CANDY
Sentía que en cualquier momento mi corazón se detendría, Terry tenía razón, una vez más volví a estar entre sus brazos y él estaba a punto de tomar mi virginidad... El miedo recorría cada rincón de mi cuerpo.
Por lo poco que pude observar en él, no serviría de nada que le demostrara que le temía, pensé que si lo enfrentaba me dejaría ir, tal vez con una pregunta podría distraerlo y aprovechar la oportunidad para escapar.
Lo primero que se me vino a la mente era preguntar el porqué de su trato osco hacia mí, la primera vez que nos vimos él fue distinto... causo un impacto en mí. Todo lo contrario ocurrió el día de hoy en el bosque, me sentí como un objeto, que él podía tomar y desechar en cualquier momento.
- No grites Candy - me dijo mientras retiraba su mano de mi boca.
- No te haré daño... no haré nada que tu cuerpo no quiera.
Empezó a besarme el cuello y a recorrer por el hasta llegar al lóbulo de mi oreja, me dio una suave mordida y la succiono con fuerza. Buscó con desesperación mis labios para besarlos y encontrar mi lengua para jugar con la suya, mis sentidos se bloquearon por completo, mi cuerpo lo deseaba, la pasión me desbordaba, ya no tenía miedo.
Mis brazos rodearon su cuello y recorrí su espalda desnuda con la punta de mis dedos.
Por instinto mis piernas se envolvieron a su cintura mientras él frotaba su endurecido miembro en mi feminidad, pude sentir que atravesaría en cualquier momento mis prendas para penetrarme con furia.- ¡Basta Terrence! - fueron las únicas palabras que salieron de mi boca en un momento de lucidez.
- ¿En verdad quieres que me detenga? -me dijo mientras me abría el cierre de la casaca, debajo tenía puesta aún la camisa del uniforme, no tuve tiempo de quitármela por la prisa que tenía de hablar con Archie.
- No sé si quiero que te detengas, pero lo que sí sé es que esto no está bien.
Me miró directo a los ojos y dijo - tú serás mía Candy...
Me levanto con mucha facilidad hasta llevarme a su escritorio, boto al suelo las cosas que había encima de el. Me quito mi pantalón y me dejó semi desnuda, hizo que me sentara sobre el escritorio y empezó a desabotonar mi camisa, sus ojos tenían un fuego que hacía que me perdiera en su mirada. No puse resistencia a nada en absoluto hasta que volvió a besarme en los hombros y le dije.
- No puedo hacerle esto a Archie -fue mi peor error nombrarlo en ese momento, su mirada se volvió oscura y sus músculos se tensaron, me empujó con brusquedad hacia atrás y sus manos me sacudieron con fuerza por los hombros.
- ¡Maldita sea Candy! ... ¿Por qué tienes que nombrarlo en este momento? Ya te dije que él jamás te follara como yo.
Vamos a ver si mientras te corres en mis brazos sigues pensando en él.Sus palabras hicieron que el miedo volviera, mi cuerpo empezó a temblar como si estuviera frente a mi verdugo.
Terry me atraía de una manera indescriptible, pero al mismo tiempo me asustaban sus reacciones, pero estaba decidida a no demostrárselo.
- No te tengo miedo Terrence - hablé con una voz firme, aunque por dentro sentía temor.
Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios y dijo - no me provoques Candice, no sabes quién soy ni de lo que puedo ser capaz...
- Es justo lo que quiero saber ¿Quién eres? Al conocerte me pareció que eras un buen chico, luego cambiaste y te volviste agresivo e irrespetuoso ¡¿Quién eres Terrence?!
- Soy lo que vez preciosa, si mereces que sea caballero lo seré, si mereces que sea un maldito bastardo también lo seré.
Le empuje con toda la fuerza que pude y trate de salir corriendo, pero él me sujeto por la cintura cargándome hasta su cama, me sentía indefensa a su lado, mis fuerzas se iban cada vez que luchaba para que me dejara ir.
Me sujetó ambas manos por encima de mi cabeza y con sus piernas inmovilizó las mías, quise gritar, pero algo me lo impidió, tal vez el sentir el peso de su cuerpo sobre el mío hizo que no tuviera suficiente aire para pedir ayuda.
- Ya no luches Candy, tu cuerpo me desea, verás que para mañana abras olvidado por completo al imbécil de Cornwell.
- ¡Las cosas a la fuerza no funcionan Terrence! - le dije con la esperanza de lograr mi cometido.
- ¡Por favor! - hablé con lágrimas en los ojos...
- No finjas inocencia, sé muy bien como tratar a las mujeres como tú - sus palabras eran llenas de rencor, como si me odiara, pero... ¿Por qué? ¡Yo no le hice nada!.
Una de sus manos empezó a bajar por mi cuerpo hasta llegar a meterse debajo de mi braga, sentí sus dedos fríos bajar hasta llegar a mi femineidad, empezó a frotar en círculos haciendo un poco de presión sobre el, la sensación que me producía era de una explosión de emociones y un gran placer.
- No sigas, ¡Detente! - hablé con agitación en mi voz, pero él no me escuchó.
- Su boca, bajo hasta la altura de uno de mis pechos, con su quijada bajo la copa de mi sujetador dejando salir mi pezón, empezó a succionarlo y a lamerlo en círculos. Por mi cuerpo recorría una electricidad y en mi mente la idea de dejarlo continuar o luchar para liberarme de su pasión.
Sus dedos se hacían espacio en mi entrada, su pulgar seguía frotando mi perla, hasta que un calor invadió mi vientre.
Introdujo un dedo en mi interior logrando arrancarme un gemido.
Ya no pude contener más mis lágrimas. Sentía una mezcla de placer y vergüenza.De pronto sentí que algo explotaba dentro de mí vientre, un profundo gemido se escapó de mi boca, mis piernas temblaban y algo húmedo salía de mi interior.
- Ya estas lista - expresó mientras se sacó la toalla que tenía puesta y pude sentir su piel en contacto con la mía, me abrió las piernas con sus rodillas y se posicionó para entrar en mí.
No salía palabras de mi boca, solo mis lágrimas brotaban de mis ojos.
Acomodo su miembro en mi entrada y cuando quiso introducirlo con fuerza mientras contenía la respiración alguien tocó a la puerta.- ¡Mierda! - Susurró.
Nuevamente tocaron la puerta y pude reconocer la voz de Albert que llamaba a Terry.
-Grandchester sé que estás ahí, abre la puerta, tenemos que hablar de lo sucedido con Cornwell.
Sin imaginarlo mi tutor se convirtió en mi Salvador.
Terry se levantó en seguida, logré observar la gran longitud de su miembro cuando se ponía su pantalón de dormir, sabía que era mi oportunidad de escapar y que él reciba el castigo que merecía, pero no pude moverme.
Una vez más Albert volvió a tocar la puerta y dijo que no se marcharía hasta que hablara con él.
Terry levantó mi ropa del suelo, me la entregó, me metió al baño y dijo.
- Cámbiate rápido, no salgas de aquí hasta que me lleve a Albert, esperas unos cinco minutos luego de que cierre la puerta y luego te vas.
Sus palabras fueron como órdenes de un captor - lo olvidaba Candice, si dices una palabra de esto... estás muerta... ¿Lo entiendes?
Asentí con timidez para luego bajar la cabeza. Cerré la puerta del baño, me sentía avergonzada, molesta por todo lo que esté idiota hacía conmigo. Tenía la habilidad de elevarme al cielo en segundos y al mismo tiempo hundirme en el profundo infierno.
Me vengaré Grandchester ¡Juro que vendrás a mí de rodillas a pedirme perdón! ¡Lo juro!...
Continuará
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DULCE LONDRES
FanficUna venganza y un accidente hará que la vida de Candy tome un rumbo distinto encontrando el amor verdadero en la persona que menos esperaba. Odio, rencor... lidiar con los demonios internos de la persona que odia y ama a la vez serán las pruebas qu...