CAPÍTULO 13|PRESIDENTE

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Cuando llegamos fui directo a la sala de estar y me senté en el sillón y él se paró delante de mí.

-¿podemos hablar O prefieres hacerlo después?-- dijo y lo miré; fue ahí cuando dolió y lloré.

Rápido sequé mis lágrimas y evite seguir dando lástima.

- yo voy a hablar -- tomé aire y me puse de pie y no pude mirarlo a los ojos más-- Le pido disculpas señor por todos los inconvenientes causados

-¿señor? Martha por favor-- suplicó y tomó mi brazo pero yo salí de su agarre hipócrita

- Le pido disculpas por tanto alboroto que he armado, olvidé por un rato cuál es mi puesto y ahora lo he recordado.

- Martha, escucha

- No me meteré más en su vida, usted es libre de elegir a la mujer que desee, de besarla las veces que quiera...-- mis lágrimas salían y mi voz delataba que estaba hablando con el corazón herido-- de hacer el amor con quien quiera y yo solo soy una más de sus empleadas

- No...No es así.

- Le pido por favor que nos mantengamos al margen, tal y como usted lo pidió al principio y yo-- reí aún con tristeza-- pues yo no quise hacer caso...creí que usted se podía enamorar de mí -- volví a reír-- qué tonta

- Martha no te trates así -- suplicó

- De verdad lo lamento mucho y no va a volver a pasar.-- dije y salí hasta el cuarto

Empecé a tomar lo necesario para poder dormir en el otro cuarto sobre el suelo.

- Ahora vas a dormir en otro lado?-- dijo parado en la puerta de la habitación.--¿qué hay con la orden de dar una buena impresión?

- señor-- dije con mucho valor, tomando entre mis brazos todo lo necesario para dormir en otra habitación-- ¿me permite dormir en la otra habitación por favor? Es que siento un poco de asco dormir aquí -- dije y una lágrima salió de mí.

Él me miró detenidamente y se que lo que dije le dolió. Asintió con la cabeza y me dejó salir.

Puse una cobija gruesa en el piso y me acosté a llorar. Ahí estuve todo lo que restaba de tarde llorando.

Escuché que había salido pero no me importó.

En la noche, ya estaba calmada pero aún dolida. Tocaron mi puerta y hablaron.

- Señora, su esposo nos envió a colocar una cama aquí -- dijo uno de los guardias y los dejé pasar.

Estaban los dos guardias y Max y los tres me vieron los ojos hinchados y la nariz roja.

Esperé afuera en la sala hasta que todo esté listo. Él ingresó a la casa con comida para dos personas y lo ignoré por completo.

- La cama está lista señor-- dijo Max

- Gracias chicos, eso es todo.-- respondió él y se fueron. Caminé hasta mi nuevo cuarto y él me habló

-Ven a comer -- dijo

- Lo siento Señor pero no tengo hambre-- dijo y fue hasta mi y me tomó de los brazos y me miró a la cara

- Martha no hagas esto por favor. Fue un error de verdad lo siento y...

- Señor...No tengo hambre. ¿puedo ir a dormir??-- dije y me soltó.

No dejé que siguiera con lo que sabía que sería dañino para mi.

Entré al cuarto y me encerré hasta el día siguiente.

****
Viernes en la mañana, ayudé desde temprano a la señora Laura con el desayuno.

Contrato de AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora