A la mañana siguiente, desperté y él no estaba
- El trabajo!-- pensé y salí corriendo hacia el comedor. Lo vi sentado tomando su taza de café
-buenos días!-- dije
-¿qué haces despierta? Puedes seguir durmiendo
- No importa, no te sentí en la cama y me asusté, dije: tengo que acompañar a mi esposo mientras desayuna.-- decir éso provocó una mirada buena pero extraña en la señora Morris y Michael.
- Desea que le sirva su desayuno señora?
- Si, gracias señora Morris.
- Ayer dijiste que veríamos una película pero te quedaste dormida.
- Ay sí lo sé, lo siento. Es que tu cama es deliciosa
- Y luego dicen que el viejo soy yo -- dijo y reí.-- si quieres puedes empezar hoy con el cambio de las flores y las cortinas.
- Pensaba en cambiar el color de los muebles ¿es mucho?
- No lo es. Todo lo que quieras hacer estará bien para mi. Sólo llámame y yo hago la transferencia.
- ok-- dije.
- Bueno ya me tengo que ir, tengo muchas reuniones hoy. Hay mucho trabajo acumulado. Adiós
-¿y así? ¿te vas sin darme un beso?-- dije y retrocedió. Se acercó a darme un beso corto pero yo lo aumenté.-- Que tengas un excelente día mi amor, te espero aquí en casa. Te amo
Esas palabras hicieron que los ojos de Michael brillaran más que nunca y sé que se fue feliz.
En la casa me quedé con la señora Morris y juntas le dimos otra apariencia a la casa, al menos en la imaginación porque yo no tenía idea de a quién acudir para cambiar muebles, mesas, etc.
Salí nada más por las flores y Michael envió a Max para que me llevara.
Debido al tráfico, Max tuvo que dejarme 2 cuadras antes de llegar a la florería. Caminé y fuera de una cafetería, encontré a Arlette con unas amigas.
- qué gusto verte Julieth!-- dijo ella sorprendiéndome-- Chicas avancen, luego las alcanzo. ¿qué haces por aquí solita?
- No finjas conmigo, sé que no te agrado-- dije
- Te equivocas niña, tú eres un cero a la izquierda en mi vida. Ni me caes bien ni me caes mal.
- Pues no te creo. Debería darte vergüenza perseguir a un hombre casado.
- La que debería sentir vergüenza eres tú, qué mala eres en la cama que tu esposo en plena luna de miel buscó a otra.
- Es que la otra estaba tan fácil-- dije
- No finjas tú Martha, sé todo lo que tienes con Michael, el contrato y el pago que te da mensualmente. Él me lo contó todo. Lo que me sorprende es que en verdad pareces una esposa. Hasta diría que estas celosa. Acepta este consejo y no te metas en tu papel de esposa de Michael, él está enamorado de mi y en cuanto pueda nos iremos juntos a vivir nuestro amor, sino por qué crees que me contó todo.
Con eso, mi corazón estaba roto nuevamente. Ahora entendía todo, él la ama y por eso fue a buscarla. No ha podido olvidar a Arlette y se casó conmigo para despistar a su primo.
No compré nada y fui a casa. No quería comer ni estar en la habitación de él; así que adecué la habitación de huéspedes.
Le pedí a la señora Morris que no dijera nada y a las 7 de la noche tuve a Michael golpeando la puerta de mi nueva habitación.
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Contrato de AMOR
RomanceUn decepcionado hombre de 40 años decide tener un hogar de la manera más inusual; mediante un contrato. Para esto, se propuso conseguir a una joven ejemplar y la encontró; Martha Duarte, una jovencita humilde de 19 años.