¿Quién Sedujo Al Profesor?

CONTRA ESPADA Y LA PARED.

En el salón aún se respiraba la incomodidad entre Marianne y el profesor Salume.

   -¡En serio Marianne que es lo quieres?-

-¿Ya no soy señorita Marianne para tí, profesor Salume!-

                          -¡Habla ya!—

               —¡Estoy muy desconcertada!
     ¡Te metiste con ella antes que conmigo!–

  —¡Tú estabas ocupada con el joven Prinz!–

–¡Te estaba mostrando mis técnicas para adelantarte lo que haríamos!–

                   –¡Debes estar loca!–

–¡Yo que tú sería más inteligente y no hablaría así!–

–¡Pues demuestralo que no lo eres, vete y déjame en paz!–

–¡Claro lo haré, pero antes!–Marianne se dirigió a la puerta y la cerró.

               –¿Qué crees que haces?–

–¡No hagas ni digas nada si no quieres que yo hablé!–Marianne se dirigió hacia él.

Al estar frente al escritorio de Salume lo tomó del rostro y lo observó fijamente por un buen rato.

—¡No comprendo como puedes gustarme tanto pero el que hayas estado con esa estúpida me enfurece!–

–¡Tú siempre jugabas y no llegabas a nada concreto!
¡Preferiste estar con ese chico que conmigo!–

   –¡No trates de justificarte para evitar tu castigo!–

                           –¿Castigo?–

–¡Pobre Salume!–diciendo esto Marianne se dirigió hacia la puerta dejando a Salume muy preocupado e intrigado.

Viendo que había salido el profesor tomó su teléfono e hizo una llamada.

–¡Yo sé que me había dicho que no volviera a molestarlo pero en serio si me preocupa demasiado la conducta de su sobrina!–

                     –¡No me interesa!–

    –¡Por favor señor no se de qué pueda ser capaz!–
      
                   –¡Conozco a esa chica!
          ¡Algo tuvo que haberle hecho ud!–

            –¡Créame no le hice nada!–

            –¡Iré a su casa está noche!–

       –¡De acuerdo le daré mi dirección!–

Mientras el profesor hablaba con el tío de Marianne, ella hacía lo mismo con alguien más.

– ¡Hola Huila saldré oferta vez con un chico rudo y necesito de tu producto!–

                                 –¡No!
¡La primera vez que te lo di casi me despiden!–

      –¡No tendrás problemas está vez!
                         ¡Lo prometo!–

                       –¡No le creo!–

                        –¡Ya verás!
¡Además a mí padre no le gustaría saber que su hijita necesitaba ayuda y tú se la negaste!–

                  –¡Por favor no sea así!–

                  –¡Entonces dámelo!
¡Se qué tú esposa tendrá otro bebé y no sería bueno que te quedarás sin empleo!-

                  –¡Por favor no!
             ¡Puede pasar a recogerlo!

  –¡Gracias, le hablaré bien a mí padre sobre ti!–

Se fue a clases satisfecha al saber que Salume tendría ese día una noche inesperada , sería una noche que nunca olvidará,de Pilar se encargaría luego.

Mientras que para el profesor Salume el resto del día se lo  paso imaginando a que se refería Marianne con castigarlo.

¿Lo delataría con el consejo estudiantil?

¿Lo chantajearía para acostarse con él?

Estás preguntas y muchas más cruzaban por su cabeza, estaba paranoico pero lo que le daba un poco de confianza era que el tío de Marianne por fin pudo escuchar sus palabras y talvez él podría darle la paz que ya no tenía consigo desde que comenzaron los juegos de Marianne.

Por su lado Pilar sólo se preguntaba si Salume volvería a llamarle luego de esa noche tan linda que pasaron juntos aunque no lo había visto durante ese día esperaba que en la noche la buscará como ocurrió esa noche. Nada más que alejado de la realidad.

Aún tenía esto en su mente cuando en su teléfono recibió este mensaje:

           <<Espero verte esta noche por vez>>

Aunque era un número desconocido sabía que era Salume quién lo hacía mandado.¿Quién más sería?