CAPÍTULO 14|DIVORCIO

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- claro que no -- dijo y se veía serio.

- promételo!-- pedí

-¿es en serio?-- se acercó a mi luego y bajó la voz-- podemos parar con esto, aquí está la Señora Morris.

- He estado toda la noche con esto en medio del pecho, merezco al menos una explicación

-¿explicación de qué?-- ahora uso su volumen de voz normal

- no te sorprendiste! Escuchaste la noticia y fue como si hubiera dicho cualquier cosa.

- Es que eso es....Cualquier cosa para mi

- No debería serlo porque si eso es cierto y ella está embarazada entonces posiblemente el padre del bebé seas tú

- Por supuesto que no. Deja ya este tema hablo en serio.-- dijo y lo miré con decepción

- Ayer estabas mal y te ofrecí escucharte porque quería aliviar tu carga

-¿ahora me lo echarás en cara?

- Te negaste al principio pero después empezaste a hablar y te escuché-- me puse de pie enojada-- Te si mi oído porque a mi me importa lo que te pasa...Si estás triste, lo estoy contigo. Si eres feliz, lo soy contigo....Pero qué pena que yo no pueda recibir lo mismo de ti -- puse la silla en su lugar y salí del comedor directo al cuarto.

Me persiguió como era de esperarse y cerró la puerta muy agresivamente y trabó el seguro.

- Quieres que te escuche??? Ok...aquí estoy te escucho. Dime qué es lo que te atormenta? Qué es lo que no te ha dejado dormir?

- En serio no lo imaginas. Hace poco hablábamos de los hijos y tú dijiste que no querías tener aún

-y? Martha por amor a Dios ¿qué tiene que ver mis deseos de paternidad con la noticia de Arlette.

Callé  y crucé los brazos; ambos estabamos de pie mirándonos a los ojos. Respiré profundo y cedí

- Jurame que no sabías de esto

- Te lo juro-- dijo y me quedé tranquila

-¿y si es verdad?

- Martha es imposible que yo sea padre, yo cuido mucho ese aspecto, tú me conoces bien. Quédate tranquila, si es cierto que está embarazada, estoy seguro que yo no soy el padre.

El alma me volvió al  cuerpo y respiré profundo.

Lo abracé en silencio y él correspondió.

**
En la noche, lo recibí con alegría y me había encargado de hacer yo misma pasta Alfredo.

-¿lo hiciste tú?-- dijo sonriendo

- Si! Pruébalo-- dijo y cuando lo hizo le fascinó.

- Está super delicioso. Gracias-- dijo aún comiendo y lo miré con tanta ilusion-- Basta!

-¿basta que? Te estoy mirando nada mas-- sonreí

- Me haces sonrojar-- admitió y me acerqué a darle un beso corto.

Lo miré y luego pensé: "Quisiera que me de un beso alguna vez, tal y como yo se los doy".

- Muchas gracias-- dijo y recogí su plato.

- De nada, qué bueno que te haya gustado.

- TE ayudo con los trastes

- No te preocupes, ve a descansar -- dije y fue a ducharse.

Estaba ya por terminar con todo el aseo de la cocina y él se acercó detrás de mí y me tocó la cintura.

Fue un movimiento totalmente inesperado. Sus manos bajaron mis leggins y su boca paseaba por mí cuello. Me dejé llevar por la situación y cerré los ojos.

Contrato de AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora