Sangre Sucia - Draco Malfoy y tú © [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰]

19.

— ¡¿Qué te ha pasado, ______?! ¡Estás sangrando!– dijo Hermione, mirando mi barbilla.

— ¡No hay tiempo para eso ahora!

— ¡Pues claro que-!

— ¡Uno de los Snyde está aquí!– le interrumpí, y cerró la boca de golpe.

— ¿Qué?– Ron dio un pequeño paso hacia delante.

— ¿Está entre nosotros? ¿Aquí, en el baile?– preguntó Harry mientras se acercaba a nosotros y miraba a su alrededor.

— No, en la Sala de los Menesteres, con Draco... Y desmayado.

— ¿Quiénes son los Snyde?– preguntó Neville. Ahí mismo caí en que no se lo habíamos contado, ni a él, ni a Ginny, ni a Luna, ni a nadie. Solo lo sabíamos nosotros cinco.

— Neville, ve a por Luna.

— ¿Luna? ¿Por qué?– preguntó.

— Cuantos más mejor, ya te lo contaré de camino a allí– le miré fijamente a los ojos, y sin rechistar, se alejó y se metió entre la gente–. Nosotros debemos ir a buscar a McGonagall, ya– miré a los demás muy seria.

— Primero hay que curarte eso, tiene muy mala pinta– dijo mi hermana.

— ¡Hermione!– todos dieron un pequeño respingo ante mi grito– ¡No hay tiempo de curar esta herida! Puede que hoy sea el ataque, hay que advertir a todos cuanto antes y detener a K– confié en que mi voz sonara más segura y directa de lo que yo la notaba en la garganta.

— ¿K?– preguntaron todos a la vez.

— ¡¿DÓNDE ESTÁ MCGONAGALL?!– pregunté, harta e histérica.

— No lo sabemos, debe de estar detrás del escenario con los demás profesores– respondió el pelirrojo rápidamente, temblando.

Me adentré entre la gente y, como pude, serpenteándome entre las personas que charlaban y reían tranquilamente sin saber lo que se les venía encima, llegué hasta el escenario. Como había predicho Ronald, ahí estaba la directora, hablando con Hagrid y la profesora Hooch. 

— ¡Directora!– se giró hacia mi. Ni se inmutó con la herida de mi barbilla y me miró con seriedad– Los Snyde...

— Lo sé, señorita Granger– me interrumpió y me quedé helada. ¿Lo sabía, y no hacía nada?–.  Sé que hay un ataque inminente de la familia Snyde.

— D-De acuerdo, pe-pero el hijo de la familia, está aquí, en Hogwarts.

— ¿Qué?– se quedó atónita y abrió los ojos como platos– ¿Estás segura, ______?

— ¡Sí! E-Es el estudiante llamado K.

— ¿K?– intervino Hagrid, y yo asentí. Supe en su mirada que mi respuesta le decepcionó, pues le había visto hablando muchas veces con él. No era la única que pensaba que K era otro estudiante más.

— Está en la Sala de los Menesteres, estaba apunto de abrir el armario evenis...

— Evanescente– me corrigió McGonagall.  

— ¡Eso! Lo he desmayado, debemos alejarle a él y a su familia cuanto antes de aquí, antes de que hagan daño a alguien, sobretodo a Draco, le quieren matar por traicionar a Ya-Sabéis-Quién.

— Esto tendrá que ser igual que el año pasado– miró al resto de profesores, quienes se habían acercado a nosotros preocupados y curiosos–. Proteger entre todos el colegio con el Protego Máxima. 

— Debería avisar a todo el mundo– dije.

Sin decir nada más, se subió al escenario y alzó una mano hacia los músicos indicándoles que parasen. Ellos obedecieron en silencio y pararon inmediatamente, haciendo que sus instrumentos dieran un berrido insoportable. Todo el mundo se giró hacia el escenario, quejándose en voz alta. "¡Hey! ¡¿Pero qué pasa?!", escuché de fondo. McGonagall se acercó al micrófono del cantante, el cual le miraba con el ceño fruncido.

— La fiesta ha terminado, puede que esta noche...– los miró a todos con lamento y algo de pánico– ...haya otro ataque– murmullos y susurros empezaron a sonar entre la gente–. Por favor, id saliendo del comedor e id al exterior. Protegeremos Hogwarts con un Protego Máxima.

La gente empezó a salir rápidamente del lugar. Fui en busca de mis amigos, quienes seguían reunidos en el mismo sitio, con Luna incluida.

— Chicos, vamos a la Sala de los Menesteres, allí están K y Draco, ¡rápido!– moví una mano indicándoles que me siguieran.

— ______, ¡¿enserio estás segura de que K es un Snyde?!– preguntó Ron mientras caminábamos todos hacia allí.

— ¡Que sí, joder!– me olvidé por completo de que iba descalza hasta que pisé otra piedrecita en el camino– ¡Agh!

— ¡¿Alguien puede explicarnos a Neville, a Luna y a mi qué diantres está pasando?!– escuché la voz de Ginny a mi derecha– ¡¿Quién cojones son los Snyde?!

Terminé de contárselo todo al llegar a la sala. Me faltaba el aire por andar tan rápido y hablar a la vez. La puerta estaba abierta y todo seguía a oscuras, en silencio. Entramos todos y les guie justo por el mismo camino por el que había ido antes, al separarme de Draco.

— ¡¿Draco?!– le llamé entre los trastos amontonados. No obtuve respuesta y sentí un pinchazo de terror en el estómago– ¡DRACO!

Finalmente llegamos donde estaba el armario, Draco y K. El cuerpo de este último estaba mucho más pálido que antes, y pegué un grito de horror al ver un charco de sangre enorme salir de su abdomen y cabeza. Estaba muerto. Escuché gestos de sorpresa a mis espaldas, y me llevé las manos a la boca. 

Busqué a Draco rápidamente. Lo encontré sentado a unos metros del cuerpo, con las manos en la cabeza y mirando al suelo. Gracias a lo rápido que movía la espalda, pude saber que estaba llorando. 

— ¿E-Ese es...?– preguntó Luna a mi izquierda, al lado de Neville. 

Le respondió otra persona, pues yo fui rápidamente hacia Draco.

— ¿Q-Qué ha...?– me puse de cuclillas a su lado y puse una mano sobre su hombro, intentando mantener la calma, a pesar de suponer y saber que él le había matado.

No obtuve respuesta. Lloraba a más no poder, lágrimas caían sobre sus piernas mojando por completo su ropa. 

— Y-Yo n-no...– consiguió decir después de unos minutos de solo sollozos rápidos y silenciosos– Yo no quería...

— Draco...– me senté.

— ¿Cómo le has matado?– escuché que preguntaba Harry. Le miré, nos miraba a nosotros con los ojos cristalizados.

Draco señaló en silencio una espada a unos tres metros de él. Me levanté y me acerqué a esta, estaba cubierta de sangre. Lágrimas empezaron a caer mientras observaba el arma en silencio. Estaba muerto. K, había muerto.