11.

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Narra Draco:

Salí huyendo del Gran Comedor. Sentía como mis mejillas quemaban, y como un pequeño escalofrío recorría mi estómago. Temblaba, y no podía quitarme la preciosa sonrisa de ______ de la cabeza por mucho que lo intentase.

— ¿Es posible que esté...? No. Sí. No lo sé... Pero tú mismo dijiste que no querías estarlo. Es una sangre sucia... ¡Cállate, para! ¡Da igual lo que es! ¡Da igual! No seas así... Ya no. Has cambiado. Ella te ha hecho cambiar. Admítelo ya... Estás enamorado. ¡¿Qué?! No es verdad, no lo estoy... ¿O sí lo estoy? La cabeza me da vueltas. Mira por donde vas, o te chocarás con alguien y levantarás sospechas. 

La gente a mi alrededor iba y venía, haciéndome serpentear y girar mi cuerpo para no chocarme con nadie.

Finalmente llegué a los dormitorios de mi Sala Común. Me sentía como un completo estúpido al haber dejado a ______ sola en el Gran Comedor, dejándole con la duda de por qué me había ido corriendo... Pero necesitaba ordenar mis pensamientos. Necesitaba estar solo y pensar, comprender y saber que me había pasado, por qué me había quedado mirando sus labios tanto tiempo... No quería admitir que me había enamorado. No quería. Simplemente porque lo estuve de otra persona años atrás, la cual resultó que me quería solo por mi familia, no por lo que yo era en realidad.

Además, si yo estaba enamorado de ella, ¿cómo iba a estarlo ella de mi? ¿Del chico que la hizo sufrir durante ocho años simplemente por su sangre? Todo por culpa del linaje de mi familia... Diciendo que los familiares de muggles no son dignos de la magia...

Pero ella entendía que lo hice porque estaba perdido... Me había perdonado todo el daño que le hice, entendiendo que lo que causé fue solo porque no tenía otra elección.

Me froté los ojos con mis manos y solté un leve quejido. Estaba muy confundido. No sabía si decirle a ______ lo que sentía al estar con ella, no sabía si callármelo y alejarme sin darle una explicación, no sabía si ocultarlo y seguir estando con ella como si no pasara nada. No tenía ni idea.

Le acababa de preguntar si quería ir conmigo al baile de invierno, pero dudaba en si ella se lo había tomado como dos simples amigos que van a una fiesta, solo a pasarlo bien acompañados del resto de sus amigos.

Finalmente cerré los ojos y me quedé dormido.

Narra ______:

Confusión era la palabra perfecta que me definía en ese momento. Así estaba yo después de lo que pasó. No quería pensar que Draco se había ido de esa manera porque se había asustado y arrepentido de haberme pedido que sea su acompañante para el baile de invierno.

— Hey– la voz de Ginny me hizo volver a poner los pies en la tierra–. Desde que hemos vuelto del comedor has estado rara– la miré algo seria–. ¿Estás bien?

— Sí, ¿por qué no iría a estar bien?– soltó una pequeña risa.

— ______, por favor, te conozco desde hace casi diez años, sé como distinguir cuando estás mal y cuando no.

— Joder...– suspiré y me tumbé en mi cama con muy mala gana.

— ¿Qué te pasa?– la pelirroja se sentó a mi lado. La miré fijamente a los ojos, y la mueca que puso indicó que me había entendido perfectamente– ¿Draco?

— ¿Qué? ¿Cómo?– volví a sentarme en la cama con los ojos como platos– ¿A qué viene eso?– fruncí el ceño.

— No soy tonta, ______, ni tampoco ciega– negó levemente con la cabeza–. He visto vuestros "momentos" desde la lejanía, y sé que ambos os gustáis.

— ¡¿Qué dices?!– se sobresaltó por mi chillido.

— Vale, lo siento– alzó los brazos y rio.– Pero sé que a ti– me señaló con un dedo–, si te gusta Draco.

— ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo?– mi voz temblaba.

— Relájate– soltó otra pequeña carcajada–. No pasa nada. No pasa nada si te gusta Draco.

— Pe-Pero es que a mi no...

— Basta–me interrumpió–. Deja de decir que no te gusta, porque te estás mintiendo a ti misma, sabes perfectamente que sí.

— De acuerdo...– suspiré–. Vale, creo que siento algo por el– me encogí de hombros.

— ¡Lo sabía!– me dio un leve golpe en el brazo y se acercó un poco más a mi– ¿Desde cuando?

— ¿Desde cuando qué?– froté el brazo que me había golpeado Ginny.

— Vamos, ¡no seas tonta! ¿Desde cuando te gusta?

— Ah, eso... N-No lo sé, hace uno o dos meses que cada vez que le veo venir, o hasta solo pienso en él, siento un escalofrío aquí– me puse una mano en la zona del estómago.

— Ahora lo entiendo– la miré curiosa–. A ti no te gusta Draco... ¡Tú estás enamorada de él!– chilló y yo le chisté rápidamente.

— ¡¿Quieres bajar la voz?!– miré a mi alrededor. Obviamente en las habitaciones no había nadie, solo estábamos la pelirroja y yo.

—  Vale, lo siento... ¿Y cuándo piensas decirle lo que sientes?

— ¿Te piensas que voy a decírselo? Já, que ilusa.

— Pero...– su rostro cambió por completo–. ¿Por qué no?

— Pues porque sé que él no siente lo mismo, Ginny.

— ¿Ah, sí? ¿Cómo lo sabes?– quise responderle, pero me quedé sin palabras– ¿Ves? Ni siquiera lo sabes. Draco y tú os gustáis, y punto– se encogió de hombros.

— Llegarás a tener razón...– sentí que me sonrojaba.

— Siempre la tengo, cariño– me guiñó un ojo y se levantó de mi cama para dirigirse a la suya–. Y ahora a dormir, que mañana será otro largo día de miraditas y besitos– pestañeó repetidas veces en modo cursi, y yo le tiré un cojín riendo a carcajadas– ¡Ah! Vale, ¡lo siento!– rio conmigo.

— Buenas noches, idiota– apagué la luz.

— Buenas noches, cabezota– ambas soltamos una pequeña risa, y finalmente nos dormimos. 

Ella mucho antes que yo, pues me quedé mirando un punto fijo en la oscuridad pensando y dándole vueltas a todo lo que habíamos hablado.


Sangre Sucia - Draco Malfoy y tú © [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora