6.- VENGANZA

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TERRY

Abro la puerta fingiendo tranquilidad para no levantar sospechas en Albert, aunque en mi interior quisiera matarlo por haberme interrumpido con Candy.
Lo veo directo a los ojos y le pregunto—¿Quieres pasar o has venido a darme las buenas noches?

—¡Déjate de tonterías Grandchester! Esta vez fuiste demasiado lejos ¿Qué carajos tienes en la cabeza? Ponte algo decente, conversaremos en mi oficina — dice frunciendo el ceño.

La idea de conversar con él en estos momentos no me agrada, aún tengo una erección, pero tengo que dar tiempo a Candy para que pueda huir… por esta vez.

Me pongo una sudadera negra y unos jeans gastados para dirigirnos a su oficina y una vez más recibir el sermón del buen Albert. Sé que él tiene buenas intenciones, es mi amigo y quiere ayudarme a cambiar.

—Albert agradezco tus intensiones, pero no estoy de humor para sermones — saco un cigarrillo y lo enciendo sin la más mínima vergüenza delante de él — mejor vamos a un bar por un whisky.

—Terry… en verdad estoy preocupado por ti. Tu actitud no ha cambiado desde la última vez que hablamos… Sigues igual, ahora no solo buscas problemas fuera del colegio sino también con tus compañeros. Hable con Cornwell y me contó que estás filtreando con su novia y no contento con ello fuiste tú quien propicio la pelea.

—¡Joder! Albert no daré cuentas de mis actos a nadie, lo mejor es que no te involucres en este asunto – él me miró preocupado, apoyó la cabeza en su espaldar y volvió a hablar.

— Sabes que no soy el clásico profesor, en más de una ocasión hemos ido por la ciudad a beber, charlamos por horas y la pasamos bien incluso en compañía femenina, pero esta vez estás metiéndote en un problema serio. Esta pelea por una mujer acabará mal Grandchester, ella tiene novio, es diferente a las chicas con las que pasas un buen rato y aunque físicamente se parezca un poco a Susana, no creo que sea como ella, ya debes superar lo que pasó.

No pude evitar golpear el escritorio de Albert al escuchar ese nombre nuevamente, toda la calma que intentaba mantener se esfumó por completo.

—¡No vuelvas a nombrar de nuevo a esa maldita mujer! — le dije mientras apagaba mi cigarrillo en su sofá.

Me prometí olvidarla y estaba seguro de que lo haría, Candy era una más que se sumaría a mi lista, jugaría lo suficiente con ella hasta aburrirme y luego la dejaría como a las demás.

—No la involucres en esto Terry… no te servirá de nada vengarte en una inocente, acabarás lastimándola o peor aún puedes terminar enamorándote de ella.

No quería seguir escuchando las estupideces que Albert decía, así que me puse de pie y me dirigí a la puerta.

—No hablaré mas de este tema y mejor no se entrometa profesor Ardlay — lo mire de soslayo y expresé – Por cierto, no te preocupes por tu sofá, mañana le diré a mi padre que te mande uno nuevo.

No escuche lo último que decía Albert mientras cerré la puerta, lo único que quería en ese momento era tomar un trago para olvidar… Y tal vez luego volver a buscar a la pecosa que me estaba volviendo loco.

Cuando llegué a mi habitación me encontré con Stear.

—Terry, quiero hablar un momento contigo — espeto acercándose rápidamente — no voy a defender a mi hermano, porque él puede hacerlo solo, pero si quiero que sepas que Candy no merece ser lastimada. Estoy enterado de lo que pasó entre ustedes y aunque no conozco mucho tu historia con Susana sé que encontraste a tu nueva víctima en Candy.

“Definitivamente hoy todos confabularon sin saberlo para recordarme a esa perra” pensé.

—Lárgate Stear, yo no me meto en tus asuntos y espero lo mismo de tu parte, ¡No te metas en los míos!

DULCE LONDRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora