Ethan
Vi en su mirada como estaba levantando una barrera entre nosotros. Estaba claro que el tema de las drogas era delicado.
La había presionado demasiado y había roto el ambiente que habíamos creado.
- Eh- dije levantándole la barbilla con los dedos- No tocaré más el tema
Me había llamado la atención que ella hubiese estado dentro de esas cosas. Parecía la típica pija superficial, pero esa noche había descubierto que no todo es lo que parece.
Cogió la botella y bebió otro trago. Me había pillado desprevenido, pensaba que ya habíamos terminado de jugar.
- Pregunta- dijo
Sabía lo que estaba haciendo, cambiaba de tema cuando no quería hablar del tema. La entendía, yo también lo hacía, y lo iba a respetar.
- ¿Cómo es que ahora vives en mí casa?
- Pensaba que te lo habría contado Victoria. El día que dormí aquí mis padres y ella se asustaron porque no avisé a nadie de dónde estaba ¿Qué pasa? ¿Te molesto o qué?- dijo sonriendo, estaba bromeando
- No sé yo, tus ronquidos se oyen desde aquí cuando duermes- respondí siguiendo con la broma
- ¡Mentira! Yo no ronco- dijo dándome un puñetazo en el hombro, había sido un buen golpe
- ¿Tú que sabes? Estás durmiendo- dije masajeandome el hombro- Joder que ostias das enana- me estaba metiendo con su altura, terreno pantanoso
- Lo primero ¿ Tú crees que llevo toda la vida durmiendo sola?- se estaba riendo, intentando darme celos- A lo segundo ¿Quieres otra?- se acercó a mí con intenciones de repetirlo
Pero esta vez estaba preparado, agarré su cintura y la di la vuelta, dejándola debajo de mí. Coloqué sus muñecas a cada uno de los lados de su cabeza.
- Inténtalo- dije contra su labios
No aguantaba más sin besarla así que eso hice, me lancé. Ella siguió el beso y solté una de sus manos. Recorrí todo su costado hasta dejar mi mano en su cadera.
Fallo mío.
Ella aprovechó eso para darme la vuelta y quedar a horcajadas sobre mí. Se separó y sonrió. Me pegó en el hombro, pero pareció más una caricia.
- Gané- dijo triunfadora
- Me parece que he ganado yo también- dije agarrándola el culo y acercándola a mí
Ella me empujó y acabé tumbado con ella sobre mis caderas. Lo que no ayudaba a mí erección.
Se acercó a mi boca y sonrió maliciosamente. La mordí el labio empezando un juego que ninguno de los dos quería terminar y del cuál los dos queríamos salir ganando.
Josephine sabía lo que estaba haciendo y me estaba volviendo loco.
Exploré su cuerpo con mis manos y mi boca hasta que puso los ojos en blanco tantas veces que era imposible contarlas.
Tanto nos extendimos en los preeliminares que solo nos quedaba una cosa por hacer.
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Contra Nuestras Reglas
RomanceJosephine es una chica que pertenece a la clase alta de Santa Monica. Va a un buen instituto, tiene buenos amigos y estaba con un novio que parecia el amor de su vida, hasta que le fue infiel. Quiere pasar un buen verano trabajando, festejando y fo...