la guerra empieza 1/3

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-no pienso entregártelo la protegeré de todo el el mal que cometí.
-brabo, cada día me sorprendes más hija mía; pero veamos qué opina el- detrás de una cortina dorada apareció Apolo con un soldado a cada lado.
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-Apolo, pero tú estabas herido.
-pero ya viste que no es así ahora se encuentra perfectamente bien.
-me da tanto gusto saber que estás bien- la diosa corrió hacia el para abrazarlo.
-Athena, debes entender a tu padre- esto la sobresalto- el está en lo correcto, nosotros no podemos quedarnos con Aitana.
-¡que dices, como es posible que pienses eso!- alejándose de él.
-escuchalo Athena El también está de acuerdo, este lugar para "Aitana" no es el mejor- Zeus se mostraba tranquilo pero tenía un plan malvado.
-no es verdad, Apolo nunca actuaría así.
-vamos hija que tiene de especial Apolo.
-es verdad- revelando la verdadera personalidad- que tiene de especial- mostrando a Ares.
-nunca entregaré a Aitana.
-esa es tu última palabra- pregunto Zeus- Ares trae a Hera- ordenó.
-que piensas hacer.
Cuando estaba por contestar una explosión resonó fuera de dónde se encontraban.
-pero que diablos pasa- Ares abrió las grandes puertas y de inmediato fue arrojado chocando contra la pared levantando una capa de polvo.
-¡Poseidón!- la diosa supo de inmediato de quién se trataba.
-como es posible no puede escapar- el dios del rayo estaba furioso- ¡Ares, levántate inútil!- levantándose con dificultad.
Athena de inmediato corrió hacia la entrada para hablar con el que en ese momento había sido su héroe.
-es una locura como lograste escapar.
-después te lo dire, ahora ve con Apolo.
-pero dónde está.
-con Afrodita y Hera en la entrada del Olimpo, debes darte prisa.
—espera y Aitana.
—ellas la están cuidando, ahora vete.
La diosa rápidamente salió sin esperar nada más.
—¡Ares date prisa y no permitas que se escapen!– el dios acepto y salió lo más rápido que pudo y al pasar por un lado de Poseidón ambos se dedicaron una mirada fulminante.
—ya estamos solos ahora sí podemos pelear sin que nadie interrumpa– Zeus de inmediato saco su espada de plata.
—entonces así serán las cosas– sacando su espada parecida a la del dios contrario— te daré la ventaja de atacar primero– sacando la ira de Zeus.

Entrada, Olimpo.
—espero que Athena llegué necesitamos irnos lo antes posible– Hera tenía a Aitana dormida pero el problema es que también tenía a Apolo herido.
—saben es mejor que me adelante con Apolo– Afrodita ayudo al dios a caminar.
—sin Athena no me iré de aquí.
—no seas terco además ella tiene que llegar, Hera la esperará.
En ese momento llego la diosa corriendo.
—perdón por la demora, pero creo que tenemos problemas.
Ares venia acercándose cada vez más y estaba dispuesto a eliminar a quien se interpusiera en su camino.
—vamonos ya— Apolo pudo abrir la puerta que conectaba el Olimpo con el mundo de los humanos.
Sin embargo Ares al ver que estaban por huir lanzo su espada en dirección a Afrodita; pero fue desviada por Eros su hijo que ayudaba a la unión de las parejas enamoradas.
—entre rápido– Apolo entro después de que las diosas entrarán primero.
—los buscaré y no descansaré hasta encontrarlos– mirando a Eros que se encontraba en lo alto de unas columnas que estaban algo lejos de Ares.

Por otro lado estaba Poseidón y Zeus librando una batalla bastante fuerte ya que cada choque de espadas era escuchar el mar contra las rocas con fuerza acompañado de rayos provocando un sonido que causaba miedo.
—no trates de controlar tu enojo– Zeus incitaba a Poseidón de atacar con más fuerza.
—no te preocupes no lo hago– dando un pequeño roce con su espada en un brazo.
—ya puedo verlo– provocando también un corte cerca del pecho.
—terminemos con este juego– tomando distancia— no tendré piedad.
—entonces es la nueva regla, así será– preparandose para atacar.
Ambos se abalanzaron uno contra el otro intercambiando algunos cortes hasta que el dios del rayo uso un truco sucio, ya que a propósito hizo tropezar al dios de los mares para que cayera y poder atacar más fácil.
—estas perdido idiota– Zeus quiso clavar la espada en el pecho de su enemigo pero este fue más rápido provocando que el dios clavara la espada en piso.
—eres tu el que acaba de perder– con su espada hizo un corte el ambas piernas provocando que cayera para al fin clavar la espada en un hombro.
—¡alto!– Artemisa separó a Poseidón y trato de ayudar al dios del rayo a ponerse de pie— que crees que haces estás loco.
—el trato de asesinarme.
—claro que no, el jamás haría tal cosa con uno de sus hijos.
—si quieres vivir en una mentira hazlo– tirando la espada en el suelo y salir de ahí.

Tokio, Japón.
En uno de los callejones de la gran ciudad una luz blanca iluminó el lugar para finalmente mostrar a los dioses que ahora tendrían que adoptar una forma más común y sobre todo más humana.
—debemos buscar un lugar donde escondernos– dijo Apolo.
—no crees que deberíamos de buscar ropas diferentes para que no piensen que somos unos lunáticos– le respondió Athena.
—tiene toda la razón– Hera miró a Afrodita— creo que ella no lo va a permitir.
—Afrodita no podemos volver a usar este tipo de atuendos y sobre todo no podemos conseguir algo de acuerdo a lo que te gusta a ti– Athena trataba de convencer a la diosa del amor para vestir ropa de humanos.
—hagamos lo que sea necesario– está bien, tengo en mente un plan.
El dios tenía todo listo para obtener ropa que los hiciera ver al menos un poco mejor.

Continuará...

Adoptada Por Los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora