Dándole vueltas a la nada

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Y acabe de nuevo aquí.
De nuevo tras una noche en una fiesta "Grandiosa" que nadie recordara así. Si es que alguien que no sea yo la recuerda, claro. Bueno,  tal vez el (A quien de aquí en adelante llamaré L. ) si llegué a recordar todo esto. Al menos cuando lea todo esto, quedara constancia de que existió un yo mas oculto. Un yo que si reflexiona y piensa cada jugada dieciocho veces.

Me hace especial gracia cuando dicen que no medito mis movimientos. Todos ellos pensados más veces de las que son útiles.
Pero vosotros que me leéis. Vosotros que no sois nadie excepto una sombra en mi mente. Podéis saber. Saber lo que pienso. Saber lo que siento.

Nunca me enseñaron lo que era el amor o el cariño.
Jamás me enseñaron sobre respeto o bondad.
Me enseñaron sobre la rabia.
Me metieron dentro del pecho el miedo.
Y aprendí sobre mi furia.

Pero nunca. Nunca aprendí algo bueno de mis contemporáneos. Lo mejor que pudieron ver mis ojos de niño, fue a ella. Me atreveré a decir su nombre alguna vez. Pero como siempre, A~. Ella se planto en mi camino y lo retorció. Con ella fui a las más salvajes fiestas, viví las más locas situaciones. Y aprendí lo que era el amor. Si. Lo supe. Joder si lo supe. Habría subido el Everest desnudo usando mis manos desnudas si me lo hubiese pedido. Era enloquecedora. Era perfecta. Pero para mí gran desgracia, nada de todo eso duraría.
Un mal gesto. Un grito. No hubo despedida. Me dijo que me fuese. No volví a saber nada de ella.... Quiero creer que vive. Que ha reorganizado su vida. Que comparte su perfección con otro, tal vez casi igual de perfecto como ella, un ángel sin alas, de piel de caoba y mirada de ébano, de sangre roja y mirada ardiente... Tal  vez pueda encontrarla otra vez.

Pero no la busco.
Dicen por ahí que amar es una locura amar una vez. ¿Que dirán del loco que ame dos veces?
Pues la verdad. Quisiera averigüarlo

La tinta de los poetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora