Había una vez... [Tendo x Tu]

11. Miercoles

POV Tendou.

—¿Estas listo, Tendou?— pregunto Wakatoshi.

Sonrei y pase mis manos detrás de mi nuca con una sonrisa de seguridad.

—Yo siempre estoy listo— aseguré.

—No vayas a asustarlos— dijo Semi, serio. —Nosotros somo semiprofesionales, ellos solo son nuevos novatos.

Entrecerre los ojos ante el comentario de Semi. Era divertido ver sus caras nerviosas y asustarlos al hacer los bloqueos.

—Karasuno también era un equipo novato y nos costó las nacionales— comenté pinchando a Semi.

—Dejalo, quiere impresionar a una chica— cuando Wakatoshi hablaba, todos teníamos que tener cuidado.

—Nuestro guess monster esta enamorado — canturreo Semi.

Le di un golpe en la nuca antes de salir del salón. Odiaba ese apodo.

POV ________

El miércoles, después del receso me acerqué a la banca que había compartido con Tendou para esperar con paciencia el siguiente partido mientras arrancaba pequeños trozos de pan, mirando a la nada.

Poco a poco las personas poco a poco se fueron acomodando a los alrededores de la cancha para apoyar a sus respectivos equipos. Daichi no tardo en llegar, acompañado de Sugawara y hablar con unos cuantos chicos de su equipo, y supongo, planear algunas estrategias. Había escuchado comentarios de sus partidos en preparatoria y colo habían llegado a las nacionales enfrentándose contra el equipo de Wakatoshi, sin duda, a pesar de ser un torneo interno, la tensión gobernaría el aire.

Las cosas los últimos días habían estado algo tensas con mis amigas, la comunicación se había cortado casi completamente, algo que no crei que pasaría. Nat y Ana no tardaron en sentarse a mi lado, acompañándome, comentando lo bueno que se veían ambos equipos y sobre algunas tareas que teníamos pendientes de organizar.

—Llego el equipo de Wakatoshi— anunció Ana con un golpecito en mi hombro.

Tenia que reconocer que su equipo se veía imponente, ambos equipos contaban con jugadores semiprofesionales, aunque el equipo de Daichi llevara desventaja, sabria que les darían pelea.

—Veniste— dijo Tendou apenas colocándose frente a mi.

Alce la vista con una sonrisa de superioridad.

—Te dije que vendría a evaluar sus técnicas.

Tendou soltó una risa fresca que se vio interrumpida por el llamado de Wakatoshi, quien lo miraba severo por haberse escapado del proceso estratégico. Mientras que en la otra punta de la cancha, Daichi me saludaba con un efusivo movimiento de mano, que respondí alzando ambos pulgares en modo de aprobación.

POV Tendou.

—Entonces, tenemos que prestar atención en el colocador y atacar los huecos de la defensa, tenemos que aprovechar que Daichi va a querer defender lo más que pueda. Tenemos que cansarlo.

De alguna manera, desde que choque con _______ en la tienda de mangas me sentía horriblemente atraído hacia ella. Mis ojos la buscaban por todos lados como un imán.

Y ahí estaba de nuevo, deseando que ella me mirara, que se fijara en mi.

En su lugar estaba animando al capitán del equipo contrario. ¿Porque ellos tenían que arruinarlo todo?

—¿Escuchaste lo que dije Tendou?

—Que si Wakatoshi. Atacar, defender y cansar. Lo tengo— dije rompiendo el circulo en el que estábamos para tomar mi lugar de colocador.

No podía despegar mi vista de esa chica, sonreía con sus amigas, al parecer si podía socializad más, nunca la había visto con ellas, sin  embargo, se  notaba más relajada y su sonrisa parecía brillar.

Quería que también me sonriera.

Pov ________

Justo como habia dicho, una tensión palpable estaba en el aire.

—Siento que este partido será de nivel profesional— susurró Nat.

—Ellos son rivales desde preparatoria, a pesar de estar en el mismo equipo en la universidad, el equipo de Wakatoshi no pudo ir a las nacionales— dije observando el panorama.

Mi vista se concentró en Tendou quien había cambiado su mirada, por una más felina observando a sus contrincantes, cuanto agradeci que en el torneo no conicidieramos porque me habría dado miedo su sola presencia.

El balón fue para el equipo de Wakatoshi que no dudó en atacar fuerte desde el inicio, pero como era de esperarse, Daichi lo recibió con ambos brazos elevando la pelota.

Los bloqueos de Tendou estaban para morirse de miedo, por más que intentaran pasarlo o despistarlo siempre lograba detener el balón con una sonrisa lobuna en la cara. Había dicho que en este partido analizaría las estrategias y técnicas pero no podía despegar mi vista del pelirojo.

Cuando Daichi estuvo frente a Tendou en la rotación del set, el pelirojo achicó sus ojos, como si estuviera analizándolo.

—Tu chico si que es una fiera— dijo Ana, impresionada.

—No es mi chico chico— respondí sin apartar la vista.

—Pero te gustaría que lo fuera— concluyó Nat con un codazo en mi costilla.

Y como si supiera que estábamos hablando de él, Tendou fijo sus ojos en mi, con una expresión total de seriedad.

—¡VAMOS GUESS MONSTER!— gritaron unos chicos, soltando silbidos.

Tendou dirigió la vista al frente, justo a tiempo para detener el remate de Daichi con una sonrisa en el rostro.

Entonces, el partido terminó. Y Tendou comenzó a cantar.

Las chicas se despidieron con un gesto de mano, dejándome en aquella banca para ir a clases.

—Cualquiera que te viera pensaría que estas enamorada con esa sonrisa que te cargas.

—¿Yo? Para nada— dije entre risas.

—Tendou es un buen chico, aunque nos haya dado una paliza— dijo Sugawara rascándose la nuca.

Senti mi sonrisa ensancharse ante sus palabras. Al poco rato, el peliplata desapareció para reunirse con Daichi y el resto del equipo, Tendou no tardó en aparecer observando fijamente por donde se había perdido Sugawara.

—Felicidades por ganar el partido— hablé con una sonrisa.

—Pensé que no ibas a venir— dijo encorvandose para estar a mi altura. —¿Y tus otras amigas? Nunca te había visto con alguien más.

Luche con todas mis fuerzas por no sonrojarme.

—Hubo unos eventos desafortunados, y aquí estamos, mejor que nunca— comenté.

Tendou sonrió, enderezandose, antes de tomarme de la mano y arrastrarme por medio campus sin ninguna advertencia, y sin darme tiempo de sentir mi corazón martilleando mi pecho o el picor carmesí que se instaló en mis mejillas. Ganandonos las miradas curiosas de algunas personas.