día Nayeon estaba demostrándole su cariño y afecto... La persona a la cual también le tenía mucha adoración.

-Mhg, me da diabetes -exageró la mayor mientras ponía una de sus manos en su corazón, haciendo como si algo estuviera doliendo allí.

Im rió divertida mientras se acercaba y rodeaba los hombros y cuello de la mayor con sus brazos, apegándola a su cálido cuerpo. Myoui cruzó sus brazos por la cintura de la menor, también abrazándola. Ambas optaron por cerrar sus ojos finalmente y así estuvieron toda la mañana. Compartiendo calor corporal y uno que otro besito en la mejilla y/o frente.

 Compartiendo calor corporal y uno que otro besito en la mejilla y/o frente

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Levántate de la maldita cama, Myoui Mina.

Finalmente abrió los ojos sintiendo su corazón al borde del colapso. Otra pesadilla. Parpadeó un par de veces al ver que Nayeon ya no estaba a su lado, ni en su cama, ni en su habitación. Se sentó rápidamente en la cama tocando con una de sus manos su frente, soltando un gran suspiro

-Hasta que te despiertas, uh. -Su amigo estaba ahí, parado en los pies de de la cama mirándole con aires de grandeza.

-¿Qué quieres? ¿O solo te quieres hacer el amistoso conmigo?

-Sabes como soy, Mina. No buscaré nada a cambio ni te necesito para algo. Solo vine a despertarte... -habló.

Era cierto. En su cabeza habitaban tres de sus amigos y a veces venía él. Él era distinto, se podría decir que la cuidaba, era extraño. No era tóxico y destructivo como lo eran los otros tres, eran como los policías malos y el policía bueno.

-Gracias... -susurró mientras se levantaba de la cama, cerrando sus ojos por un momento. -¿Sabes donde está NaeNae?

El otro asintió con su cabeza mientras se bajaba delicadamente de la cama de la contraria, caminando hasta la puerta para salir por esta misma. Myoui se alzó de hombros y lo siguió con algo de inseguridad interna y sonrió suavemente al ver que Im estaba hablando animadamente con su madre.

-Cariño, ya despertaste -la madre de Mina sonrió mientras se levantaba del sofá e iba directamente a abrazar a su hija.

Myoui abrazó el cuerpo de la más bajita solo por un par de centímetros. Le hubiera gustado crecer más, quizá en un futuro crecería aunque sean cinco centímetros.

-Buenos días, Ma -saludó mientras su mirada se posaba en su alucinación, quien estaba mirando detalladamente a Nayeon. -No la mires-susurró por lo bajo, a lo cual la señora Myoui alzó una de sus cejas, sin comprender.

-¿Mirar a quién?

-No, nada ma.

-Tienes buen gusto, Myoui.

-¡Te dije que no..! -pone una de sus manos en sus labios, nerviosa.

Im miró a la mayor sin comprender bien lo que estaba pasando, ¿a caso su mayor estaba viendo a alguien que ellas no podían ver?

-¿Unnie? ¿Quién está mirando qué? -cuestionó mientras se levantaba de igual manera para poder acercarse a la mayor.

Myoui negó con su cabeza repetidas veces, no queriendo decir nada. Su corazón de nuevo se estaba acelerando, y es que le estresaba que ahora, todo lo que veía le molestara. Sí, era tonto estar celosa de una de sus alucinaciones pero se sentía mal aquella presión en su estómago.

-Es viernes... -vaciló mientras soltaba un suspiro nervioso. -Deberíamos ir a clases, se nos hará tarde luego -entró a su habitación sin decir ni una palabra más.

-Necesita sus pastillas, pero insiste en que está bien sin tomarlas -la señora Myoui rompió el silencio, girándose ahora para ver a Im. -¿Podrías hacer que se tome aunque sea una ahora?

Nayeon asintió con su cabeza, decidida. "Hora de ayudar a Mina Unnie" pensó, como si de una misión de un videojuego de guerra se tratase.
















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