PRÓLOGO

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CANDY

Queridos lectores aquí vamos de nuevo con una historia de nuestros rebeldes, quiero dar los créditos a mi querida amiga Marishka Vamp por el bello fanart que hizo para esta ocasión.
También mencionar que los personajes no son míos sino de Keyko Nagita.
Todo lo demás es fruto de mi alocada imaginación en un universo alterno.
Quiero aclarar que me gusta escribir historias enfocadas a diferentes temas, vivencias reales, lo cual no significa que esté de acuerdo con algún tipo de maltrato o violencia.
Esta historia se desarrolla inicialmente en la época de colegio, mientras se desarrolla van ocurriendo sucesos que podrían herir algunas susceptibilidades.
Mi intención no es mantener los mismos personajes de nuestra infancia, es más podrían llegar a odiar a algunos, pero lo interesante de la lectura es encontrarle respuesta a la conducta de los diferentes personajes.
Les agradezco por leer mi escrito y les animo a continuar hasta el final.
Entonces comenzamos...


Era media noche, y en un algún punto de Nueva York se encontraba una frágil y vulnerable rubia teniendo los pensamientos más tristes hasta ese momento en su vida.

- Quiero dormir para olvidar todo, pero no puedo, tengo escalofríos, todo me da vueltas... Creo que tengo fiebre, ¡Basta! ¡Por favor! Ya no quiero seguir escuchando los gritos de Anthony, ¡Fue un accidente!

Decía Candy mientras lloraba amargamente tratando de olvidar aquellos últimos momentos que paso cerca de su querido hermano. Él era su mayor por tres años, estaba por irse a la universidad de Massachusetts Institute of Technology (MIT) para concluir sus estudios superiores en Arquitectura, ambos jóvenes crecieron junto a sus padres con todas las comodidades que ellos les pudieron brindar.

Su padre William Andrew con el pasar de los años y su propio esfuerzo logro formar su propia compañía de Diseño y Arquitectura. Era el buen ejemplo ante su familia en todos los aspectos de su vida, eso fue lo que motivo a su hijo mayor a seguir sus pasos en la decisión de que carrera debía estudiar.

Rose Mary Andrew madre de ellos era una mujer alegre y muy hermosa, se dedicó por completo a sus hijos y fue cofundador de la empresa de su esposo gracias a sus estudios en finanzas. Toda esta familia jamás se imaginó el dolor tan grande que sufriría a causa de una mente trastornada que haría que el rumbo de todos cambiara drásticamente.

-Stear ¿Qué vamos a hacer? ¡Candy está muy mal!-expresó Archie cabizbajo- ha pasado una semana y no quiere salir de su habitación, no come, ni va al médico a que revisen el estado de sus heridas.
Quise hablar con ella, pero se negó a verme.

-Tranquilo hermano-respondió Stear -Candy es muy fuerte, se va a recuperar de este trauma. Debemos ayudarle a que sobrelleve este dolor con mucha paciencia, sobre todo tú que eres su novio, ella te necesita más que nunca. La muerte de Anthony es algo con lo que ella tendrá que aprender a vivir.

-Es cierto... Pero mi gatita se siente culpable por lo que paso -Archie dio un suspiro profundo, se sirvió un poco del whisky que compartía con su hermano mayor y empezó a recordar...

*******************

- El día que Anthony murió, Candy y Archie estában en casa de los Leagan, quienes eran amigos de infancia de ambos, ellos querían hacer una pequeña fiesta de bienvenida al colegio San Pablo.

Había muchas personas, algunos conocidos y otros no para los jóvenes agasajados, dentro de los invitados se  encontraba Annie BRIGHTON, una jovencita de la misma edad que ellos, compañera de estudios.

-¡Te juro que no la aguanto!— habló Archie con desagrado al ver la sonrisa fingida de Annie, Candy lo regañó con la mirada al escucharle hablar así de su amiga. La joven se acercó a la pareja con gran entusiasmo, informando que ella también fue aceptada en el Real Colegio San Pablo de Londres.

DULCE LONDRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora