La hoja que gira al viento

4 0 0
                                    

Estoy sentado y pienso. Pienso que puedo haber encontrado a alguien que me haga pasar página. Ocho meses deberían ser suficiente, pero no lo han sido y temo por mi. Egoísta, lo se, pero tengo miedo. No de amar. Es algo sencillo y fácil como respirar. Amar es natural y nada que nadie pudiera hacer nunca podrá cambiar ese hecho. Pero si hay una sensación, una emoción, que el hombre tenga más arraigada a su interior que el amor es el miedo. Conozco el dolor. Lo tengo dentro aún, no me deja olvidar. Y sin embargo... Hay algo en ella que me hace querer lanzarme y pronunciar las palabras. Son pocas y sencillas, pero no me atrevo. Su significado es profundo. Ya no solo para mí, si no para ella también. Puedo ver en sus ojos ese mismo miedo que sufro yo. Ese terror absoluto s perder a una persona más. Ese pánico animal, pero totalmente humano, arraigado alrededor de tu corazón, impidiendo que nadie pueda acercarse con esas espinas de acero. Y aún así... Es como rodear DoS imanes de ácido y soltarlos lo bastante juntos para que se afecten. Se fundirán, de eso no hay duda alguna. Y sin embargo la reacción tiene sorprendentes efectos. Atracción bajo ese ácido. Repulsión, y lo más interesante. Se pueden impulsar al exterior del ácido, casi como si volaran. Es cierto que es una metáfora tan mala como mi opinión de mi mismo, pero en realidad da igual, por qué se entiende y nadie que no sea yo leerá esto nunca. Lo siento por ti, pequeño libro. Seguiré sufríendo ,porque soy humano y así vivimos. A veces seré feliz. Y en otros momentos caeré al abismo más profundo. Y aún así... Cualquiera diría que en realidad todavía me queda energía para la lucha, cuando hace tiempo que no es cierto
Pero vamos, aunque puedo volar este viaje un poco más. Consumire mi propio  material si hace falta, para volar un poco más cerca de tu calor.

La tinta de los poetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora