Llegamos a casa y con la llegada de mi hijo, vinieron también las buenas nuevas.
Una de las amigas de Michael, quien vivía en Canadá, le ofreció la gerencia de un hotel en nuestro país.
Michael al principio se sentía humillado por pasar de Jefe a empleado, pero entendió que no había tiempo para vergüenzas, los ahorros se acababan y nos quedaba poco patrimonio.
Una mañana, en la que Michael no estaba en casa, recibí la visita de Arlette. Vi por la cámara de seguridad que se encontraba fuera de la puerta de mi casa con un obsequio.
Admito que tuve miedo dejarla pasar, nosotros ya no teníamos guardias de seguridad; todo lo que antes teníamos había acabado por nuestra situación de ahora.
El timbre seguía sonando y mi conciencia no me dejaba tranquila. Una parte de mí quería abrirle la puerta y otra parte de mí tenía miedo de ella.
Me acerqué a la puerta y sin abrir hablé.
-Hola!--dije
-Hola, soy Arlette ¿puedo pasar?--su tono era calmado, como si hubiera llorado cansada. Me quedé callada y ella presintió lo que pasaba--No vengo para nada malo, sólo quiero entregarte este obsequio y hacer las pases.--me dijo y abrí la puerta con miedo aún. La vi muy cambiada físicamente, ni siquiera tenía maquillaje y su cabello estaba recogido.
-Hola--dije nerviosa
-Hola Julieth, traje este presente para tu hijo, espero les sea de mucha ayuda.
-Gracias. Pasa, toma asiento.
-No te voy a quitar mucho tiempo--mencionó y se sentó.
-Deseas tomar algo?--propuse
-No! muchas gracias, no hace falta.--curzó las piernas y acarició sus manos luego de suspirar cansada.--Me enteré de la visita que te hizo Dereck, imagino que debió ser un susto muy grande el que te dio.
-Pues sí lo fue ¿cómo te enteraste?
-Me lo dijo Michael, pero no te imagines nada malo, fue que lo llamé yo de un numero desconocido para felicitarlo por el nacimiento de su hijo y me pidió que me mantenga al margen de todo y ahí fue cuando me contó lo de Dereck. Él de verdad no tenía buenas intenciones contigo.
-Me enteré que tampoco las tuvo contigo
-No siempre fue así. Hubo un tiempo en el que mirábamos las estrellas del cielo y contábamos lo mucho que nos amábamos.--dijo con pena--Pero éso ya es pasado. Vine porque como te dije quiero hacer las pases. Tú ganaste! al final fuiste tú quien se quedó con Michael.
-No pretendía estar en competencia contigo ni con nadie.--dije
-Pero al final lo hicimos. Tanto tú como yo estuvimos en una competencia sin sentido por el amor de él y al final, él sólo te correspondía a ti.
-¿aún guardas las esperanzas de volver con él?--pregunté arriesgándome a recibir una respuesta desagradable. Ella sonrió y bajó la mirada hacia sus manos. No dijo nada de principio, sólo podía ver que su nariz se hacía roja.--¿debo interpretar ése silencio como una respuesta positiva?
-No! Mi silencio es un luto. Yo ya maté las pequeñas ilusiones que me quedaban. No me queda nada ahora. Y es lo justo ¿no? Es lo que merezco por haber matado las buenas intenciones de un hombre que en su momento me amó con locura. Esto es justo lo que merezco.
- No hables así-- corregí
- Hablo con la verdad. Todo lo malo que haces aquí en la tierra, terminas pagándolo algún día. Y mi castigo es quedarme sola.
- No estoy de acuerdo.-- dije y ella rió
- Siempre te vi como una mojigata. Te veía y decía "no puede ser tan buena como aparenta" pero me he equivocado, así como equivoqué en casi todo en mi vida. Eres realmente una mujer buena Julieth y te quiero pedir perdón por haber puesto tu vida patas arriba en algún momento. Te hice daño y estoy muy arrepentida. Dicen que amar es también hacerse a un lado y dejar que otro pase. Pues éso es lo que hice, retirarme del juego y dejar que seas tú quien haga feliz a Michael. Solo te pido un favor.-- dijo y asentí-- Quiero que me prometa que todos los días de su vida lo harás el hombre más feliz del planeta y que cuando te canses de él, me llamarás.
- yo no me cansaré de él Arlette-- dije seria y ella sonrió bondadosamente.
- Exacto. Eso era lo que quería escuchar.-- dijo y se levantó.
- Espera no te vayas así, yo también quisiera decir algo.
- No hace falta Julieth, se bien lo que vas a decirme ahora y créeme que no necesito que me llenen de falsas esperanzas. Es mejor vivir sin ellas. Así te sorprendes cuando las cosas buenas llegan.-- tomó mi mano-- Te deseo una buena vida. Adiós
Arlette salió de mi casa y sentí que un peso se me había arrebatado. Un peso que no sabia que tenía. Verla salir por mi puerta me llenó de nostalgia pero algo me dejaba tranquila; al menos, era un problema menos en nuestras vidas.
***
En la noche le conté lo sucedido a Michael y él me contó otra noticia.- Dereck fue asesinado en Turquía
-¿qué?
- Fue hasta allá huyendo del país y lo asesinaron.
- Dios Santo
- Siempre supe que Dereck tendría un mal final, pero jamás pensé que moriría así.
- No pienses en eso
- Trabajaré mucho para comprar el hotel y tener algo que sea mío.
- No te basta con ser el dueño de este hogar. Con ser mi dueño. Michael, deja de ir por la vida pensando que el dinero nos hace felices.
- Nos da comodidades
- Y ya estamos cómodos. ¿Qué más quieres? Recuerda cómo terminó tu papá por querer un poco más de lo que ya tenían. No busques lo que no se te ha perdido. Tienes trabajo, salud, una esposa que te ama y un hijo sano y precioso ¿qué más quieres?
- Tienes razón, contigo lo tengo todo pero te has equivocado en algo.
-¿en qué?
- Tú no eres mi esposa.-- dijo y sonreí.
Y un 5 de Junio del 2018 nos casamos nuevamente. Nuestra boda tuvo pocos invitados y mi hijo estaba precioso.
Mi vida había cambiado con Michael y se que seguirá cambiando hasta que la muerte nos separe.
Fin!
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Contrato de AMOR
RomanceUn decepcionado hombre de 40 años decide tener un hogar de la manera más inusual; mediante un contrato. Para esto, se propuso conseguir a una joven ejemplar y la encontró; Martha Duarte, una jovencita humilde de 19 años.