Epílogo

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—Oh por Dios— dijiste llevándote las manos al vientre al sentir más repentinas nauseas. —¿Porque todo me da vueltas?

Ana y Nat compartieron una mirada divertida antes de fijarse en ti.

—No es tan malo como parece— aseguró Ana acomodándose el cabello.

Una risa nerviosa escapo de tus labios por el comentario de tu amiga.

—Claro— hablaste con ironía. —Como tu no eres la que se acaba de enterar de tremenda noticia... ay no, ¿qué voy a hacer? ¿Y si se lo toma mal? ¿Y si cambia de parecer? ¿Que voy a hacer si me deja?

—¿Porque se lo tomará mal? Es algo que tendría que pasar tarde o temprano en una relación tan larga— Nat se levantó de su asiento para tomarme de los brazos en un esfuerzo por tranquilizarte.

Aún recordabas con lujo de detalle como tus amigos los habían obligado a confesarse porque los nervios los traicionaban, cualquiera que los hubiera visto en aquel entonces no dudaría que estaban terriblemente enamorados.

En cuestión de meses te habías enamorado de aquel chico que tus antiguas amigas habían llamado pájaro carpintero.

–¿Como crees que te va a a dejar, _____? Acepto hace cosplay de tu anime favorito, eso dice mucho de el— Ana siempre llevaba un punto de razón.

Sonreiste ante el recuerdo y como le insististe por una semana al pelirojo para que aceptara hacer un  cosplay en pareja de tu anime favorito: haikyuu. Quien al final termino aceptando con un puchero en los labios. Aún conservabas aquella foto con cariño que descansaba sobre tu mesa de noche.

Hace dos años que habían termiando la universidad, llevaban cuatro años de noviazgo y aunque como en toda relación había altas y bajas, ambos eran sumamente felices. Les habías asegurado a tus amigas después de una pelea sumamente infantil con Tendou que el era el amor de tu vida.

Mientras tu replanteabas tu crisis al enterarte de la noticia, Tendou, Semi y Wakatoshi estaban en el jardín; los tres hombres estaban totalmente serios observándose unos a otros en total silencio. No había duda que los años habían pasado, todos con trabajo estable, buscando formar una familia p simplemente viajando, la vida pasaba apenas en un pestañeo.

—¿Estas seguro que es la decisión correcta?— preguntó Semi a Tendou.

Tendou abrió la boca para responder, sin embargo Wakatoshi se adelantó, dando un comentario acertado.

—¿Sabes todas las responsabilidades que trae consigo algo como eso?— la imponente voz de Wakatoshi inundó el jardín.

—Solo tenemos veinticuatro años una vez— se defendió Tendou.

—Por eso mismo— agregó Semi. —Es tan precipitado, somos muy jóvenes para hacer algo así.

—_______ y yo estamos listos— fue todo lo que dijo Tendou antes de levantarse y perderse al interior de la casa.

Es cierto que eran jóvenes para cargar con una responsabilidad tan grande, pero lo que menos tenían era tiempo, nadie tenía la  vida comprada, no sabían si vivirán cien años o un día, así que lo mejor para Tendou era tomarlo todo o nada, nunca te lo dijo pero desde la primera vez que te vio, en la ceremonia de apertura de la universidad habías sido todo un enigma para el, siempre con cara de pocos amigos, y luego te descubrió en aquella librería. Frecuentemente te molestaba con aquel día, como parecías que ibas a robar algo cuando en realidad solo evitaba ser vista.

Desde que sus destinos se encontraron el pelirojo aseguró que su vida mejoró para bien, se sentía seguro contigo y había encontrado la felicidad como chocolatero. En definitiva tu eras su complemento y estaba dispuesto a compartir un pequeño ser humano que los uniera de por vida, se aseguraría de enseñarlo a jugar voleibol y lo llevaría a las prácticas de Wakatoshi, le enseñaría a preparar chocolates y el estaba seguro que serías alguien amorosa con un hijo de los dos, de eso no le cabía duda, ya que aunque no vivieran juntos cada vez que el enfermaba siempre lo cuidabas sin quejarte, así tuvieras que estar la noche en vela. Estaba seguro que el había encontrado el amor de su vida.

Había una vez... [Tendo x Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora