One-short Kimetsu no Yaiba

Douma [Male! Reader]

Falta de atención

Douma sonrió felizmente mientras el chico albino que estaba sentado en sus piernas jugaba suavemente con su Kendama a la vez que la luna superior dos le miraba con un tic nervioso en el ojo izquierdo, no entendía que era lo que estaba mal en esa escena, pero había algo que no cuadraba y le estaba empezando a molestar de una manera gigantesca, con una voz irritada se dirigió a ambos demonios frente a él y luego suspiró negando con su cabeza.

—Hum, tendremos una reunión en algunos días más, los cazadores de demonios están más activos que de costumbre —habló el pelirrojo y luego se fue cerrando la puerta.

—Amor~ dame un besito si~ solo uno~ —habló cantarinamente la luna superior dos abrazando al niño por las caderas y pegándolo a su pecho, los ojos indiferentes lo miraron y siguió jugando con su kendama— Vamos~ vamos~ —insistió besando las tiernas mejillas del niño de cabellos albinos y ojos azules tan frívolos como el hielo.

—No —habló el niño seriamente con su voz tajante e infantil.

—¡Hum! ¡Entonces me iré con Sakui-chan! ¡Ella si me dará un besito! —chilló indignado en de cabellos rubios plateados, entonces, mientras se levantaba y dejaba al niño en su gran sillón, sintió que su mundo giraba hasta voltearse y terminó con el rostro en el sillón mientras era presionado hacia abajo.

—¿Qué dijiste? —una voz gruesa y masculina se escuchó en el ambiente, era tan ronca y peligrosa que ponía los nervios de punta a cualquiera que la escuchase, Douma intentó liberarse del agarre del hombre que le estaba presionando contra el sillón.

—¡N-NADA! —chilló indignamente, aunque él siempre era el que llevaba las burlas, nunca supo como llevar una relación con el hombre que se encontraba encarcelándolo nuevamente, se supone que él no tiene sentimientos, ¡Y resulta que ese hombre de vientre negro es peor que él!

—Vamos, repítelo —retó el hombre y presionó sus labios contra el oído del hombre de ojos preciosos— ¿Sakui-chan? Creo que es un buen nombre —las manos del albino acariciaron la cintura del hombre bajo suyo— ¿Debería convertirla en mi cena? Quizás al igual que Aiko, Chinami, Den, Emiko, Fumiko, Gina, Hatsu, Ima, Jin, Kaiyo, Leiko, Mei, Nioko, Ran, Suki, Taki y Yumi —habló roncamente el hombre de ojos azules y presionó su pelvis contra la de la luna superior dos.

—¡No otra vez! —chilló Douma intentando escapar del demonio que le tenía preso entre sus fuertes y musculosos brazos.

Parece que la luna superior dos nuevamente sería presionado contra la cama hasta quedar sin vo