Capítulo 14

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La pesadilla que había sido su matrimonio por fin se acabó.  Un matrimonio lleno de sufrimiento, vergüenza, hasta odio.  Uno que debió haber terminado hace mucho tiempo si no fuera por mantener apariencias ante la sociedad y por evitar el escándalo que pudiera afectar su carrera política.  Lo único bueno que había salido de esa union fue su hija Zarahi, quien Andrea no tenía la menor idea de cómo tomaría la separación de sus padres.

Leonardo la abrazaba con tanto cariño, besando su cabeza, acariciando su espalda, susurrando palabras de amor, que no tardo mucho en lograr que ella se calmara.  Andrea suspiró, cerrando sus ojos, sintiéndose tan protegida como nunca en sus brazos.

Leonardo: ¿Te sientes bien, amor? ¿Te lastimó ese maldito?

Andrea: No.. esta vez no me lastimó..

Leonardo: ¿Esta vez? Quieres decir que.. lo voy a matar (se separó, caminando hacía la puerta con la intención de ir tras de Esteban)

Andrea: No, Leo.. no me dejes sola (tomando su mano, deteniéndolo) No cometas una locura por mi culpa.  Quédate a mi lado ¿si?

Leonardo: Es que ese poco hombre merece pagar por lo que te hizo.  Deberíamos ir a denunciarlo.

Andrea: No.. no quiero lidiar más con el.  Solo lo quiero fuera de mi vida.  Ya tiene su tajada de mi fortuna, que seguramente es todo lo que quería de mi.

Leonardo: Si estás segura de tu decisión, esta bien. Sabes que yo te apoyo en todo.  Y ahora me tienes a mi, no estás sola.  No dejaré que ese imbécil te vuelva a poner un dedo encima.

Andrea: Gracias, mi amor.  Gracias por protegerme, no se que haría sin ti (abrazándolo de nuevo, besando su mejilla)

En ese momento su lugar era al lado de Andrea, pero Leonardo no dejaría que Esteban se saliera con la suya.  En cuanto pudiera planeaba en ir a buscarlo para dejarle unas cosas en claro.

Leonardo: Te amo, Andrea.  Te protegería con mi propia vida si fuera necesario.

Andrea: Y yo a ti, como nunca he amado a nadie..

Leonardo acaricio su mejilla, y sus labios se unieron en un tierno y suave beso.  Al separarse Andrea miró  a su alrededor angustiada.

Andrea:  Leo, sácame de aquí. No quiero pensar más en el, y todo aquí me lo recuerda.

Leonardo: ¿Te quieres quedar en mi casa esta noche?

Andrea: Ay, amor. Que diría tu mamá.

Leonardo: Mi mamá ya sabe lo nuestro, y nos apoya, no diría nada. Pero de todos modos no tienes nada de que preocuparte. Hoy no está, salió de la ciudad a visitar a una amiga. Estaríamos solitos tu y yo.

Andrea: Siendo así, acepto.

Después de hacer una pequeña maleta se fueron a la casa de Leonardo.  Andrea se sentaba en la orilla de la cama en su habitación, mirando a su alrededor, mientras Leo le traía una bebida.   Al notar una fotografía en el buró se levantó a inspeccionar, tomándola en sus manos.  Era una de Leonardo con su perrita Lola.

  Era una de Leonardo con su perrita Lola

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