Adoptada Por Los Dioses

antes de la guerra

—espera no puedo seguir Apolo...– mientras se separa de el.
—pero porque– pregunto sorprendido.
—no creo estar lista para esto.
—solo dejate llevar– en un susurro cerca de su oído.

Después de eso beso los labios de Athena lentamente. Cómo si quisiera detener el tiempo y lo mismo empezaba a suceder con la diosa.
Y de un momento a otro el beso empezó a ser más apasionado.
Y el ambiente empezó a cambiar.
La joven deidad se aferró al cuello del dios sin la intención de dejarlo escapar; aunque esa no era una opción para el.
Poco a poco comenzó a ejercer el control de la situación y pronto consiguió recostar a la joven sobre la cama mientras recorría repartiendo besos por el cuello haciendo soltar suspiros a la diosa mientras que con una de sus manos Apolo levantó una de las piernas de la princesa para acariciarla.
Sus labios se volvieron a encontrar mientras está vez Athena se encontraba arriba del joven dios y este le quitaba lentamente el fino vestido de seda blanco.
Pronto la necesidad de unir sus cuerpos incremento y la ropa empezó a desaparecer de a poco hasta que solo una sábana los cubría y la cual se sentía demás.
La mirada de ambos se encontró aún con algunas dudas que esperaban que el otro las desapareciera, y así fue como sucedió con una simple mirada llena de amor de ambos dejaron todo en el olvido y solo importaban ellos dos.
Aquel joven besaba como el dios que era, besaba en ocasiones el pecho y en otras mordía levemente el hombro sus manos viajaban por la espalda al igual que ella lo hacía y cada que la pasión aumentaba ella clavaba sus uñas en la espalda fuerte y marcada de aquel hombre.
Apolo sabía que Athena lo amaba de verdad así como el, y esa noche se lo había demostrado.
Las estrellas, la luna y las paredes de la habitación habían sido los testigos.

A la mañana siguiente los primeros rayos del sol iluminaban aquel lugar entrando por la ventana y despertando a el joven Apolo.
El dios se estiró mientras a su lado observó a Athena aún dormida y todas las imágenes de lo que sucedió ayer llegaron de nuevo a su mente, haciéndolo sonreír.

—no sabes lo feliz que me haces– susurro en voz baja, acariciándole la mejilla. La diosa levemente se removió despertando.
—hace cuanto estás despierto– sonríendole.
—hace un momento.
—sabes... Quiero pedirte disculpas por como te trate antes yo...
—tranquila eso ya no importa, eso es parte del pasado– dándole un corto beso.

Calabozo Olimpo:
—poseidon dónde estás– Afrodita se había adentrado al calabozo para sacar al dios de los mares una vez más.
—valla, valla que tenemos aquí– esa voz la sobresaltó.
—artemisa, que haces aquí.
—lo mismo te pregunto a ti, nosé supone que ahora eres la niñera de la "hija"– marcando la palabra—de Athena y Apolo.
—eso no es de tu incumbencia– su voz se notaba molesta.
—entonces tampoco te corresponde saber dónde está poseídon.
—que han hecho con el, a donde lo llevaron– exigió de manera preocupada pero a la vez nerviosa.

Habitación de Aitana:
—eres la niña más hermosa– Apolo la levantó para darle vueltas por el aire, mientras la niña sonreía.
—creo que eres un excelente padre– Athena se encontraba sobre el marco de la puerta.
—y tú eres una excelente mamá– sonríendole tímidamente.
De pronto se escucharon varias voces que se dirigían a toda prisa hacia donde estaba ellos.
—Athena espera aquí no salgas– mientras le entregaba la niña.
El dios del sol salió cerrando la puerta con seguro.
Ya fuera en el pasillo se encontro con Zeus y algunos soldados.
—Apolo que bueno que te veo, quería platicar contigo sobre algo muy importante– la diosa escuchaba detrás de la puerta.
—sobre que– pregunto extrañado.
—sobre la niña– el corazón del dios latía muy rápido y empezaba a tener un mal presentimiento.
—sobre Aitana.
—asi es... Sabes no es por alterarte pero Poseidón hoy a salido del calabozo y me pidió que hablara con ustedes para que le devolvieran a Aitana aunque está muy agradecido por haberla cuidado los dos.
—y porque no vino el personalmente– se empezaba a mostrar serio.
—estaba muy cansado y por eso me pidió que viniera.
—hasta que venga el le entregaremos a la niña– dándose la vuelta para irse por otro lado y empezar a idear un plan.
—¡Apolo alto!– giró para ver quién era, logro ver a Zeus que arrojó una piedra hacia el dándole de lleno en la cabeza, dejándolo inconsciente.
—soldados vallan por ella– de inmediato todos se fueron dejando al dios del sol en manos de Zeus.

Athena dejo de escucharlos así que decidió salir pero se dio. Cuenta que estaba cerradas con llave.
—no puede ser nos dejó encerradas– mientras Aitana se encontraba sentadita en la cama jugando.
De pronto escuchó que llamaron a la puerta así que de acercó rápidamente.
—¿Quién es?
—soy Afrodita, puedo pasar.
—lo siento pero la puerta está cerrada por fuera y no puedo salir.
—yo tengo un par de llaves veré si funciona alguna.
Así Athena espero paciente hasta que por fin logro abrir.
—que bueno que llegaste– su alegría se fue por los suelos cuando vio que no solamente venía ella.
—a mi también me alegra verte hermanita.
—Artemisa, ¿Porqué la trajiste contigo Afrodita?
—eso no incumbe solo quiero que me entregues a esa niña ya o ella pagará tus actos– saco una daga de entre su ropa y poniéndola alrededor del cuello de la diosa del amor —tú decides Athena.

Hola a tod@s de nuevo me da gusto estar por aquí nuevamente espero como siempre su apoyo y que le haya gustado mucho.♥️
Les mando besos 😚 y mushos abrazos grandotes 🤗 cuídense bye.