Mi lugar

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Existe un cierto dolor que nunca se va, una herida que siempre se abre. Si puedes pensar que el corazón más herido fue el de Souichi puedes estar en lo cierto de unos ojos que se apagaban esperando, siempre esperando, suspirando llorando, con la piel marcada de besos y caricias que no volvían, que se repetían en su mente para no olvidar. Mientras Souichi se ahogaba en su propio dolor y la poca esperanza a su alrededor el sufrimiento se hacía general, se hacía común.

Cuando Morinaga se fue, dejo corazones heridos, confundidos y enojados.

Se había metido en las vidas de todos con tanta naturalidad que el imaginar su ausencia no fue posible, rotos por la sorpresa y forzados a seguir, a buscar.

Sus amigos, Yamaguchi había culpado con dolor a Souichi por la pérdida de su amigo, recordaba cuando se fue hace tiempo y la forma en que este actuó, no quería saber de él ni de su tristeza, aunque había escuchado de lo mal que estaba no era capaz de acercarse, alguna vez titubeo para llamar pues era consciente del gran amor que su amigo le tenía al Senpai y sabía que a pesar de todo no querría que este sufriera, se convenció de que era demasiado tarde ya. Supo de su regreso pero sintió miedo, sintió que Morinaga no le perdonaría por tratar mal a su pareja, se convenció de que lo mejor era dejarlos estar, dejarlos ser, además hace tiempo que ya no formaban parte de sus vidas. Le consideraba aun su amigo y esperaba encontrarlo de casualidad alguna vez pero quizá lo mejor era dejarlo tranquilo. Aun así Yamaguchi seguía pegando los actualizados carteles, porque quería que apareciera y ahora que lo había hecho solo podía desearle cosas buenas.

Tomoe se había divertido a su lado, había sido cuidado por el con el mismo cariño de un hermano, la rapidez con que lo acepto sorprendió a Souichi quien imaginaba su hermano se molestaría. Lo acepto como parte de su familia, Tetsuhiro le encantaba hablar con él, Tomoe siempre tenía algo interesante que contar

"—Me gustaría ver el lugar donde trabajas

— ¡Si! Sería divertido explicarte todo eso

—No sé si podría entenderlo todo

—Lo explicaré bien para que no sea aburrido, hay cosas muy interesantes ahí

Tomoe había sacado una foto en su trabajo y se las enseño a todos ahí, Souichi orgulloso, Tetsuhiro repitiendo lo genial que era"

Aquella visita nunca se dio.

Kurokawa, confidente del amor a los Tatsumi, con él aprendió tanto sobre lo difícil que es cambiar lo que eres, mientras él se dio cuenta de su orientación desde muy joven Kurokawa tuvo una experiencia completamente diferente pero igualmente confusa, Kurokawa le hablo de su extraña madre que a pesar de sus rarezas había sido capaz de aceptar a su hijo, aun con lo difícil que eso pudo ser su amor pudo más, Tetsuhiro se maravilló, tras conocer a su suegro le encantaba la idea de los padres que amaban a sus hijos aun después de saber, Souichi no quería que conociera a Reiko pero no pudo negarse a la mirada emocionada de su pareja, cuando Reiko lo conoció le adoro, Tetsuhiro se dio cuenta de que en verdad era extraña pero era agradable y graciosas, Reiko le aconsejaba burlonamente buscar mejores opciones mientras miraba la reacción del rubio. Souichi no fingía desinterés y le contestaba tajante que mientras Morinaga fuera feliz a su lado ahí estaría.

Kurokawa le extrañaba, sus pláticas cursis hablando de sus amores, era divertido hablar de eso con alguien más, no compartían sus gustos Kurokawa adoraba la ternura de Tomoe, Tetsuhiro amaba la tranquilidad de Souichi al leer, dormir o comer y su furia honesta. A Morinaga le gustaba escuchar sobre su boda y le confeso que esperaba casarse con Souichi algún día, que eso lo haría inmensamente feliz, Kurokawa le aseguro que si le pidiera matrimonio seguro su cuñado diría que sí. Morinaga le creyó.

DoppelgangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora