9.- DESTINO

1.2K 121 46
                                    

CANDY

Cuando era niña veía junto a mi hermano lo felices que eran mis padres.
Al pasar los años me imaginaba casarme vestida de blanco y tener hijos con el amor de mi vida. Thony deseaba lo mismo y estoy segura de que él hubiera sido un excelente padre.

Ahora veo mi presente y me pregunto ¿Cuándo fue que cambiaron tanto mis circunstancias?

Pensé que podría hacer el esfuerzo en olvidar lo que Terry me hizo, hasta llegué a sentir que podría perdonarlo con el paso del tiempo.
Llamé a mis padres para que vinieran por mí, quería volver a casa y terminar los estudios cerca a ellos, mi tía Elroy contestó mi llamada y me aseguró que ella vendría por mí.

Después de lo ocurrido con Terry, me empecé a sentir mal, mi infección al estómago resultó ser un embarazo ¿Este era mi destino? ¿Cómo se lo diría a mis padres? ¿Terry se haría responsable de mi hijo? ¿Quería a Terry en mi vida y en la vida de este bebé?

A pesar de todas mis dudas, de algo si estaba segura, el bebé que llevaba dentro no tenía la culpa de nuestros errores.

Me enteré de mi embarazo por unos análisis que me hicieron para descartar una infección, ya que no paraba de vomitar y no podía comer nada, los primeros en enterarse aparte de mí fueron Albert y la hermana Margaret.

Cuando mi tutor conversó conmigo me dijo que estaba enterado de lo sucedido con Terry, que no estaba sola y que contaba con todo su apoyo.

—Si en un primer momento no quise delatar a Terrence, menos lo haré ahora que llevo en el vientre un hijo suyo — dije.

—Está bien Candy ¿Qué es lo que quieres hacer? —me preguntó, su mirada me recordaba a la de Thony, era tierna y cálida, me hacía sentir mejor.

— No quiero que nadie se entere de mi embarazo, mi tía Elroy está en camino para sacarme de este lugar.
En dos días ella estará aquí y me iré para siempre.

—¿Y Terry? Él debe saberlo, tiene que responder por lo que hizo — expresó.

—No lo sé… económicamente no lo necesitamos, tal vez al llegar a Nueva York evalúe la posibilidad de contactarlo, pero por el momento no quiero verlo, usted debe prometer no decir nada— respondí.

Albert dio un suspiro, me miró con tristeza y habló.

—Sé que estás dolida Candy, no pienso justificar a Grandchester, lo conozco hace muchos años, su vida no ha sido fácil, pero no me corresponde contarte su historia, él debe hacerlo, piensa en el bebé que viene en camino, merece un padre, estoy seguro de que si hablas con Terry ambos encontrarán una solución.

Las palabras de Albert me dejaron pensando, pero no quería en mi vida al hombre que me forzó a convertirme en mujer, si en un momento mi cuerpo lo deseaba con mucha pasión y desesperación ahora solo quería que estuviera lo más lejos posible de mí.

Con tantas ideas en la cabeza, olvidé hablar con la hermana Margaret, fue ella la que leyó el resultado de mi análisis para administrarme una medicación… Ella no me cuestionó ni me hizo sentir mal, solo me dio un abrazo y lloro junto a mí.

No quería contarle la verdad, ella pensó que el padre era Archie, todos sabían que era mi novio, así que en su afán de ayudarme fue a hablar con él, causándome más problemas de los que ya tenía.

Poco a poco todo se salió de control, Archie vino enfurecido a reclamarme e insultarme por haberlo traicionado.

—¡Mataré a ese bastardo, juro que lo haré! Te dejaste deslumbrar por ese imbécil y te has convertido en una cualquiera Candy… ¡Eres una prostituta! — sus palabras me lastimaron demasiado, cada vez me sentía peor.

DULCE LONDRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora