DULCE LONDRES

10.- CONTRATO

TERRY

Las palabras de mi padre una vez más me recordaron cada imposición suya mostrada en el transcursode mi vida, no estaba dispuesto a aceptarlo esta vez, quería ser responsable de mis actos, pero no me uniría a una mujer por la que sentía únicamente deseo. Ella no se merecía esto, simplemente no me casaría con Candy, el alcohol me llevó a cometer un error que no había forma de remediar.

Mi juventud era algo que me jugaba en contra y los pensamientos de culpa por lo que le hice a Candy, la única persona inocente en medio de todo.

Desde hace mucho tiempo ya no sentía nada por Susana, lo único que ella dejó en mí fue el deseo de vengarme en cualquier mujer por el engaño que sufrí de parte de ella y de él… Thony mi mejor amigo.

FLASHBACK

Los vi mientras él la follaba en su habitación…

—¡Bravo! —dije entre aplausos— son unos verdaderos desgraciados… ¿Cómo pude confiar en ustedes?

—¡Terry! ¡Mi amor!… No es lo que tú crees—grito Susana mientras se cubría con la sabana.

—Eres la perra más mentirosa y vil que conocí en mi vida —sonreí y miré a Anthony— y tú… ¡Gracias por librarme de esta mierda!

Debía salir de inmediato de ese lugar o haría una locura, Anthony quiso detenerme, en ese instante no pude controlarme más y terminé dándole un fuerte golpe en el rostro haciéndolo caer de inmediato en el suelo.

Esa noche mientras me embriagaba en un bar jure vengarme de ambos…

Al llegar a América para ver a mi madre, vi un par de veces a Susana… Aunque la encendí con mis caricias, nunca más volví a cogérmela ni a besarla… Siempre la dejaba suplicando su perdón entre un gran éxtasis por parte de ella.

Es ahí que por primera vez conocí a Candy, al ser la hermana menor de ese traidor se me ocurrió una idea oscura, sería la venganza perfecta, esa chiquilla se convertiría en mi mujer y se lo restregaría a Thony, como mi mayor trofeo.

Mi intensión era conquistarla y que por decisión de ella misma se entregara a mí, tenía el plan perfecto para que nuestro encuentro fuera una gran casualidad y ella se enamorara perdidamente de mí, pero los celos que sentí de solo pensar que ya Cornwell la había poseído nublaron todo en mi mente.

FIN DEL FLASHBACK

Como en muchas otras circunstancias estuve parado frente a mi padre en su estudio desafiándolo nuevamente.

—No me casaré con ella, padre— hablé con firmeza.

—Esto no es una decisión tuya Terrence, ya todo está organizado y decidido. Mi esposa está organizando una boda rápida, pero digna de un duque.

Como de costumbre mi padre ya tenía todo resuelto según sus planes, me sentía cabreado, ofendido y humillado al no ser tomado en cuenta por él.

—¿Crees que puedes venir y arruinar mi vida como arruinaste la tuya casándote con mi madre sin amarla y luego arrancándome de sus brazos?
¡Querías que llamara madre a una mujer que únicamente se casó contigo por tu fortuna y posición real, pero que conmigo fue una maldita!
¿Es eso lo que quieres para mí y para mi hijo?

Una lágrima rodó por mi mejilla a pesar de todo el esfuerzo que hice por no quebrarme delante de mi padre.

El duque se acomodó sus anteojos, prendió un habano, cruzó las piernas, me miró y habló.

—¿Ese es todo el berrinche Terrence?, tengo una reunión muy importante y me estás retrasando.

No podía creer su respuesta tan fría… Por primera vez en mi vida le expresé mi sentir y únicamente obtuve burla e ironía de parte de mi progenitor.