AMOR DE UNA NOCHE [MINJEONG] [+18] [FINALIZADO]

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Maratón 1/10

Minho: ¿Qué haces aquí? —preguntó algo ofuscado al ver al menor frente a él, tomando entre sus manos los documentos que hasta el momento estaba leyendo— estoy ocupado, no puedo atender a alguien en este momento

Conentó. El de lunar bajo al ojo al escucharlo sólo suspiró, sabiendo bien que éste mentía, así que solamente se acercó sin consulta alguna, tomando con tal rapidez que le caracterizaba, aquellos documentos en las palmas del mayor, haciendo que las hojas en las manos del éste comenzaran a volar todas una por una hasta caer en sus manos, siendo una sonrisa el final para aquella pequeña travesura.

Hyunjin: ¿Enserio? —sonrió, mostrando aquellos cabellos negros, brillar ante la eterna oscuridad en aquella sala, la cuál había sido pedida por el mayor desde un comienzo— ¿por qué me mientes Minho? ¿Por qué sigues haciendo esto cada vez que nos vemos? No eres divertido así ~

Bufó juguetón,  viéndolo con una sonrisa altanera, mientras caminaba por detrás del contrario, sabiendo que esa seriedad tenía como nombre y apellido, a aquel humano al que había amado alguna vez, pero que por un mandato del tribunal vampírico, no tuvo de otra que ir en contra de aquel sentimiento para asesinarlo, aún cuando tanto él como el mayor hubiesen querido de verdad a aquella persona. Aún cuando en su momento, tanto él como su hermano, soñaban con convertirlo en uno de ellos. Pero lamentablemente nada de eso se dió, y en medio de una primera guerra, entre humanos y vampiros, la persona que había perdido la vida, había sido nada más y nada menos que el padre del chico que ahora tenía en su poder al tan sólo firmar un simple contrato, haciendo que la historia otra vez se estuviera repitiendo.

Pero esta vez, ninguno de los dos quería deshacerse de él, porque a pesar de sus actitudes tan diferentes, y ese odio irremediable, un sentimiento por el cual aborrecía seguía estando en sus corazones, uniéndolos, repitiéndoles cada vez, la nueva oportunidad que se les había parado enfrente de sus narices. Siendo la misma persona, la misma sonrisa, el mismo rostro de hace veinte años, que ahora estaba frente a sus narices, con una sonrisa que no deseaban apagar.

Más ambos, como unos tontos, desde que éste había llegado, lo habían tratado como un juguete, tal y como acostumbraban a hacer. Pero, si tan solo pudiesen borrar el dolor que no les permitía volver a confiar, tal vez la situación sería diferente. Pero no lo era, y así estaba mejor, estando separados ambos hermanos, cada uno por su lado, alejando al menor lejos de ellos para que no vuelva a caer en un pozo sin fondo por sus culpas tal y como años atrás con su padre.

Minho: ¿Por qué sigo haciendo esto? —preguntó con una expresión totalmente seria, tranquila y firme, mientras tomaba un poco de sangre humana en una de sus copas, las cuales había aparecido de la nada— tú como mi madre saben que pasa y porque lo hago, no es necesario que te lo diga

Hyunjin: ¿Es por él?

Preguntó, siendo en ese preciso momento en el que la mirada del contrario, cobró un pequeño brillo, recordando la sonrisa del menor en su mente. Más a los segundos sólo apretó su copa sin perder la calma, desapareciéndolo por completo.

Minho: En vez de preguntar eso, ¿no deberías estar ayudando a Seungmin con seguir molestándome? —pronunció dando vueltas a su copa antes de tomar el contenido de golpe— esa sucia rata me debe tanto y aún sigue causándome problemas. Aunque lo que no puedo creer, es, ¿cómo es que tú, mi hermano, puede hacerme eso?

El menor al escuchar eso, sólo rió de lado, alzando los hombros, antes de poder soltar su cabello negro atado en una cola, haciendo que sus bellas puntas gocen el aire fresco de aquella oficina.

Hyunjin: Como cambias de tema hyung —negó con una sonrisa, antes de poder elevarse con sus poderes hasta lograr caer sobre el asiento de uno de los sofás del lugar, con las piernas cruzadas— pero tienes razón, mejor dejemos el pasado y sigamos con los temas del presente —sonrió, mientras jugaba con sus dedos, haciendo que el mayor alce una de sus cejas— me preguntabas, ¿por qué lo hago? —sonrió una vez más,  mostrando esa mirada juguetona de siempre— ¿por qué crees que más lo haría? Para hundirte

Minho: doble cara —pensó; el menor por su parte sólo rió ante aquel pensamiento

Hyunjin: lastimosamente lo soy hermanito, y aunque me guste llevar la fiesta en paz, tengo mis propias prioridades —sonrió, mirando hacia la ventana— para destrozarte como tanto esperé, ¿no lo recuerdas? Te lo dije en un momento. Planeo ser el príncipe heredero de la Corona y ni siquiera tú podrás detenerme

Minho: ¿Crees que me quedaré de brazos cruzados? Sabes que este imperio es importante para mí, y no dejaría que alguien como tú pudiese llegar a la Corona —volteó para plantarse firme ante lo dicho por su hermano— recuerda, todos tenemos una debilidad

Hyunjin: lo sé, por eso tengo un plan en el que me ayudará mi nuevo mejor amigo —rió cambiando esa expresión de tristeza de hace un momento, por uno de firmeza y soberbia, con un poco de diversión— ¿o crees que en este tiempo no he sido un buen perro Guardián?

Minho: ¿A qué te refieres?

Hyunjin: ¿Acaso estás tan desesperado para saber? —rió al ver la reacción del contrario— vamos~ no lo hagas~ sabes que no te queda

Minho: Hablas o te-

Hyunjin: No hace falta que lo hable cuando sabes muy bien que Seungmin no pudo hacer todo el trabajo sólo en los problemas de los archivos secretos del área 8 —sonrió de lado— ¿o pensabas que sí? Vamos hyung~ lo que trato de decir es~ ¿crees que sólo yo estoy detrás de que caigas?

Minho: Tú, hijo de-

Hyunjin: No te atrevas a llamarme así perrito bonito —sonrió divertido, usando sus poderes para poder callar a su hermano, logrando que éste se desespere— no trates de gastar tus energías conmigo ~ cuando tu peor enemigo puede estar más cerca de lo que crees

Rió, para después de algunos segundos poder desaparecer de esa habitación, chasqueando sus dedos, dejando solamente al mayor con los puños cerrados, pegando a la mesa sin contener su fuerza. Tanto tiempo había pasado pensando en que sólo los humanos eran engañosos y crueles, pero al parecer se había equivocado, no sólo ellos eran así, sino también las personas más cercanas e iguales a él. Por lo que ahora no podía confiar en nadie, absolutamente nadie.

— Disculpe, ¿puedo pasar?