capitulo 15

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Luego de trabajar toda la tarde en la tienda, Ame me acompaño hasta casa, hable con Akane y accedió a ayudarme a llevar las cosas del peli azul al lugar donde viviríamos, le ofrecí quedarse conmigo ya que sería una pena que tuviera que volver al campo tan temprano, algunos me dirían confianzuda, pero se nota que él no es un mal chico, además el lugar es muy grande para mi sola.

El día siguiente, estaba nublado, en las noticias decían que el día sería lluvioso, inconscientemente sonreí, me encanta la lluvia. Cuando llegué a la florería comenzó a llover tranquilamente, estaba sentada detrás del mostrador viendo por la ventana como personas caminan apuradas para no mojarse y como caían las gotas de agua con una taza de café en manos, cuando de repente suena la campanita arriba de la puerta, mi vista se dirigió a ese lugar donde se encontraba un varón de ojos castaños que conocía muy bien, no parecía estar muy mojado.

-Parece que lloverá todo el día- comentó él, mientras se dirigía al cuarto de empleados para ponerse su delantal que usamos para evitar ensuciarnos la ropa con tierra o alguna otra cosa.

-No, este día lluvioso es temporal- respondí.

-Por qué crees eso?- preguntó curioso.

-Porque el sol brilla a través de una nube a lo lejos- dije luego de dar un sorbo a mi bebida.

-Donde?- se sentó junto a mi y juntos empezamos a ver por el cristal como a lo lejos se podía apreciar la luz del sol escondida detrás de una nube.

-Lejos- dije -Oh cierto, tengo buenas noticias- el me miró expectante a terminar mi frase -Akane dijo que si podía ayudarnos con lo de la mudanza, hoy en la tarde te parece bien?- el asintió y apoyo su cabeza en mi hombro, algunos cabellos rebeldes me hicieron cosquillas en el cuello -Porque me miras así?- pregunté al darme cuenta de su mirada.

-No puedo apartar mis ojos de ti, eres demasiado buena para ser real- lo mire extrañada, nos conocimos hace no más de dos semanas pero ya se puede expresar bien -Tocarte es como tocar el cielo, así que no quiero dejar de abrazarte- me sonrojé por su comentario, pero no dije nada al respecto, nos quedamos en silenció viendo la lluvia a través del cristal por unos minutos hasta que volvió a hablar -Perdón por la forma en la que te miró, pero creo que no hay nada que se compare contigo... verte se volvió mi debilidad- me quedé sin palabras.

-Tú también eres demasiado bueno para ser real- tomé una de sus mejillas y la empecé a pellizcar -como se que eres real?- a pesar de intentar provocarlo el seguía tranquilo, mirándome con esos ojos profundos.

-Te amo-...espera... esta sonrojado?, toque su frente con la palma de mi mano estaba un poco caliente, será que le dio fiebre por estar en la lluvia? no se veía tan mojado -te necesito para calentar mis noches frías- me levanté para ir por un termómetro, estaba segura de que tenía uno en la sala de descanso.

-No crees que te estas adelantando Ame? además estamos en verano, que noches frías?- me había puesto nerviosa, parece que su lado sincero salé cuando enferma, encontré lo que buscaba y se lo coloque en la boca al peli azul, pero esté se lo saco.

-No confías en mi cuando te lo digo?- me senté frente a él nuevamente, le indique que se dejara el pequeño aparato en la boca, cuando el sonidito hizo acto de presencia, retire el pequeño instrumento... 38°... eso no era bueno, significaba fiebre, tomé el teléfono junto a mi, llamaría a la hermana de Ame para que lo recoja, no estaba en condiciones de trabajar y yo no podría ir a dejarlo a su casa, el me abrazó luego de que cogiera el celular -estas hermosa... hoy y siempre- me alegró de que Hanna me haya pasado el contacto de Yuki, decidí llevarlo al cuarto de empleados para que descansé, se apoyó en la mesa que había allí... no contesta... debe estar trabajando... -No me hagas daño...mmmm, te lo ruego- hablaba entre sueños? porque parecía ser así -mmmm, déjame amarte...-

Podría cerrar la tienda y llevarlo a la nueva casa... Sí definitivamente no lo iba a dejar así, me puse de pie para intentar hacer que el se levantara y llevarlo a casa, pero vaya sorpresa cuando estornudo, esas son... orejas?. Tomé asiento nuevamente, acerque mi mano hasta ellas y empecé a acariciarlas... eran reales... miré mi celular y nuevamente las orejas de perro que tenía el peli azul, tomé el teléfono y llame a Hanna, lo mejor en estos momentos es guardar la calma. 

-Ah... hola Hanna, lamento tener que llamarte a estas horas de la mañana, pero tengo que aclarar una duda... bueno, resulta que Ame esta enfermo, todo bien hasta el momento, pero cuando estornudo...eh? ya sabias?... hombre lobo?... no, no esta bien, no me da miedo... si, esta durmiendo... bien, lo llevaré a casa... ya intente llamar a Yuki pero no me respondió... por favor no te preocupes yo cuidaré de él!- corté la llamada... así que mi acompañante resulto ser un hombre lobo... tan siquiera es posible eso?... muchas preguntas empezaron a rondar mi cabeza, pero no era momento para eso, hice que el chico se levantara, tomé el paraguas que había traído conmigo esta mañana -puedes esconder las orejas?- el sacudió su cabeza y estas desaparecieron, lo ayude a caminar haciendo que se apoyara en mi.

Con pasó rápido llegamos a casa, recosté al chico en la cama en la que durmió ayer, coloque un paño mojado en su frente, su respiración era más calma así que pensé que ya se había dormido, me levante de la cama para ir a comprar algunas cosas para hacer una sopa, pero su voz me interrumpió.

-Sabes? estoy encontrando maneras para expresar este sentimiento, me es difícil comunicarme, pero puedo decir... que de verdad te amo... sabes lo que pienso, puedo verlo en tus ojos- el sonrió levemente y creo que esta vez si se quedó dormido, me acerque a la cama y bese su frente.

-Claro que lo sé idiota... iré a comprar algunas cosas más te vale no moverte- nuevamente intente irme, pero esta vez su mano tirándome a la cama fue la que impidió mi salida.

-No te vayas... porque voy a extrañarte- dijo, en serio que la fiebre hace actuar raro a las personas.

-Extraño estas tú- me solté de su agarre -tus defensas han bajado así que te haré una sopa para que estés mejor- esta vez si iba a salir por la puerta, sino fuera porque esta se encontraba cerrada. Me sobé el golpe que me hice en la frente, abrí la puerta y me retire.

-Amarra tus cordones!- me grito, mire mis zapatos y tenía los cordones sueltos, rápidamente los amarre y salí de casa.

1138 palabras  ^3^ 

𝖀𝖓𝖆 𝖛𝖎𝖉𝖆 𝖊𝖓 𝖑𝖆 𝖈𝖎𝖚𝖉𝖆𝖉 - Ame x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora