Sonrisa.
Lágrimas.
Yuichiro miró la carta en sus manos mientras lloraba tristemente, sintiéndose ahogar entre sus lágrimas a la vez que su cuerpo temblaba bruscamente, la policía le miró compadeciéndose de él, mirando el estado devastado del chico el cual no hacía más que temblar y llorar.
El Tokito había estado siempre al lado de Yūzā, acompañándola en cada chequeo médico, inconscientemente solo por ella mantenía una vaga esperanza que siempre renegaba y le decía ciertas cosas pesimistas a su amada novia, pero jamás esperó que esa sonrisa tan radiante aún conectada a máquinas respiratorias, en realidad solo ocultaran todo su sufrimiento.
La chica había estado luchando activamente contra el cáncer y había ido a todas su quimio terapias consumiendo todo tipo de fármacos que le recetaran, Yūzā siempre había sido una chica alegre y sociable que era como un gran sol casi inextinguible, siempre sonriente igual que su mejor amigo Rengoku Kyojuro -que a pesar de ser mayor que la chica se llevaba de maravilla- y con tanta buena vibra y positivismo como para despejar la oscura niebla en la mente y corazón del sombrío Yuichiro el cual la miró como su magnífica esperanza.
Ambos eran una pareja extraña, pero amorosa, la chica siempre sonriente invitando al chico a salir el cual simplemente la seguía con un rostro serio y a veces comentando palabras sarcásticas o crueles, pero nunca hiriéndola con sus palabras, eso hasta que sin darse cuenta se enteraron de que ella tenía esta enfermedad en un estado avanzado.
Yūzā a pesar de todos sus tratamientos y su condición física aún le sonreía a sus amigos y novio que la iban a visitar, todo siempre fue entre sonrisas y esperanza, como si ella fuera a superar el cáncer sin ninguna dificultad y sufrir nada... pero que equivocados estaban, Yūzā siempre se había tragado cada doloroso paso, cada desgarrador quejido y cada hirviente lágrima para ella solita y no preocupar a los demás, brindarles esperanza para que no se sintieran abrumados por la situación en la que se encontraba.
Pero ella no era un robot, no era de piedra ni mucho menos una estatua, ella era humana.
Y como humana se rompió.
Podría soportar cada dolorosa operación, cada sedante que la dejaba completamente noqueada, cada mirada de lástima o tristeza... pero no podía soportar las palabras desalentadoras de su novio el cual, a pesar de ser cruel, siempre estaba a su lado acompañándola.
No, no era que Yuichiro quisiera romper con ella o matarla lentamente, simplemente se intentaba preparar para el fallecimiento de su novia la cual iba lentamente cayendo por el precipicio, él, aunque dijera esas palabras crueles en su interior creía infantilmente y verdaderamente en las palabras de la chica que ella iba a mejorar, que todo iba a estar bien y que su dolor no era nada, siempre estuvo muy equivocado.
"La esperanza es la mitad de la cura." Recordó las palabras de su novia mientras leía un estúpido libro en ingles llamado "A monster calls", solo le dijo que la historia era muy buena y que debía leerla algún día, pero jamás le dijo el contenido.
Miles se momentos felices con su novia llovieron en su cabeza mientras temblaba y abrazaba la carta entre sus manos, al final, ella no fue tan fuerte como siempre creyó.
Al final ella se suicidó.
Saltó de su edificio en la parte no transcurrida.
La carta revelaba todos sus sentimientos, desde lo dolorosas que eran la quimio terapias, lo difícil que le era vivir con esa enfermedad, como le ahogaba mentirles que estaba absolutamente bien, el delirio de volver a su pasado en donde no sufría.
Ella ya no soportaba más, nunca fue fuerte, solo fingía serlo.
Había otra carta debajo de la almohada que él encontró una semana después de su funeral, él se sintió más mierda que de costumbre, ¿Entonces todas sus palabras crueles al final realmente la hirieron? ¿Por qué no pudo ser más consciente de toda situación antes de hablar? ¿Por qué debía tener una lengua tan filosa? ¿Por qué había decidido ser tan asqueroso en primer lugar?
—Lo siento... lo siento... lo siento, lo siento, lo siento —lloró Yuichiro con el corazón en la garganta, cada hipido doloroso era tan agonizante para su alma.
Sus ojos aguados miraron la habitación de su chica, papeles cuadrados colgados al azar en la habitación, todos de color azul.
"Quiero ver el mundo cuando deje de respirar"
"Será mejor que te apresures, porque me voy pronto"
"Lo siento, no me puedes salvar ahora"
"Llama a mis amigos y diles que los voy a extrañar"
"Dime que el amor es infinito, no seas tan pretensioso"
"Pero no estoy arrepentida"
"Lo siento, no hay otra salida"
Yuichiro siguió recolectando las notas azules e intentó ordenarlas, mientras lloraba. Recorriendo más la habitación vio que al lado de alguna nota había algún objeto preciado para ambos, momentos juntos, fotos, regalos, detalles, cartas, él solo lloró más con el corazón hecho pedazos.
Hasta que finalmente encontró la última nota y empezó a ordenarlas.
Una semana.
Dos semanas.
Tres semanas.
Cuando por fin logró entender medianamente las notas miró el cuaderno de conejito de ella, entonces lo abrió mirando las letras de su chica hasta que encontró las mismas frases que en las notas, entonces miró la traducción en ingles que había.
Miró la vieja radio de la chica y apretó el tercer botón, entonces empezó a escuchar la triste melodía que había, la voz de Yūzā resonó en las desoladas paredes y él se sintió tan mal, pero en el último momento un audio de la chica lo desconcertó, era su voz diciéndole que siguiera con su vida, que la olvidara porque ella nunca se perdonaría que él estuviera triste.
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One-short Kimetsu no Yaiba
Fanfiction"Conozco amores que pueden definirse: un sueño entre dos. Uno duerme y otro sueña" Leopoldo Alas One-short de mi antiguo libro en la cuenta "Chimawaku"