Al día siguiente, fui a visitar al doctor porque al fin me sacarían los puntos de la cicatriz.
Max y los dos guardias fueron conmigo. Aún no me acostumbro a tener que andar con ellos.
Luego del hospital, quise invitar a comer a Michael. Esa mañana él por fin me había dado los 5 mil dólares en efectivo de mi primer cheque.
Así que le pedí a Max que me llevara al banco.
- Señora, buenas tardes-- me dijo la que creo que es la secretaria de Michael.
- Buenas tardes. ¿Michael está en su oficina?
- Si señora. Ya le comunico que usted está aquí.
- No! No le diga nada. Quiero darle una sorpresa. ¿sabe usted si ya almorzó?
- No señora. El señor Gutiérrez sale a almorzar en media hora.
- Perfecto, entonces entro-- dije
- Él está con la señorita Arlette-- dijo la secretaria y mi piel se erizó.
Una parte de mi quería entrar y ver qué hacían pero otra parte de mi tenía miedo que él me humillara otra vez.
- ¿señora?-- dijo la secretaria.
- No le diga que vine. Mejor lo espero en casa
Salí y le pedí a Max que me llevara a casa.
En la noche él llegó y me encontró cenando temprano.
-Hola-- dijo y se sentó junto a mí
- Hola -- respondí seca.
- Max me dijo que fuiste al banco. ¿querías decirme algo?
- No era importante. No Te preocupes-- dije
-¿segura?
- Segurísima ¿te sirvo ahora o vas a bañarte?-- pregunté y me miró desorientado.
- Voy a bañarme primero-- dijo y lo esperé.
Cuando salió, serví su comida rápido al igual que su jugo pero ni lo acompañé en la mesa.
- buen provecho-- dije y fui a la habitación. Me acosté y cerré los ojos para dormir.
Minitos después entró y encendió el televisor.
- ¿vas a decirme qué te pasa o vas a seguir fingiendo que duermes?-- preguntó tranquilo.
Me acomodé y lo miré
- Hoy iba a invitarte a comer y cuando fui, tu secretaria me dijo que estabas con Arlette-- dije y volví a darle la espalda.
- Oh Dios! Martha
- Ya sé lo que vas a decir. Y tienes razón; no debo celarte ni reclamarte nada. No voy a mentir, sí me dieron ganas de entrar y saber qué hacían pero tuve miedo. Miedo de que me gritaras, me humillaras o de ver con mis propios ojos que aún estás enamorado de ella.
Se acomodó detrás de mí y muy cerca de mi oreja habló.
- No tienes nada de qué preocuparte
- tienes todo el derecho del mundo de estar con quien quieras, sólo te voy a pedir un favor
- Ok dime-- dijo como riendo
- Si estás con ella, entonces no me busques más a mi. No me siento bien compartiendote en el sexo. Y no lo digo por celos, lo digo más por un asunto de higiene.-- rió bajo
- Desde que estoy contigo no he estado con nadie más. Puedes quedarte tranquila. Y si no es mucho pedir, mañana quiero que me invites-- dijo y sonreí.
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Contrato de AMOR
RomanceUn decepcionado hombre de 40 años decide tener un hogar de la manera más inusual; mediante un contrato. Para esto, se propuso conseguir a una joven ejemplar y la encontró; Martha Duarte, una jovencita humilde de 19 años.