23

316 27 4
                                    

Chris: Y, cuéntame más de ti

Habló el pálido, viendo cómo éste observaba todo detenidamente mientras él terminaba de servir dos vasos de vino para ambos, aunque siendo un niño el debía tomar jugo de uva, aunque esto no sea literalmente bebible para su paladar.

Felix: ¿Qué quieres saber? —preguntó, cruzando sus piernas mientras lo observaba, teniendo una leve sensación de dónde iban sus palabras— ¿Cómo pasó?

Chris: Eso ya lo sé, tus padres te tuvieron y etcétera —suspiró, rascando su nuca, tomando un poco de su vaso para observarlo— lo que no entiendo es porque buscas a Jisung

«Cuando él ya no está» —pensó.

Felix: Solo sentí la necesidad de buscarlo —respondió algo serio, dejando el vaso a su lado para tomar el del mayor y tomar el contenido ante la queja de éste al ver lo que hacía— sentí una sensación extraña

Murmuró, desviando su mirada hacia la ventana, recordando su viaje por Australia, estando en medio de un recorrido con algunas personas del entorno, mientras observaba la luna ponerse en su luna, mientras presentía que algo estaba mal, y no evitó llorar. No evitó sentir una leve punzada que lo único que avisó era que debía regresar. Que algo pasaba y que no era bueno de saber. Porque, ¿Y si era cierto lo que había visto en sus visiones de hace semanas? ¿Y si esa persona que formaba parte de sus recuerdos había actuado de esa manera contra su padre? No sabía que pensar y el solo imaginar que era verdad, lo ponía a debatirse mentalmente de qué lado estar. Porque aunque su corazón esté enlazado a alguien que no conoce aún, su vida ya era de alguien, y era de quién le había dado la oportunidad de renacer, de ser parte de crecer. Porque después de todo, él era su familia.

Chris: ¿Una sensación extraña? —preguntó algo confundido, y extrañamente familiar.

El menor solamente asintió ante aquello hasta oler un aroma algo conocido, muy conocido a aquel hombre que alguna vez había visto al lado del jefe de su padre, o de quien había sido elegido para serlo.

Chris: ¿Pasa algo?

Preguntó. El menor seguía olfateando todo a su alrededor, cosa que minutos después él también estaba haciendo, tomando el color rojo de su esencia vampirezca para que sea más fácil reconocer la proveniencia de ésta.

Felix: ¿Esperabas visitas? —trató de indagar, más sólo recibió una negación por parte del mayor, quien luego de un segundo y al igual que él, se asustó por el ruido de la puerta, despertando a ambos de aquella pequeña mirada hacia la ventana.

Chris: Tsk —chasqueó su lengua— es mejor que te quedes aquí, ¿Bien?

Felix: Ya no soy un niño señor Bang —bufó, pero el mayor terminó de convencerlo con esa mirada roja al quedarse fijamente viéndose por unos segundos— ugh, bien

Al ver cómo éste asentía, el mayor sonrió muy convencido de su poderío para poder volver a levantarse de su asiento, caminando hacia la puerta, dando pasos meticulosos para prevenir el peligro. Más cuando más pasos daba, menos miedo sentía, ya que el oroma que provenía del otro lado era mucho mejor al sentido hace minutos atrás. Estos eran cómo su olor a azufre. Eran uno de ellos.

Chris: ¿Minho?

Preguntó al abrir la puerta luego de escuchar el código de ésta ser ingresado. Entonces lo observó, entonces pudo verlos a ellos, detrás de él y entonces con los puños apretados quiso ir detrás del menor de los Lee, quien había sido el responsable de tantas muertes, quien los había traicionado. Pero, ¿Por qué su amigo no hacía nada? ¿Acaso no sabía que él era peligroso? ¿Acaso no sentía enojo y rabia al ver a quien había matado a la persona que le había enseñado a sentir nuevos sentimientos que parecían ser imposibles para alguien como ellos? Al pensar eso, no evitó apretar sus manos aún más, dando cinco pasos delante, elevando sus manos a ambos lados antes de aparecer una daga por detrás del cuello de éste, más parecía que a Lee Hyunjin no le importaba nada porque esa sonrisa decía mucho más que un "te temo" y era un "no tengo miedo a nada". O al menos pareció ser así hasta que detrás de su espalda, pudo dejar ver la imagen de aquel chico que pareció ser la clave de la debilidad del muchacho más temido del clan vampirezco. Parecía que príncipe había encontrado la pieza a la daga que había en su corazón. Y no era nada y más y nada menos que la persona a la que evitó buscar hasta ahora.

Por parte de aquel pecoso, al verlo, no evitó recordar cada imagen como un evento fugaz, como un meteorito chocando a la tierra, dejando sus piernas temblar y sus ojos ponerse tan rojos como la luna llena de sangre. Sintiendo su corazón doler por esos sentimientos que parecían atravesar su cuerpo mismo como una de las dagas benditas descritas en la Biblia.

Entonces bajo un eclipse, la luna y el sol volvieron a reencontrarse, jurando nuevamente amor verdadero

[...]

Y mientras sucedía esto y el cielo mismo empezaba a colorearse de gris, dando inicio a la cuenta regresiva, ya en aquel departamento se encontraba aquel tío de Yang Jeongin, escuchando sus gemidos, escuchando el nombre de aquel demonio ser clamado. Y ante ellos no pude evitar apretar sus manos. Debía hacer algo y ya. ¿Pero que? Si sabía que la unión de ambos parecía ser totalmente inevitable. Entonces supo que hacer, mientras escuchaba la voz de su razón, abriendo la puerta de golpe, viendo a aquel chico totalmente sorprendido bajo esas sábanas tratando de cubrir su vergüenza. Entonces tomó la palabra, para con una mirada fría mandarlo a vestir, tomando en su mano uno de los relojes que había comprado para él, dejando salir de su boca una última palabra.

Seungmin: Debes regresar —el menor al escucharlo sólo abrió rápidamente los ojos luego de colocarse los calzoncillos— Mañana regresaras a las empresas Lee

Y entonces ante aquellas palabras el menor no evitó alegrarse.

AMOR DE UNA NOCHE [MINJEONG] [+18] [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora