Siempre me había sentido un bicho raro, alguien que no encajaba dentro de los términos marcados por la sociedad, la dificultad de hacer amigos y mi desconfianza hacia las personas no lo facilitaban para nada, además de mi mirada algo intimidante. Me veía y era una persona distante, pero incluso así anhelaba que alguien me conociera a tal grado de que con un abrazo suyo me tranquilizara, sin embargo eso jamás pasó.
Cuando entre a la universidad ya me había resignado a la idea de no tener amigo en quienes confiar, en volver a ser catalogada como el bicho raro de siempre, sin embargo, esta vez fue diferente. Conocí a mis dos amigas, no podría catalogarlas a "mejores amigas" porque en ese trío yo era el impostor, la recién llegada que adoptaron por misericordia, nos llevábamos bien, de cierta manera teníamos personalidades a fines, una de ellas era tan distante como yo, mientras la otra resultaba ser un sol, amigable con todos, pero siendo una fiera vestida de cordero. Me adapté lo más que pude a ellas, y aún así, llevaba la etiqueta de bicho raro pero algo que me salvaba era que estaba bonita.
En ese entonces claro que me sentía aceptada, pero, ¿y si me conocieran realmente, me aceptarían?
Esa pregunta pronto lo descubriría.
No me consideraba popular, pero tampoco pasaba desapercibida en la universidad, tenía buenas amigas, era parte del comité de consejo estudiantil, asistía a fiestas y tenía buenas calificaciones, podría decirse que era casi una estudiante modelo, con cara poco amigable para otras personas y siempre dando la cara por el problemático de mi salón.
Y un día, todo cambió.
Era el inicio de un nuevo semestre, mientras estábamos formados en el auditorio para el discurso inaugural del ciclo escolar, varios chicos de mi salón y yo observabamos a la carne fresca recién llegada, tardando nada en ponerles motes graciosos para identificarlos. Y entonces lo vi. Un chico de exagerada altura y algo encorvado, como si no quisiera destacar en nada, era delgado y de tez algo pálida, sus ojos rasgados y cejas pequeñas le daban cierto toque felino, hablaba muy de cerca con Wakatoshi, quien parecía estar atento a las palabras del chico.
Todas las tonterías del amor a primera vista tuvieron sentido cuando lo vi, aunque no podría catalogarlo como amor, sino más bien como un platónico, que siendo amigo de Wakatoshi no valdría la pena acercarme a él.
—Hey, ¿ya vieron al chico de allá?— preguntó Kat con un movimiento rápido de cabeza.
—¿El alto pelirojo?— pestañee extrañada siguiendo con la mirada hacia donde había indicado. A lo que Kat asintió.
—Es muy extraño...me atrevo a decir que da algo de miedo— dijo Ethel con una mueca de asco.
Fruncí los labios, buscando algún motivo por el cual mi amiga pudiera decir que daba miedo, pero por más que lo observaba solo parecía estar relajado disfrutando de la compañía de Wakatoshi.
—A mi me parece normal— dije encogiendome de hombros. —Pero que me dices de aquel chico, se parece a Lingüini, de esa película de ratatuille— señale a un chico de complexión delgada y atolondrada como el protagonista de esa película, buscando así, desviar la atención del pelirojo.
La respuesta de confirmación de Ethel no se hizo esperar acompañados de unas cuantas burlas al nuevo objetivo. No es que fuera una bully, pero si era algo mala con las personas.
—Ese pelirojo parece un pájaro carpintero— comentó por fin Kat, que a pesar de ser el sol de nuestro trío de amistad, nadie le quitaba lo venenosa que podía ser.
No tenía idea de quién era ese pelirojo, pero me sentía atraída hacia el de una forma inimaginable, y de alguna manera me las arreglé para guardarme esos cumplidos y dejarlos flotando en mi mente mientras escuchaba a lo lejos el discurso inaugural con mi vista clavada en aquel peculiar chico que parecía que en cualquier momento caería rendido por el sueño.

ESTÁS LEYENDO
Había una vez... [Tendo x Tu]
FanfictionTendou es uno de mis husbandos favoritos, pero casi no hay fanfics sobre el, entonces, ¿porque no escribir uno? Historia paralela donde los personajes del Shiratorizawa están en la universidad. El amor es difícil para el "guess monster" y para una...