Rengoku Senjuro

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Planes

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Yūzā miró lo tierno que era Senjuro y se quiso golpear la cabeza contra la mesa, se sentía tan impura a su lado, lo amaba, amaba todo de él, ¡Pero se sentía tan jodidamente mal al verlo tan puro! O sea, a la edad que estaban, los chicos realmente ...

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Yūzā miró lo tierno que era Senjuro y se quiso golpear la cabeza contra la mesa, se sentía tan impura a su lado, lo amaba, amaba todo de él, ¡Pero se sentía tan jodidamente mal al verlo tan puro! O sea, a la edad que estaban, los chicos realmente solo querían salir, tener novias o novios y follar como conejos en la vida, ¡Tenían diecisiete años por dios! Estaban en plana juventud, en la flor de la vida, en el mejor punto para cometer tonterías y ser regañados levemente con la boba escusa de "solo son adolescentes" y mierdas por el estilo.

Intento tras intento, Yūzā se acercaba al Rengoku menor para intentar enamorarlo, ¡Pero era demasiado denso! ¡En extremo! Realmente se preguntaba que tiempo de educación le dio Rengoku-sensei para que su hermanito fuera tan denso, si Kyojuro-san sin duda sería un padre demasiado sobreprotector.

Al final, mientras intentaba seguir coqueteando con el denso de Senjuro se rindió y se resignó a pedir ayuda a la persona menos inocente del mundo y más experimentada en ese tipo de situaciones; Uzui Tengen-sensei, el profesor de artes de la escuela.

Cuando el profesor de artes miró a su alumna más destacada en artes entrar, se preguntó que querría, se esperaba de todo, menos de que le pidiera consejos de como intentar quitar la densidad e inocencia a otro compañero, el albino se sintió como un experto y sonrió maquiavélicamente, entonces empezó a contarle planes.

—Entonces, ¿Quién es el afortunado? —preguntó pícaramente.

—Rengoku Senjuro —habló con calma.

—¡¿Senjuro?! —habló alterado levantándose de su asiento enterado— ¡¿El hermanito menor de Rengoku Kyojuro?!

—Si —asintió con un leve sonrojo.

—¡No! —gritó el albino alterado, aún recuerda ese memorable día en que Shinazugawa dijo varios insultos delante de Senjuro, él repitió algunos y Kyojuro casi mata a bokkenazos al otor albino, parecía un verdadero demonio mientras el albino intentaba defenderse en vano y siendo apaleado hasta casi la muerte—¡No le digas a nadie sobre los consejos que te di! ¡Ni siquiera te acerques a Senjuro! ¡Rengoku me matará! —habló enterado el de cabellos albinos.

—¿Uh? —la chica se encogió de hombros y no le hizo caso, igual iba a realizar al pie de la letra los consejos del albino, eran la forma más rápida de que el chico perdida esa densidad tan absurdamente gruesa.

Senjuro miró a la chica acercarse y luego fue acorralado a la pared, se sonrojó hasta las orejas mirando levemente hacia abajo, encontrándose con el escote de la chica y apartó su mirada rápidamente hacia arriba intentando hablar, pero solo salían balbuceos hasta que la chica se fue y respiró tranquilo.

Al día siguiente la mujer besó su mejilla, demasiado cerca de la comisura de sus labios poniendo rojo al rubio el cual se volvía un manojo de nervios, al otro día se agachó delante de él para recoger un lápiz y sin darse cuenta el rubio le miró las posaderas por unos minutos antes de apartar la mirada avergonzado y taparse todo el rostro con sus manos, otro día simplemente llegó y se sentó en su regazo, luego compartieron comida de los mismos palillos, otras veces le dio un bento con algunos dibujitos de su carita sonrojada haciéndolo estallar en sonrojo, Senjuro pasó las próximas dos semanas en situaciones comprometedoras con la chica y el estaba nerviosísimo.

Al final simplemente, una vez que ella se sentó en su regazo, el la abrazó y besó tímidamente su cuello haciendo que por primera vez la mujer se sobresaltara por el cambio de acontecimientos tan repentino, se supone que ella era la que provocaba al chico.

—También me gustas, Yūzā-chan —murmuró suavemente el chico y besó su mejilla, haciendo que la mujer se sobresaltara sonrojada y quedara parada ahí mientras el rubio se alejaba.

Yūzā corrió hacia la sala de artes y abrió la puerta con fuerza, el albino se sobresaltó cuando su alumna se abalanzó sobre él y le abrazó mientras saltaba levemente, Kyojuro miró la escena con una sonrisa mientras reía.

—¡Gracias a tus consejos Senjuro se me confesó! —la sonrisa de Kyojuro se quedó de piedra— ¡Aaaah! ¡Me abrazó! ¡Senjuro me abrazó! —chillo emocionada la chica y el albino estaba sudando frío— ¡Hubieras escuchado su vocecita diciendo "también me gustas, Yūzā-chan" y luego yéndose como todo un rey orgulloso! ¡Ni siquiera tuve que pedírselo! —habló emocionada la chica y soltó al albino mientras seguía saltando totalmente emocionada— ¡Gracias, gracias, gracias!

La chica siguió abrazando al hombre más alto y luego se fue corriendo a sus amigas para contarles sobre la situación, seguramente ellas también estallarían en grititos de fangirl como ella, ¡Senjuro había dado un paso siendo confiado en si mismo! ¡Su rollito de canela se había vuelto salvaje!

—Así que... ¿Tus consejos, eh? —preguntó el rubio con una sonrisa, el albino estalló en sudor frío— ¿Qué tipo de consejos de diste?

—Yo...

Una semana había pasado y Senjuro estaba almorzando al lado de la chica mientras ambas manso estaba entrelazadas, apenas ingresaron tomados de la mano, todos supieron que por fin eran pareja y luego se sorprendieron cuando vieron que se besaron lentamente en uno de los recreos.

Eran una pareja tierna, si el chico no estabasonrojado hasta las orejas, era la chica.

Eran una pareja tierna, si el chico no estabasonrojado hasta las orejas, era la chica

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One-short Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora